Día 4.

246 34 5
                                    

Avances: Él tomará en cuenta mis sentimientos, por lo tanto supongo que es como un permiso para conquistarlo. Además estamos en un extraño círculo de coqueteos, así que supongo también, que le atraigo.

Anotaciones: Creo que lo mejor es hacer que nuestra relación falsa avance lentamente, así que le pediré una cita.

Datos: Al parecer es ordenado, le gustan los perros y estudia para ser veterinario. Además hablar con él es entretenido.

Esa mañana luego de escribir mis interesantes anotaciones, me puse una ropa presentable y salí de mi casa como todo un luchador para cumplir con una misión imposible y suicida.

Le iba a pedir una cita a Dean.

Últimamente había hablado un poco con Key y ella me había dicho algo que para mi sorpresa, no fue tonto o loco, sino bastante lógico: "Si él no te conoce correctamente, jamás se interesará o enamorará de ti"

Con esa simple frase había pensado y reflexionado sobre esto y me di cuenta de que tenía razón, ambos debíamos tener una cita.

Me ponía un poco nervioso este tema, e incluso no pude controlar mi ansiedad cuando lo vi afuera, regando las flores con tranquilidad.

No podía entender por qué le gustaban tanto las flores, no había nada tan frustrante como tener que cuidarlas. A lo largo de mi vida por pereza de regarlas mis flores siempre habían muerto.

—¡Creo que dije que no hacía falta espiarme!—gritó de repente Dean, haciéndome volver a la realidad. 

—Técnicamente no te espiaba—contesté cruzado de brazos mientras me acercaba a él. 

—¿De verdad?—preguntó alzando una ceja y esbozando una sonrisa burlona. 

—De verdad—hablé con sinceridad—Solamente venía a saludar y me preguntaba por qué te gustan tanto las flores. 

El chico pareció algo pensativo, en ese momento se agacho y cortó con una de esas tijeras extrañas para plantas, helechos y yuyos. 

—Solamente me gustan—respondió con simpleza—Es entretenido cuidar una semilla día a día para que se convierta en algo bello, como una rosa... ¿A ti no te gustan las flores?

—No demasiado—dije automáticamente—Al menos no me gusta cuidarlas, pero supongo que tenerlas en un ramo es bonito. 

Dean volvió a levantarse del suelo y pasó a la siguiente planta mientras fruncía los labios en un obvio desacuerdo. 

Él de verdad era muy fácil de leer. 

—¿No te gustan las flores así? —consulté siguiéndolo. 

Dean repentinamente se dio vuelta y se acercó a mí, quedando a centímetros. 

Aunque de a poco me estaba acostumbrando a esta cercanía, aún podía sentir mis mejillas calientes cuando tenía enfrente sus brillantes ojos azules. 

—¿Cuál es el afán de cortar las raíces de algo tan hermoso?—preguntó confundido.

En muy pocos centímetros nuestros labios podrían encontrarse, pensé, extrañamente anhelante por ese contacto. 

Fue en ese momento que me recordé a mi mismo que tenía que procurar que la relación avanzara correctamente. 

—¡Muy rápido!—grité alejándolo de un golpe. 

—¡Auch!—exclamó Dean, tocándose el pecho con dolor—No hacía falta golpearme... 

—Lo siento mucho ¿Quieres salir conmigo en una cita?—pregunté rápidamente. 

Experimento Homosexual Donde viven las historias. Descúbrelo ahora