¡Soy Gohan Brief! |Libro II

¿...Cita?

Ahora sí. Me había vestido como en mi sueño, me había perfumado  y había tenido todas las preocupaciones de este último.

Estaba lista para enfrentarlo.

Todavía era temprano por lo que decidí ir caminando para así llegar en punto. Agarré mi pequeño bolso en el cual guardaba mi celular, me despedí de mis padres y abrí la puerta para salir al exterior.

- Ho-hola Mei.

¿Qué ha-ace el aquí?

- G-gohan… - Él estaba vestido como en mi sueño. Perfecto como siempre. - Creí que me habías dicho a las 19:30… Todavía falta hora y media.

- Lo sé. Es qué quería buscarte por mí mismo para que no volaras hasta mi casa, intenté avisarte pero no te encontré en la escuela. Tampoco me respondiste al celular.

- Pero si mi celular… - Tomé mi celular y estaba en silencio con cinco mensajes y tres llamadas perdidas de Gohan. – Oh dios. Lo siento, no me di cuenta. Soy una torpe. – Quería que la tierra me tragara en ese mismo momento ¡Cumple mi deseo Universo por favor!

- No te preocupes, eso me dio una excusa para verte antes. – Sonrió.

Acerqué mi mano a mi brazo y lo pellizqué delicadamente.

¡AUCH! ¡No tan fuerte idiota!

No, definitivamente no estaba soñando.

Y eso me alegraba.

- E-entonces ¿A dónde querías llevarme?

- Te enterarás cuando lleguemos. – Sonrió. – Lo que sí. Necesito que me prometas algo.

- ¿Prometer algo? ¿Qué cosa?

- No utilizarás tus poderes de Eyr a menos que te lo pida. Ninguno.

- L-lo prometo, no pensaba usarlos tampoco. – Me burlé sonriendo.

- Ahora sí ¿Vamos Srta. Son?

- Sí Sr. Brief. – Tomé su mano y lo seguí hasta un auto negro y clásico. – Gohan. – Una risa escapó de boca. – No necesitamos un auto, sabemos volar.

- No hacía falta remarcarlo. – Sonrió nuevamente. – Quiero que tengamos una pequeña experiencia de adolescentes normales. Además mi mamá me lo prestó para que aprenda y no tiene sentido que nunca lo use.

Negué con mi cabeza y entré al auto.

. . .

- Vamos Gohan, sonríe.

- Mei. – Me miró con una pequeña mueca sonriente.

Apenas habíamos entrado encontré una nueva cámara de fotos. Era de muy buena calidad por lo que empecé a sacar fotos del paisaje y de Gohan. El problema es que él no quería y –como su abuelo.- era terco como él mismo.

- Gohan...

- ¿Qué pasa?

- ¿Cómo esta Aoi?

La pequeña mueca sonriente desapareció de un golpe.

- Bien… Creo. Aún le cuesta aceptar todo lo que sucedió. Mi padre está feliz de que volviera. Entrenan juntos, no hablan tanto. Aun así Aoi no le habla a mi mamá. No sé cuál es su problema pero por alguna razón no le dirige la palabra. A mí me habla, secamente pero me habla y creo que ese es un avance…