𝘴𝘦𝘪𝘴.

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bueno, ya era lunes y tenía que salir con adrien aunque ya no tuviera muchas ganas. había estado un poco raro porque no había respondido mis mensajes, pero debía estar ocupado o algo así, entonces no le tomé mucha importancia. ruel no volvió a molestarme desde el día del beso con nolan y yo no podía estar más que feliz con eso. aunque, bueno, debía admitir que quizás era un poco raro no estar callándolo cada dos segundos.

—hasta que llegas.— escucho decir alguien detrás mío. frunzo el ceño y me giro confundida, encontrándome a un ruel con una mueca de indignación.

—¿de qué hablas? ¿tú qué haces aquí?— pregunté enfadada. se acercó más a mí y me pasó un brazo por los hombros.

—tenía ganas de verte.— sonrió mirándome a los ojos.

—pues yo no, vete de aquí.— intenté empujarlo, pero era imposible —¿esta era tu "venganza"? ¿crees que vas a arruinar mi salida con adrien solo porque estás aquí?

—pues la verdad es que sí.— se encogió de hombros —porque puede que haya tomado tu celular y cancelado la salida con adrien. oh, y también puede que le haya dicho a tu mamá, y que ella me dijera que viniera por ti.— me sonrió burlón y abrí la boca sorprendida.

¿él en serio hizo eso? no se atrevería, ¿o si?

¡claro que sí, no tiene nada mejor que hacer!

—no te creo.— me crucé de brazos.

—¿no? ¿y entonces por qué no ha llegado?— sonrió divertido —¿o por qué no te ha respondido tus mensajes?

—¿qué le dijiste?— dije tomando su camisa entre mis dedos y mirándolo mal. soltó una risita y me miró como si acabara de ganar la mejor cosa del mundo.

—cositas.

—¡no tenías ningún derecho de cancelarle!— fruncí el ceño, mirándolo de la peor forma posible —¡ni de usar mi celular y revisar mis mensajes!— nunca había tenido tantas ganas de golpear a ruel como las que tenía ahora mismo —¡eres un estúpido, ruel!

—te dije que te ibas a arrepentir.— se encogió de hombros.

—deja de meterte en mis cosas, deja de molestarme y deja de ser tan pesado, hasta parece que te pagan por molestarme.— gruñí pellizcando su brazo con fuerza. él abrió la boca como un pez y empezó a quejarse mientras yo le seguía diciendo cosas, hasta que lo solté. esperaba que le quedara un moretón.

—¡deja de ser tan agresiva conmigo!— chilló acariciando su brazo.

—¡deja de meterte donde no te incumbe!

—¡me meto porque me incumbe!— respondió de vuelta. abrí la boca para decir algo, pero la voz de una chica me interrumpió.

—¿ruel? tanto tiempo sin verte.— saludó muy feliz una chica que no conocía. ruel se giró algo sorprendido de verla y después me dio la espalda para empezar una conversación con ella, como si nada. como si no estuviéramos peleando hace dos segundos. alcé las cejas indignada. no lo soporto.

¿él en serio estaba haciendo esto?

—¿qué te parece si vamos a otra parte?— le sonrió coqueto, haciéndola caer con sus encantos y su estúpida sonrisa hermosa. claro, él maldito sabía muy bien lo que hacía. y ella no era nada tonta como para siquiera negarse. torcí los ojos. él y sus asquerosos coqueteos con cualquier persona que le pasara por enfrente. apostaba lo que fuera a que ni siquiera recordaba el nombre de la pobre chica.

por cosas como estas es que nunca voy a dejar que ruel se acerque a mí como algo más que el mejor amigo de mi hermano. porque es un estúpido que no conoce de relaciones serias y solo le gusta ir de chica en chica, sin importarle los sentimientos de los demás.

él nunca va a cambiar.

y me confunde. me confunde muchísimo porque actúa como si yo le gustara, pero después me ignora. dice cosas que me hacen pensar que quizás sí siente algo por mí, aunque sea algo pequeño, pero después va y le dice lo mismo a otras tres personas, y yo no pienso caer en sus jueguitos.

—claro, vamos.— ella le sonrió emocionada, enganchando sus brazos cuando él se acercó a ella. ambos me miraron.

—adiós rue, te cuidas y me saludas a tu mamá.— se despidió sonriente, comenzando a alejarse junto a ella, quien parecía encantada admirando su perfil.

no la culpaba.

¡es un estúpido! ¡arruinó mi salida para nada, para dejarme aquí sola y largarse con la primer persona que se encontrara!

como lo odio.

—¡te vas a arrepentir, ruel!— grité frustrada. giró su cabeza para mirarme y le saqué el dedo corazón con enfado cuando me lanzó un beso al aire.

—¡cierras la puerta cuando llegues a tu casa!— gritó de vuelta desde donde estaba, haciéndome rabiar del enojo. ese estúpido me las iba a pagar. estaba muy equivocado si creía que podía arruinar mis planes y salirse con la suya.





—¿van a salir?— le pregunté a nate mientras cruzaba mis piernas en el sofá y seguía comiendo de mi sándwich. el estúpido de ruel también estaba aquí, creo que iban a salir con alguien o tener una cita. no sé y tampoco me interesa mucho. pero esta es una oportunidad que no puedo desperdiciar para moelstarlo.

—lo que se ve no se pregunta.— respondió acomodando su cabello frente al espejo. torcí los ojos y me levanté del sofá al ver a ruel salir del baño con una camisa perfectamente blanca.

oh, sería una lástima que alguien la ensuciara y arruinara su cita.

sonreí y me puse de pie. tomé la lata de la bebida que estaba tomando hace unos minutos y pasé a su lado, fingiendo no mirarlo, tropezándome por accidente y derramándola toda sobre su ropa. me llevé las manos a la boca e hice una mueca de sorpresa y arrepentimiento muy falsa. ni yo me lo creía. ruel me miró casi sacando humo por los oídos y vi como se puso rojo del enfado. me obligué a mí misma a no reírme en su cara.

—¡ay no, perdón ruel, fue un accidente!— dije pasando mi mano sobre la ropa y tallando con fuerza. la verdad, solo lo estaba empeorando más.

—¡mira por donde mierda caminas rue, arruinaste mi ropa!— gritó enojado, con el ceño bien fruncido.

—no es para tanto, fue un accidente.— sonreí inocentemente —solo cámbiate y deja de hacer tanto drama.

—¡no traje otra, tonta!— chilló pasándose la mano por el cabello.

—ese no es asunto mío.— me encogí de hombros, volviendo hasta el sofá.

—¿qué tanto gritan?— preguntó nate confundido.

—¡la tonta de tu hermana me ensució!

—no le digas tonta.— frunció el ceño —solo yo puedo decirle tonta.

—ya le dije que fue un accidente, pero le encanta hacerse la víctima.— dije dándole otra mordida a mi sándwich y sonriéndole con los labios cerrados. que bien se sentía hacer enojar a ruel. se lo merecía, eso y hasta más.

—¡lo hizo a propósito!

—¿por qué haría eso?— le pregunté incrédulo.

—¡solo porque arruiné su estúpida cita con el estúpido de adrien!— me miró enfadado desde el otro lado del sofá.

—¿crees que esto es mi venganza? estás muy equivocado, esto no es nada.— me burlé.

—¡te odio!— gritó pasando de largo a mi lado y abriendo la puerta de la casa.

—¡el sentimiento es mutuo!— grité con una sonrisa antes de que cerrara la puerta.

𝐒𝐄𝐋𝐅𝐈𝐒𝐇     (𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐍 𝐃𝐈𝐉𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora