ÁMAME||C.V. Y TÚ||TERMINADA

74. Dulzura

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|Narra TN|

Ya ha pasado más de un mes desde que volví a los brazos de Chris, todo ha sido maravilloso
Todo ha sido amor y caricias, Christopher se porta conmigo como todo un amor y eso lo adoro

Siempre está diciéndome cosas bonitas, me besa de repente, siempre me toma de la mano, cuando volvemos del trabajo hacemos el amor como desesperados y cenamos tranquilamente

Lo único que si quisiera cambiar en este momento es el hecho de que mis hermanos no me hablan
Hace semanas que no se de ellos, no me contestan las llamadas ni los mensajes y no quiero ir a casa porque si me rechazan, me dolería bastante

—¿Lista para irnos? —Dijo Christopher entrando a mi oficina, yo despegue mi mirada del monitor y le di una sonrisa

—Si, deja guardo el archivo y nos vamos —Dije mientras lo miraba, después de haber guardado mi trabajó, apague la computadora y me levanté de la silla, tome mi bolso y salí con Christopher, en el pasillo me despedí de mis amigas, tomados de la mano, salimos de la oficina y vamos hacia el auto, subimos

—Amor, en unos días es tu cumpleaños —Me dice mientas enciende el motor, yo lo miro y asiento

—Lo se, pero ya...

—Mamá ya está organizado una fiesta —Dijo y enseguida solté un suspiro, no quería celebrar mi cumpleaños, no por el distanciamiento con mis hermanos

—Pero te dije...

—Lo se, se lo dije a mamá, pero ella me ignoró completamente, incluso ya hasta mandó a pedir un chef de Italia, música en vivo... Al parecer es la fiesta más grande que ha organizado —Dijo él y solo negué, no quería fiestas, me recuerda que me hago más vieja —Quiere darte un buen cumpleaños, eres la esposa de su bebé y la nuera más agradable —Dijo Chris y yo reí, sinceramente no puedo portarme grosera con Yenny, ella es muy linda conmigo desde que me conoce

—Pero no me siento muy cómoda con las fiestas —Dije mirándolo

—¿Es por tus hermanos? ¿Por ello no quieres celebrar? —Dijo Christopher ya un poco serio, yo solo me quedé callada

—¿Qué crees que hayan hecho las chicas para la cena? —Dije cambiando drásticamente el tema

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Pasaron los días, mañana era la dichosa fiesta, las mellizas habían venido por mi para irme a comprar un vestido, querían que me cortará el cabello pero al instante huí de ahí, compramos zapatos, unos accesorios, quisieron arreglarse las uñas e incluso quedarse a dormir en casa, pero Christopher claramente les dijo que no las aceptaría en nuestra cama

Pero por último les pedí un favor, era ir a dejar la invitación a mi antigua casa, en verdad deseaba que mis hermanos fueran a la fiesta... Aunque sea lo intentaría

Después de que ellas se fueran, subí a la habitación, Christopher estaba ahí, con un libro en la mano

—¿Conseguiste el vestido? —Dijo mirándome y yo asentí sonriente —¿Me lo modelas? —Dijo con gracia y yo reí

—No seas ansioso, mañana lo usaré y podrás verme —Dije mientras corría a la cama y me metía bajo las sábanas

—Lo que más me gustaría sería que no te lo pusieras... Ni el vestido ni nada más —Dijo antes de colocarse sobre mi

—Recuerda que dijimos que solo tres veces por semana —Dije mientras sentía como sus manos de dirigían a mi pantalón, él me dió una sonrisa pícara

—¿Enserio? ¿Cuando dijimos eso? No recuerdo —Dijo mientras sentía como su mano trataba de meterse en mi pantalón

—Fue.. —Un gemido me interrumpió mi oración, Christopher jugaba con mis sentidos, acariciándome y haciendo maravillas con sus manos

—No te escucho —Dijo él con la voz ronca cerca de mi oído

—Fue... Fue... Fue el... Mierda, Christopher, no me tortures más —Dije ansiosa, vi una sonrisa dibujada en su rostro y enseguida sentí como sacaba su mano y comenzamos a desvestirnos

—Siempre caes —Dijo mientras dirigía mis manos al broche de mi sostén

—Lo se, debes dejar de tocarme cada vez que vamos a hablar —Dije y él sonrió nuevamente, lo ví demasiado despierto, estaba listo solo para hundirse en mi y así lo hizo

Entraba una y otra vez en mi, haciéndome gritar como desesperada, esto era increíble, maravilloso para mí, Christopher sabía complacerme

—Te amo, dulzura —Me dijo al oído con voz ronca, haciéndome retorcer del placer que sentía...