Epílogo

243 39 7
                                    

Avances: 68 días desde que estoy intentando reconquistar a mi vecino. Hoy iré a ver películas a su casa y pienso hacer un movimiento arriesgado. 

Anotaciones: ¡68 días y el muy idiota aún no ha cambiado de parecer!
Le regalé un perro y flores, lo llevé al parque y fuimos juntos al cine, tomamos helado e incluso le hice un regalo de cumpleaños estupendo.
Está bien, me equivoqué totalmente en el pasado, pero... ¿Qué tengo que hacer para que me preste atención de una buena vez?

Datos: a Dean de pequeño le daba miedo una almohada (es demasiado raro)

~~~

Estaba sentado en el sillón de la casa de Dean junto a este, ambos viendo una película.

Yo ni siquiera estaba prestando atención, solamente pensaba en la manera para que el chico cayera a mis pies de una buena vez.

Nunca me había esforzado tanto y aún así, todavía no lo lograba. 

Maldito el día en el que decidí anotar todas mis estupideces en un cuaderno.

—No estás prestando atención—dijo Dean de repente con una media sonrisa.

Al menos ya había comenzado a sonreírme y sin dudas, eso era un gran avance.

—Te estaba mirando a ti, que eres aún mejor que la película—le contesté guiñandole un ojo.

Dean solamente puso los ojos en blanco.

¿Sólo eso?

—¿Cómo está todo en tu trabajo?—preguntó interesado.

—Bien, supongo—respondí simplemente—Ahora lo que me tiene preocupado es la mudanza. 

Al nombrar esto no pude hacer menos que preocuparme un poco ¿Si me iba de aquí el chico me olvidaría? 

Miré a Dean algo preocupado y fue en ese momento que vi un gesto casi imperceptible: el moreno parecía algo triste. 

¡Entonces si me extrañaría!

—¿Tu nueva casa... Está lejos?

—A veinte minutos de aquí.

Eso era bastante teniendo en cuenta que yo contaba con otras responsabilidades. 

Ninguno habló y fue entonces cuando empecé mi plan y aproveché la oportunidad. 

—¿Me darás un regalo de despedida?—le pregunté acercándome un poco a él y empezando a sentir el calor en mis mejillas. 

—¿Qué es lo que quieres?—preguntó el chico confundido. 

Lo miré fijamente a esos hermosos ojos azules que tenía y mi corazón empezó a latir rápidamente.

Después de 68 días podía decir con toda seguridad que yo estaba perdidamente enamorado del idiota de Dean. 

—¿Qué tal un beso?—murmuré a centímetros de sus labios. 

Su reacción no se hizo esperar, me alejó dulcemente sin decir ni una palabra. 

Digamos que el rechazo me dolió bastante. 

—Seth...—empezó lentamente al ver mi reacción. 

Mi orgullo había sido herido al igual que mi corazón ¿Acaso ya no le gustaba a Dean? ¿Qué hacía con todos estos sentimientos entonces? 

—Creo que debería irme para preparar lo último de la mudanza—le dije con una sonrisa forzada. 

Me levanté sin escuchar respuestas. 

De repente sentí que me tiraban del brazo y en segundos estaba sentado sobre Dean, besándolo apasionadamente. 

Al principio jadeé, algo sorprendido por la intensidad del beso, pero en segundos cerré los ojos y me dejé llevar.

Nuestros labios estaban unidos y mantenían una danza frenética, nos besabamos con desesperación, con pasión contenida. 

Dean introdujo su lengua y fue ahí cuando las cosas subieron de nivel: profundicé aún más su beso y él me tomó fuertemente de las caderas, para comenzar a repartir besos en mi cuello. 

Todos mis sentimientos estaban al borde y fue entonces que no pude contenerme. 

—Estoy enamorado de ti ¿Lo sabes?—le pregunté con la respiración agitada. 

Él dejó de besarme repentinamente para observarme algo curioso y sonrojado. 

—Lo sé—dijo con dulzura. 

—¿Yo te gusto aunque sea un poco?

Esperé pacientemente una respuesta y me prometí algo a mismo. 

Sí él decía que no, lo dejaría en paz e intentaría olvidarme de él ya que de otra forma me haría daño a mi mismo. 

Sí él decía que sí... 

Podría ser completamente feliz.

—Seth...

—Dean, sé sincero.

Un enorme silencio nos invadió y vi al chico teniendo una batalla interna.

Finalmente suspiró.

—Nunca dejaste de gustarme, tonto—contestó finalmente—Estaba muy enojado por tus mentiras pero... 

—¿Quieres ser mi novio, Dean?—lo interrumpí con mis mejillas rojas totalmente emocionado.

—No lo sé Seth...

—Si te gusto y tú me gustas solo necesito que confíes en que cambié y podremos hacer las cosas bien.

Nuevamente había dudas en él, esto se reflejaba claramente en su rostro.

—¿Prometes no mentirme?—preguntó precavido y yo asentí reiteradas veces. 

—Prometo ser sincero, di que sí. 

El rió un poco por mi ansiedad y acarició mi cara. 

—Entonces soy tu novio, Seth. Pero si vuelves a mentirme...

No lo dejé terminar, nuevamente nos besamos, esta vez con dulzura, mientras sentía como mi corazón latía. 

Fue en ese momento que me di cuenta de algo que me avergonzó en gran medida: la posición en la que estábamos no era la más "inocente"

Nos encontramos muy cerca y yo estaba sentado sobre él, me sonrojé al recordar que hace un momento nos habíamos besado apasionadamente en esa postura. 

—Estas rojo—dijo el chico mirándome fijamente con esos ojos azules tan brillantes.

—Es porque tengo calor. 

Ante mi excusa mi novio solamente levantó una ceja y sonrió de manera arrogante. 

Fue entonces que supe que lo mejor era salir de aquí lo más rápido posible, por el bien de mi corazón. 

—Permiso, la posición es un poco...—intenté levantarme rápidamente y terminé cayendo al piso, pasando una gran vergüenza. 

Dean comenzó a reír fuertemente y esto solo me hizo avergonzarme más. 

—No te pongas tan nervioso—rió ayudándome a levantarme—Después de todo soy el resultado de tu reconquista. 

No pude hacer menos que ofrecerle una sonrisa y coincidir con él.

Todo esto había sido el resultado de un experimento. 




~⭐~
Bueno, con este epílogo terminaría la historia, pero todavía estoy decidiendo si puedo cerrarla por completo con un par de extras.

Experimento Homosexual Donde viven las historias. Descúbrelo ahora