22 ╬ MAMÁ ╬ drabble

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Si quieres reescribir, adaptar o continuar esta historia, pregúntamelo por comentario o mensaje privado, y es casi seguro que responderé que sí. Pero pregunta. De lo contrario, lo tomaré como plagio y una falta de respeto.

* * *

—¿Te vas a quedar ahí parado haciendo nada, o me vas a ayudar?

Loki sonrió y volvió a la realidad, al tiempo que ayudaba a su madre con las flores para la fiesta. No había estado 'haciendo nada'. Se había quedado admirándola.

Pocos podían presumir de tener una madre tan bella. El dios no estaba muy seguro de su edad, pero intuía que estaba arriba de los dos mil años. Y sin embargo, sus ojos aún relucían jóvenes y las únicas arrugas que tenía eran las de la risa.

Tendió una mano y sostuvo un ramo de flores. Ella lo miró y le dedicó una sonrisa cálida que Loki no pudo menos que corresponder, achicando los ojos bajo el blanco cegador del cielo invernal.

—Mira cómo ha crecido este narciso. Es precioso —comentó su madre, acariciando un pétalo amarillo. Ella y Loki habían trabajado juntos con su magia para que hubiesen flores en la Noche de las Madres, incluso aunque el clima anunciara nieve.

—Tanto como tú —contestó Loki. La reina Frigga se giró para mirarlo con un gesto de diversión. Acto seguido, cortó el narciso y se lo tendió a Loki, quien lo tomó enarcando una ceja.

—Para que se lo entregues a la dueña de tu corazón —dijo ella.

Loki sonrió descaradamente y se lo devolvió. Ella puso los ojos en blanco y se rehusó a tomarlo.

—A mí no.

—Tú eres la dueña de mi corazón, mamá. Feliz día de la madre, como dicen los humanos.

—Ni siquiera es hoy, en Midgard. Para ellos esto es Navidad —retrucó ella, pero tomó el narciso y respiró su perfume.

—Tssk... Detalles, minucias —dijo Loki, desechando la corrección con un gesto de la mano.

—Pero, en serio, ¿tu corazón no tiene dueña? ¿Ninguna ha logrado ganarse tu lealtad?

—No, madre —Loki la miró con una mueca despreciativa, aunque no iba dirigida a ella—. Ninguna se ganó mi lealtad ni mi amor ni nada. No tengo amante. No sé por qué seguimos hablando de esto.

—Bueno, amantes no —accedió la diosa, con un gesto de decepción—. ¿Amistades?

—Mi única amiga eres tú.

Su madre lo miró con una sonrisa resignada.

—Yo no estaré para siempre. Necesitas dejar tu corazón en otra persona.

Loki le restó importancia al futuro que auguraban esas palabras, y le plantó un beso en la mejilla.

—Pues ahora estás aquí, y eso es lo único que preciso —dijo, y soltó el ramo de flores que cargaba para poder estrechar a su madre contra su pecho. Las flores levitaron sin tocar el suelo, para no arruinar su trabajo de semanas.

Su madre devolvió el abrazo cuidando de no aplastar el narciso que Loki le había regalado, y por unos largos minutos se olvidaron del resto del mundo, de la fiesta y de la nieve que se preparaba en las nubes.

Loki sonrió, porque en ese mundo, Yggdrasil y el resto del universo, no había nadie tan especial como su madre, y eso era un hecho.

Daño mental ✵ LokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora