𝘵𝘳𝘦𝘴.

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—¿qué hay de comer?— pregunté entrando a la cocina.

—solo le pedí que te dijera que bajes a comer, solo eso, no fueron ni cinco minutos, y regresa con un chichón en la frente.— fue lo primero que dijo nate al verme. ruel me miraba divertido mientras se comía una rebanada de pizza y tenía las comisuras de los labios llenas de salsa de tomate —uno de estos días lo vas a venir matando.

—fue su culpa. se apareció de la nada en la puerta y yo me asusté.— se encogí de hombros.

—solo tú puedes hacerle un golpe a alguien con una botella de crema.— negó abriendo una caja de pizza y pasándome un plato con dos rebanadas.

—ya déjame en paz.— murmuré concentrada en mi comida. si había una cosa que amara en esta vida, además de dormir, definitivamente era comer. mi celular vibró y lo saqué con cuidado de no mancharlo.

nolan

hey, ¿estás ocupada?

estoy comiendo con nate
y el tonto de ruel, ¿por?

nada, estoy aburrido
¿nos vemos mañana?

me salvas la vida
¿a dónde vamos?

hay que salir a comer

pero tú pasas por mí

claro

sonreí mirando la pantalla y lo volví a guardar. la verdad agradecía que nolan viniera porque así iba a poder pasar el rato con él sin tener que estar soportando al par de idiotas que hay frente a mí. porque lo más probable era que ruel también estuviera aquí mañana, parecía que no lo querían en su casa. me llevé la rebanada de pizza a la boca y levanté la mirada. me estaban viendo, esperando que hablara.

—¿qué?— pregunté confundida.

—no, nada, ¿con quién hablas?— preguntó nate mientras ruel seguía comiendo pero estaba atento a la conversación. iba a responder algo cuando mamá entró a la cocina.

—hola chicos.— saludó igual de feliz y radiante que siempre. nunca entiendo de donde saca tanta energía —ruel, que sorpresa verte por acá.— le dice besando su mejilla.

—es sarcasmo, por si tu cerebro no lo pudo captar. lo que quiere es que te vayas a tu propia casa y dejes de molestarnos.— dije antes de que él pudiera hablar. me miró mal y me lanzó un trozo de pan que me pegó en el ojo —¡idiota!— me quejé enfadada.

—ya dejen de pelear.— bufó mamá abriendo una botella de agua y bebiendo de ella —¿qué van a hacer más tarde?

—nada.

—dormir.— me encogí de hombros.

—duermes todo el día.— me reprochó cruzada de brazos.

—les apuesto que sueña conmigo.— dijo ruel burlón.

—ni que tuvieras tanta suerte.— torcí los ojos. claro que había soñado con él más de una vez, pero no iba a decírselo y darle más motivos para burlarse de mí.

—bueno niños, les cuento que me invitaron a una cena importante y van a ir conmigo.— nate y yo nos quejamos al mismo tiempo —y no me importa que hagan tantos berrinches como quieran, igual van a ir. así que se cambian para la noche, porque ambos van.

—tengo diarrea, no puedo ir.— mintió nate desesperado.

—¡yo también!— dije escuchando la risa de ruel, pero lo ignoré aunque fuera el sonido más bonito que hayan escuchado mis oídos en todo el día. las cenas de la empresa de mamá eran la cosa más aburrida que pudiera existir.

𝐒𝐄𝐋𝐅𝐈𝐒𝐇     (𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐍 𝐃𝐈𝐉𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora