Ese día mi novio no había ido a clases, me sentía sola, ya que sólo me juntaba con él, no me llevaba muy bien con las chicas y era un poco antisocial.
Todos se despedían, porque saldríamos de vacaciones de verano...aunque extrañamente estas últimas semanas se habían presentado lluvias torrenciales en algunos lugares, climas nublados y helados, como si estuviéramos en pleno invierno.
Decidí emprender camino a casa junto a una compañera de clases, Mariana, una chica alta, no tanto, pero más alta que yo; cabello corto, negro y liso, su contextura corporal era normal y era de piel morena pálida. No me llevaba relativamente bien con ella y no era la mejor persona del mundo, pero teníamos el mismo destino, vivíamos en casas cercanas.
Pasamos por el centro de la ciudad caminando y era extraño, en plena época de ventas navideñas, muchas tiendas estaban cerradas y la gente caminaba errante por las calles buscando un lugar donde comprar regalos.
El ambiente estaba raro, nublado, y la gente parecía estar apagada, las calles se encontraban en mal estado, quizá una de las razones por las cuales había poco tráfico, las "áreas verdes" que se encontraban en las calles parecían estar cada día más crecidas, pero no era muy normal, en estos últimos días habían crecido como si hubieran pasado años, yo creía que por esa crecida, las raíces habían arruinado el pavimento...-¿Seguimos caminando o tomamos el micro bus? De todos modos no estamos tan lejos.-pregunté.
-Bien, caminemos, a demás no he visto ningún micro bus en todo el trayecto- resongó mi compañera.
En medio de una masa más de personas buscando regalos, un hombre calvo y alto que se veía nervioso, chocó contra mi, dejando caer algo. No se detuvo por chocar, lo observé mientras se alejaba entre la gente y luego miré al suelo, había dejado caer un... ¡¿arma?!. La tomé sin pensarlo, ¿por qué?, no lo sé, un presentimiento. Sin que nadie se diera cuenta, la escondí en el borde superior de la falda, en la cintura, a un costado que no se viera. El hombre pareció no darse cuenta que se le había caído tal objeto.
-¿Continuamos?- preguntó Mariana, despertándome de mis pensamientos, por el choque me había detenido.
-¿Eh?... Sí, sí vamos.
Continuamos el camino, llegamos a un lugar donde no habían personas al rededor.
-¿No te parece extraño?-preguntó mirando con preocupación a todas partes.
-Es un tanto escalofriante... ¡Mira!, ¿qué mierda es eso?- dije apuntando hacia el lugar.
A lo lejos se alzaba una mancha poco reconocible verde en el suelo. Nos acercamos para ver. Eran unas extrañas plantas grandes, como algas, pero estaban esparcidas en el suelo, como sí se hubieran marchitado, pero seguían verdes.
-¿Qué son?-preguntó Mariana temblando.
-No sé, nunca las había visto.
Con mi mano derecha sujetaba con fuerza el arma que estaba en mi costado, sin que ella lo notara. ¡Esas plantas no eran normales!, en lo que se podría considerar su extremo superior, tenía pequeños cráneos, como de niños, pero sin las aberturas de los ojos, en la "mandibula" tenía tres anchos dientes superiores y cuatro inferiores.
Una de las monstruosas plantas comenzó a moverse y cuando se irgió completamente, fijó su atención en mi. Comenzó a acercarse lentamente abriendo y cerrando su mandibula, mostrando unos colmillos que no sé de donde los sacó.
Temblando saqué el arma y apunté. Poco segura de la locura que estaba pasando, apreté el gatillo y nada, la puta pistola estaba vacía. Maldeci mil veces en mi cabeza y esa cosa seguía avanzando.
Mariana y yo comenzamos a retroceder lentamente.
Entonces, escuchamos una motocicleta, despertamos instantáneamente, ya que aparte de nuestras nerviosas respiraciones y confundidas voces, era lo primero que escuchábamos desde que esto comenzó a pasar.
En la motocicleta apareció un hombre y, al vernos, se acercó, paró y me arrojó otra arma, más grande-yo no sé de armas- y apreté el gatillo con los ojos cerrados rezando que funcionara. Un certero disparo en esa clase de cráneo no tardó en escucharse, el impulso del disparo me hizo caer y esa cosa se desplomó en el suelo.
El tipo se acercó a nosotras.-Se te dan las armas- dijo ayudándome a levantarme del piso.
-Nunca había usado una...
-¿Y esa?-dijo apuntando la que tiré al suelo cuando no funcionó.
-Me la encontré...-dije dudando y recogiéndola.
Era un hombre alto y guapo, con un poco de creciente barba y tez morena, traía puesta una chaqueta café de cuero, pantalones de mezclilla, zapatos negros y usaba un sombrero como vaquero.
-Gracias...-dije apenada.
-¿Qué está pasando?- preguntó Mariana aún asustada.
-¿No lo saben?, el ser humano cometió errores y ahora sufrimos las consecuencias, ya NADIE ESTÁ A SALVO.
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NO ONE IS SAFE© PAUSADA
HorrorEl primer hombre en la tierra apareció hace aproximadamente 1,750.000 años atrás. Su aspecto era el de un chimpancé, se movilizaba sobre sus extremidades posteriores y difícilmente presentaban una amenaza para la naturaleza. Hace 200 000 años atrás...