𝘯𝘶𝘦𝘷𝘦.

511 64 100
                                    



cada maldita vez que veo a ruel, no puedo evitar pensar en las ganas que tengo de besarlo, por más mal que me caiga, por más odioso que sea, por más egocéntrico, mujeriego e idiota que llegue a ser todo el tiempo. no puedo evitarlo. pero una cosa es lo que quiero y otra cosa es lo que voy a tener. y obviamente nunca voy a tener un beso de su parte. al menos no uno fuera de mis sueños. ya es hora de resignarme y aceptar que eso nunca a va a pasar.

—buenos días,— ruel subió como siempre en la parte trasera del auto y se apoyó entre los dos asientos con una sonrisa brillante —¿por qué las caras de amargados? si es un hermoso día, aunque eso sí, no tan hermoso como yo.— se pasó una mano por el cabello y acomodó su camisa.

—¿cómo es que puedes ser tan insoportable a estas horas?— le pregunté cansada, mirándolo de reojo.

—no es mi culpa que seas una odiosa.— me sonrió aún más grande, disfrutando de hacerme enfadar.

—pues tú eres un estúpido.— bufé girando la cabeza para mirarlo de mala gana.

—y tú una amargada.

—idiota.

—mandona.

—imbécil.

—loca.

—feo.

—vete a la mierda.— dijo antes de poner su mano en mi cuello y acercarme de un tirón para estampar sus labios con los míos. abrí los ojos lo más grande que pude y dejé de respirar por unos segundos. jamás. jamás en la vida me imaginé poder llegar a sentir sus labios sobre los míos; no así, no aquí, no ahora.

—¿qué mierda, ruel? ¡aléjate!— nate fue el primero en reaccionar, alejando una mano del volante y separándolo de mí con un manotazo.

ni siquiera sabía cómo reaccionar, qué decir, hacer o... ¡no sabía ni cómo es que seguía respirando!

¿seguía respirando?

ruel acababa de besarme. ¡él hizo eso, enfrente de mi hermano! ¡¿por qué hizo eso?!

nadie dijo nada.

el resto del camino fue bastante incómodo y, para sorpresa de todos, ruel no volvió a hacer ningún comentario estúpido. es más, ni siquiera volvió a hablar, no dijo ni una sola palabra. y no sabía qué me estresaba más; que hablara sin parar o que no dijera nada. las piernas y las manos me temblaban de lo nerviosa que estaba, y podía jurar que después de diez minutos de camino, seguía con la cara roja como un tomate. esta mañana al despertar no se me pasó por la mente que fuera a besarme con él.

¿eso había sido siquiera un beso?

¿por qué estoy pensando tanto todo esto?

no quiero ni verlo a la cara.

—adiós, tengo clase.— dije despidiéndome de nate y bajando del auto en unos segundos. caminé lo más rápido que mis piernas me lo permitieran y busqué como loca con la mirada a nolan. necesitaba contarle esto.

—parece que viste a un fantasma.— se burló en cuanto me vio acercarme a él a paso rápido. me miró confundido cuando tomé su brazo y casi lo arrastré hasta un rincón donde nadie pudiera escuchar nuestra conversación —¿qué te pasa? estás más rara de lo normal.— soltó una risa al verme dar vueltas en mi lugar.

—ruel me besó.— solté de la nada.

—rue, ya sé que sueñas con él, no tienes que contarme cada vez que...— lo interrumpí golpeando su brazo avergonzada —¡auch!

—¡estoy hablando en serio!

—¿en serio.... en seriooooo?— me preguntó abriendo los ojos enorme y tomándome por los hombros. asentí sin saber qué más hacer y él se cubrió la boca con las manos —júramelo.

—¡lo juro, estúpido!

—¡¿y qué esperas para contármelo?!— chilló sacudiendo mis brazos con fuerza.

—fue hace como quince minutos, en el auto. con nate, literalmente enfrente de su maldita cara.— dije pasando una mano por el cabello, sintiendo un revoltijo en el estómago de los nervios —estaba molestando como siempre y solo... lo hizo y ya.

—¿qué?

—pellízcame, creo que estoy soñando.— dije mirando a la nada. solté en mi lugar y acaricié mi brazo cuando nolan me pellizcó muy fuerte —¡no era para que de verdad lo hicieras!— me quejé con el ceño fruncido.

—tú dijiste.— se encogió de hombros y después sonrió igual de grande que el gato de alicia en el país de las maravillas —entonces... te besaste con ruel.— alzó las cejas de arriba a abajo.

—no fue para nada como tú te lo imaginas.— negué y suspiré. nolan me miró en silencio y lo interrumpí cuando quiso hablar —solo lo hizo porque... pues no sé por qué. creo que solo se molestó porque le estaba diciendo cosas, ¡es que no lo entiendo!— me quejé cerrando los ojos con frustración —ruel me va a volver loca.

—es el efecto que tengo sobre todas las personas, no te preocupes.— escuché su voz.

casi me quise arrancar el cabello de los nervios y la vergüenza. que bien, me había escuchado decir eso.

—no te lo creas tanto, me refería a que no te soporto.— me crucé de brazos, mirándolo.

—y tú tampoco te lo creas tanto, solo te besé para que te callaras.— se burló, siguió caminando sonriente y se fue con la primer chica que lo saludó.

—lo odio.— dije sin dejar de mirarlo mal, viendo como coqueteaba con ella mientras se alejaban.

—no, no lo odias.— nolan suspiró, mirándome divertido.

𝐒𝐄𝐋𝐅𝐈𝐒𝐇     (𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐍 𝐃𝐈𝐉𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora