Capítulo 02

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§

1998

Cuando me dijeron que me hacía falta experiencia para compensar los buenos niveles que obtuve en la academia, debieron de especificar a qué clase de infierno me iban a enviar.

De no haber sido por Claire, habría muerto en los primeros minutos de pisar Raccoon City.

Hablando de ella, actualmente ha ido a comprar algo de comida y ropa para Sherry, mientras yo la cuido por la fiebre que le aqueja. Entre mi curiosidad y el no saber que más hacer que ver a una niña dormir, he hallado un cuaderno en una de las mesas de luz.

Creo que alguien se lo ha dejado hace bastante tiempo, pero parece bien cuidado, pues ahora mismo comencé a escribir lo que creo llamar un diario.

Miles de ideas están rondando en mi cabeza, y dormir no me parece la mejor opción de todas, pues si Sherry está teniendo pesadillas, no quiero ni imaginarme lo que yo voy a padecer. Además, no puedo dejar sola a Claire con todo el peso muerto que le somos.

Dios...qué puedo decir de esa chica? Es como un ángel que cayó del cielo para salvarme...o salvarnos en mejor término.

Antes de terminar acá, pensé que mi separación con Rachel determinaría un largo tiempo antes de sentir algo por alguien más, pero de la nada el destino hace que me cruce con esta pelirroja motociclista...y mi vida da un brusco vuelco.

Literal y figurativamente.

Quizá sea demasiado pronto para pronunciarlo en voz alto, sin embargo puedo escribir aquí que me he enamorado de la sonrisa que posee. Un gesto capaz de darme fuerzas para seguir con vida y prometerle que nos volveríamos a ver.

§

Con fuerzas cerró los ojos la fémina que leyó en voz alta la primera de numerosas notas en el diario. Ella nunca creyó que llegaría el día en donde aprendería de los pensamientos que abrumaban al rubio dormido a meros centímetros de ella.

Todas las palabras escritas estaban plasmadas con una profunda fuerza íntima, comunicando los temores y el principio de un hermoso sentimiento. Incluso las comparaciones hechas parecían calar hondo en la pelirroja, pues muy pocas personas eran quienes le dijeron que se asimilaba a un ángel.

-Por qué sonríes? – cuestionó Moira al ver la tenue mueca esbozándose en el agraciado rostro de la Redfield.

-No es nada...- sin dejar caer la gesticulación, respondió la interrogada.

-Anda, dinos- incentivó Jill, golpeando ligeramente la rodilla derecha de la lectora.

-Es sobre el vuelco...- cediendo a la presión que no parecía detener nunca la Valentine, Claire contestó.

-El vuelco? – Jake repitió sin comprender, algo que les pasaba a muchos.

-La primera vez que nos conocimos, literalmente Leon hizo volcar el vehículo en donde íbamos por culpa de un zombie. Creo que desde ese día quedó muy en claro que él y los automóviles nunca tendrán una relación estable- recordando con júbilo los detalles sucedidos hace más de veinte años, la miembro de TerraSave se expresó.

-Eso explicaría muchas cosas...- murmuró en señal de queja Helena, recibiendo una palmadita en el hombro por parte de Ingrid.

Aun así, entre el animado ambiente, la mujer de cobriza cabellera fue capaz de darse cuenta que su hermano parecía dar indicios de enfurecerse. Poco se necesitaba para saber el motivo, por lo que los ojos azules de la Redfield se cruzaron con los de una antigua ladrona experta en abrir cerrojos para que controlara a la enorme masa de músculos sobreprotectora.

Fixed in HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora