Día 10.

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Avances: Voy a ir a dormir a casa de Dean.

Anotaciones: Después de todas las burlas de mis hermanos y de la confusión de mis padres por querer ir a dormir a casa de mi vecino, hoy por fin me dirigiré a pasar una noche a solas con Dean.
Y no, no estoy mal pensando nada.

Datos: Falsa alarma, el tal Eliott es solo su amigo y ex.

~~~

—Sigo diciendo que es muy raro que vayas a dormir con el vecino—insistió por última vez Lis, persiguiéndome hasta el living, donde estaba mi bolso para poder irme.

—Y yo sigo diciendo que no debe interesarte lo que hago—repetí por décima vez.

—Eres muy injusto—soltó mi hermana cruzándose de brazos.

No la culpaba por ser curiosa, después de todo, ella tenía trece años y su vida se basaba en enterarse de los chismes, pero, en este momento, de verdad me molestaba su insistencia.

—¿Qué es injusto?—pregunté cerrando mi bolso.

—Sabes que mamá y papá quieren hablar seriamente contigo hace semanas, y jamás les prestas atención—empezó frustrada—En cambio, vas a casa del vecino.

Ahí fue cuando me sentí un poco mal.

Hoy había sido la segunda mañana desayunando con mi familia, pero siempre intentaba ignorar cualquier situación en la que pudiera quedar a solas con mis padres.

—Me voy—murmuré sin escuchar respuesta.

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La casa de Dean era tal y como la recordaba: con un estilo que señalaba que ese era su hogar, acogedor y bonito.

Aquel día mi vecino parecía estar vestido de manera más casual, y me costaba admitir que mi corazón seguía con sus malos funcionamientos.

—¿Qué quieres que cenemos?—preguntó Dean, una vez que nos encontramos sentados en su sillón.

—No lo sé... ¿Pizza tal vez?

—Si quieres podemos pedirla—propuso mi vecino—Haremos mitad de queso y mitad de anchoas.

—¿Anchoas?—lo interrogué asqueado.

—A mí me gusta.

Ante el comentario de mi vecino no pude hacer menos que pensar en los extraños gustos que tenía.

Pudin de chia.

Helado de menta granizada.

Y pizza de anchoas.

Una vez que realizamos el pedido, nos enfrascamos en una extraña charla sobre las comidas que nos gustaban y terminé riendo por las ocurrencias de mi vecino.

Me sentía algo incómodo en su casa.

Era un espacio desconocido para mí y no sabía muy bien qué hacer, así que me mantenía sentado en su sillón (único espacio de la casa que conocía completamente) procurando no moverme mucho.

Una vez que llegó la pizza y Dean me guió a su mesa pude ver que extrañamente esta era de vidrio y, además, tenía un bonito adorno de un árbol.

—¿Tomamos cerveza?—me preguntó el moreno en cierto momento y yo asentí.

No era bueno con el alcohol y sabía que tenía que decirle que no, como cualquier persona lógica haría. Pero supongo que soy algo idiota a veces.

—Si quieres, luego podemos ver una película—tanteó Dean.

—¡Puede ser!—me emocioné con la idea de ver algo que no fueran películas animadas, fantásticas o de terror—Sería bueno ya que en mi casa debido a mis hermanos...

Me quedé callado repentinamente al darme cuenta de que el alcohol ya me estaba haciendo más hablador.

—¿Tus hermanos...?—me instó a continuar Dean.

—Ellos siempre eligen las películas—completé lentamente.

—Háblame de ellos—pidió el moreno y yo dudé.

Me daba un poco de miedo no poder controlarme y soltar algo sobre los experimentos de mi hermana.

—¿No será algo aburrido ya que técnicamente los conociste?—le pregunté esperanzado por un cambio de tema.

—Claro que no, quiero oírte hablar—contestó Dean con una linda sonrisa en su rostro.

Al instante mi corazón dio un vuelco y decidí armarme de valor para hablar y al mismo tiempo intentar no decir algo incorrecto.

—Bueno, yo soy el mayor—empecé con precaución—Y luego sigue Key, a la cual le llevo tres años...

—¿Cómo es ella?

Quise maldecirlo, pero simplemente intenté recordar lo que debía decir para no soltar cosas raras.

—Está completamente loca—dije sin dudas—Es muy divertida y tiene ocurrencias extrañas, pero aquí entre nosotros, puede llegar a ser muy manipuladora e inteligente.

—Si no me equivoco ella es muy parecida en lo físico a ti—dudó Dean.

—Todos los Beller somos similares—respondí encogiendome de hombros, feliz por haber dicho todo correctamente—Rubios y de ojos marrones.

Por alguna extraña razón Dean parecía verdaderamente feliz al verme hablar y eso solo me hizo sentir más cómodo, animandome a seguir hablando.

—¿Luego de Key?

—Luego está Jay—le contesté rápidamente—Es todo un adolescente rebelde, sarcástico y ama burlarse de mí, pero muy por dentro es algo sensible.

—¿Es el que ayer decía que yo era tu novio?

Al oír eso me quedé intentando recordar en qué momento había ocurrido eso... Luego sentí calentarse mis mejillas y comencé a asentir repetidas veces.

Tomé un buen sorbo de cerveza para darme valor para continuar.

—Luego sigue Lis...—seguí nervioso—Ella y Toddy son mellizos y son personas muy diferentes. Lis es muy chismosa, curiosa y en ocasiones metida, mientras que Toddy es un ente.

—¿Un ente?—preguntó Dean.

—Así le decimos porque no hace nada, simplemente vive tranquilo en su propio mundo—le expliqué con diversión.

—¿Los mellizos son los menores?

—No... Luego está Erie—le conté haciendo una pausa—Ella es una buena niña, algo chillona y molesta, pero también muy dulce.

Y después de mi contestación un silencio se estableció donde simplemente él me miró con una sonrisa que yo correspondí.

—¿Qué pasa?—pregunté.

—Solamente me gusta verte sonreír.

Sabía que mi objetivo era terminar con el experimento, pero sinceramente la nueva sensación que me abrumaba cuando miraba a Dean estaba comenzando a tentarme.

Para intentar enfrentar los sentimientos serví más cerveza en mi vaso.


Experimento Homosexual Donde viven las historias. Descúbrelo ahora