Capítulo 4 - Shopping

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- ¿No dormías hoy en la habitación de Alex? - me preguntó María al entrar.

- Si, pero no me encontraba bien. - mentí.

- Vaya, ¿quieres que te traiga algo?

- No, gracias. - le dije sonriendo.

- Bueno, pero lo de mañana sigue en pie, ¿no?

- Desde luego, muy mal me tengo que encontrar como para no querer ir de compras. - dije riéndome.

Y eso hicimos. Al día siguiente estuvimos todo el día de compras. Me compre bastante ropa porque no era tan cara como en mi ciudad y yo no me había traído demasiada.

Estábamos tomando algo en una cafetería, cuando Amy dijo:

- Bueno, ¿os caen bien los chicos?

- Si, parecen buena gente. - dijo María. - Además, están bastante bien. - y se rieron las dos. - Se que Alex no está disponible, tranquila. - me dijo.

- Si, si. Lo siento. Es que estaba un poco out de la conversación.

- ¿Y eso? ¿Problemas en el paraíso?

- Problemas no. Pero anoche discutimos.

Se produjo un silencio incómodo.

- ¿Quieres hablar de ello? - preguntó Amy.

- Pues mira, no suelo confiar mucho en la gente tan rápido, pero me habéis caído bien. A ver cómo os cuento esto. Es un poco vergonzoso para mí.

- No te preocupes, no nos vamos a reír. - me dijo María, poniendo su mano en mi pierna.

- El caso es que anoche Alex y yo íbamos a hacerlo por primera vez. Entre nosotros me refiero. Bueno, también iba a ser mi primera vez, pero no la suya. Nos pusimos con los preliminares, - aquí me estaba muriendo de vergüenza - y yo no me sentía cómoda, pero tampoco se lo quería decir, así que empecé a hablar. Él al principio siguió con lo suyo pero ya me puse tan pesada que paró. Le dije que lo sentía y todo eso, pero se enfadó y se marchó de la habitación.

- Vaya. - dijo María.

- Le tendrías que haber dicho que no estabas cómoda. - dijo Amy.

- Ya. Pero yo que sé, me daba vergüenza porque él lo ha hecho miles de veces y yo no. 

- Lo más importante de una relación es la confianza en el otro. - dijo María.

- Si, creo que ese es vuestro problema. - añadió Amy.

- Puede ser. Pero no tendría que haber reaccionado así. Tiene que entender que iba a ser mi primera vez. - dije.

- Y, ¿de qué hablabas mientras intentábais hacerlo? Quizá el problema esté ahí. - dijo Amy.

Miré a María. No podía contárselo o dejaría de ser mi amiga.

- Ni me acuerdo. - mentí.

- Bueno, seguro que se le pasa pronto. Tú no te preocupes. - dijo María.

Un rato más tarde, volvimos a la residencia. Los chicos estaban sentados en un sofá de la zona común y las chicas se acercaron.

- Yo casi mejor me subo a la habitación. - les dije.

- No seas tonta. Ven. No tienes porque cruzar palabra con él ahora. - me dijo Amy.

Nos sentamos en el sofá de enfrente y empezaron a hablar.

- Mañana hay una fiesta en la residencia de al lado. - dijo Harry. - Es nuestro último día libre antes de que empiecen las clases.

- ¿De fiesta mañana? - dijo Amy. - ¿Pensáis ir de empalmada a clase el primer día? Paso.

- Va, tía. - dijo María. - Hay que acabar el verano por todo lo alto. Además, el primer día nunca se hace nada. Son todo presentaciones.

- Va, anímate. - dijo Alex. Me sorprendió que quisiera ir a una fiesta la noche de antes de empezar su carrera soñada.

- Además, aquí las fiestas acaban super pronto. Los ingleses y americanos no sabéis hacer fiestas. Os tengo que llevar yo un día de fiesta en España. Allí si que sabemos. - añadió María.

- Bueno, está bien. - dijo Amy. - Pero a las 2 quiero estar ya de vuelta. Tengo la primera clase a las 8.

- Des, tú te apuntas, ¿no? - me dijo Harry.

En un principio iba a decir que no, pero hay algo en Harry que me llama la atención y quiero conocerle mejor.

- Bueno, si vais todos... - dije.

Londres, Tú Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora