Capitulo 3: Una mano amiga.

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Lugunica como cualquier otro ciudad puede tener un paisaje diferente dependiendo de con que ojos la mires. Y hoy, para un veloz hombre solitario era verdaderamente bella. Ya sea por lo colorido de las personas, o quizás era el aire fresco que llenaba los pulmones de Suiryu provocando una sensación especial en su interior, como si el aire tuviese algún sabor, un sabor agradable y refrescante que te provoca querer mas de el.
Eran como vacaciones para el, sin preocupaciones, pues el creía que no encontraría peligros como antes, un pensamiento bastante optimista para ser el primer dia.
Niños jugando, adultos paseando, personas mayores conversando de lo lindo que es el clima o trabajando. Todo era tan agradable de ver. El podía ser incluso mas rapido, pero no quería.
Mas de una vez se desvío del camino para observar y disfrutar con mas calma. Patinar en la acera o el techo de las casas era un verdadero placer que combinado al resto de elementos hacían de todo esto una experiencia memorable.
Para bien o para mal, el una vez mas llamaba la atención de las personas. Mas de una vez Suiryu jugueteo con los jóvenes que encontraba, ellos no podían hacer nada mas que maravillarse ante la destreza del hombre misterioso que corría como el viento y que ademas paseaba por la calles como si fuesen su patio de juego.
Hacer cosas peligrosas e irracionales también era parte de su diversión. Tales como correr a gran velocidad entre la gente sin tocarlas o pasar por rincones oscuros sin salida, acrobacias con lo que se encontrara o tirarse de edificios de gran altura para sentir la adrenalina de estar en peligro. Una verdadera libertad, como la de una ave que revolotea en los aires sin temor a nada.
Claro, siempre estaba la incógnita de: ¿y si a alguien le molesta? tenerlo presente reduce la probabilidad de mas tarde ser amonestado, seguir reglas es un buen resumen. Pero ninguna regla o ley puede imponerse si no hay poder que la respalde. Y al parecer, este reino tiene guardianes que deben mantener el orden...
Un hombre entre la multitud que había quedado tan impresionado como los transeúntes que le rodeaban, decidiría seguir a esa misteriosa figura que corría veloz y descontrolada. Era un joven de altura sobresaliente, de un cabello rojo intenso y ojos celestes como el cielo. Muchos dirían que tiene un rostro bien parecido. Este sujeto que con un elegante traje vestía, tenia en su cintura una impresionante espada que guardaba con mucho cuidado.

—¡¡Oigame, Usted!! ¡¡Deténgase por favor!! —gritaba con todas sus fuerzas el hombre desconocido—.

—¿Mhm? "¿hay alguien en este mundo capaz de seguirme el paso?" pensó Suiryu. "Esto es emocionante, quizás quiera enfrentarme por haber roto alguna norma. La verdad no quería meterme con nadie ahora mismo, pero seria un desperdicio no corresponderle si el quisiese interponerse en mi camino".
—Suiryu se detiene desacelerando lentament—-. ¿Que pasa? ¿acaso he roto alguna regla, oficial?.

—No exactamente, si bien se recomienda no correr de esa manera en distritos con tantas personas, puedo ver que lo manejas bien, y tampoco no veo a nadie lastimado o enfurecido por tus actos. Y para serte sincero ahora mismo no estoy de servico. Así que me gustaría hacerte solo una pregunta. Pero antes, mi nombre es Reinhard van Astrea, miembro de los caballeros del reino. Entonces, ¿puedo saber quien es usted?.

—"Asi que solo quería saber quien soy... decepcionante para ser sincero. Esperaba que quisiese detenerme a la fuerza o algo por el estilo". Mi nombre es Suiryu.

—Asi que Suiryu, tu nombre es algo poco comun. ¿Eres acaso un extranjero?.

—No provengo ni de esta ciudad, ni tampoco de ninguna parte de este pais... asi que supongo que entro en esa categoria.

—Me lo imaginaba... puede que suene algo entrometido de mi parte, ¿pero a donde te diriges ahora mismo? aunque actualmente no este de servicio debo ser precavido, especialmente con desconocidos como tu, espero que lo entiendas y no tengamos que complicar las cosas para nadie.

Desde los escombros (Suiryu en el mundo de Re: Zero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora