ÁMAME||C.V. Y TÚ||TERMINADA

48. Lago

—No quiero ser así... No te alejes, por favor —Dijo Christopher y ella solo lo miró a los ojos

—No puedo prometer eso... Todo depende de ti —Dijo _______ con cierto temor

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Después de volver del cementerio, Christopher estaba muy serio, pero se miraba cabizbajo, parecía triste

______ lo miraba desde el pie de las escaleras, él estaba sobre el sofá, sentado simplemente viendo el suelo, parecía que en un momento resbalara por el sillón y caerá al piso

"Él te ayudo cuando tú estabas triste... Deberías hacerlo tú también"

—¡Chris! —Lo llamó, él solo alzo su rostro para mirarla —¿Qué te parece si salimos a andar? Estoy un poco aburrida —Dijo ______ y Christopher asíntio

—¿Y a dónde quieres ir? —Dijo él

—A dónde tú quieras... Confío en ti para esto —Dijo _______ con una enorme sonrisa, Christopher lo pensó unos segundos y asíntio, se levantó y tomo las llaves del auto, ambos salieron, Christopher comenzó a conducir hacia un lugar muy lindo y especial para él

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—Oh por dios, esto está hermoso —Dijo ______ cuando bajaron del auto, era un laguna, la laguna de la casa de bosque de los Vélez

—Amaba venir aquí cuando era niño... Veníamos cuando papá estaban muy estresado por el trabajo, yo me divertía muchísimo jugando en el agua, lanzando rocas o incluso simplemente sentado a la orilla, en paz —Dijo Christopher mientras lentamente se acercaban a la laguna

—¿Entramos? —Dijo ______ y Christopher hizo una mueca

—No tengo las llaves, mamá es la que las tiene —Dijo Christopher, pero aún así se acercaron a la casa

—¿Ya ha pasado mucho desde la última vez que vinieron, verdad? —Dijo ______ y Christopher asíntio

—¿Por qué lo dices? —Dijo Christopher, se acercaron y Christopher abrió los ojos al ver la casa tan descuidada

—Simple presentimiento —Dijo ella, Christopher cuando venía no se acercaba a la casa, siempre se mantenía a la orilla del río

—Mamá ya no suele venir —Dijo Christopher

—¿Y que tal si nosotros la reparamos? —Dijo ella y Christopher frunció el ceño confundido

|Narra Christopher|

—¿Nosotros? —Le dije confundido, ¿Cómo por qué la arreglaría? No me interesa la casa en lo más mínimo

—Si, arreglarla y tal vez puedas venir después, incluso quedarte por algunos días —Dijo ella con una pequeña sonrisa

—¿Y me ayudarás a repararla? —Dije y ella asíntio —¿Y también vendrías a quedarte esos días conmigo? —Dije y ella se quedó callada —No...

—Por supuesto, me encantaría venir —Dijo ella y yo sonreí

Hoy había amanecido muy extraño

No sabía que era lo que me pasaba

Ella... Siempre con esa sonrisita contagiosa, es la que a logrado que salga de casa

________ es una perfecta amiga y acompañante, es algo que en verdad deseo para mí

Tener a alguien

Pero... Cuando estamos aquí, me siento nervioso, confundido y desencajado

El como me sonríe, como me habla, como me ve

¿Y si todo el tiempo he estado equivocado?

¿Y si ella es la mujer a la que debo querer?

¿Y si... Ella se va?

Simplemente de pensarlo me hace sentir miserable.... No te tendré a quien ver en las mañanas, con quien discutir, quien me pelee el control de la televisión, quien llené mi casa con risas y gritos... Quien me soporte

Ella hace que la casa se sienta diferente... Que yo me sienta diferente...

¿Pero que idioteces estoy diciendo?

Por Dios, apenas ayer me dijo que era un idiota, como puedo estar hablando maravillas de ella

—¿Quieres lanzar rocas al lago? —Dijo ella y yo asentí, tomamos unas rocas del suelo y nos acomodamos mejor, empezamos a lanzarlas, obviamente yo iba ganando

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—Ultimo tiro —Le dije y ella asintió, la dejaría ganar, se lo merece, lance mi roca con la mínima fuerza, entonces ella tomó la suya y la lanzo, superando a la mía

—¡Gane! —Dijo ella mientras sonreía y hacia un bailecito raro, verla sonreír era tan placentero, parecía que no había tristeza en su mundo...

Mire el cielo, no podría distinguir la hora ya que el cielo estaba gris, iba a llover

Fue entonces cuando pequeñas gotitas comenzaron a caer

—Bueno, ya es hora de irnos —Dijo ella, pero yo no me moví... Ella me tomo del brazo y me jalo —Vamos Christopher, hay que volver —Dijo ella, las gotas comenzaron a caer más recio y grandes

En cuestión de un minuto, ambos estábamos empapados, me gire a mirarla, mi corazón sentía que latía con fuerza

Sin pensarlo más, me acerque a ella, tome su rostro entre mis manos y plante un beso, un beso que se volviera casi tan intenso como la lluvia...