El juego de la muerte.

Capítulo IV

Análisis erróneo

Mi edición traducida de Pablo Neruda
que había conservado desde el primer año de preparatoria de mi país se había ido al caño.

-¿Quién se cree que es?

No te tengo miedo.

Al menos no por ahora, no se si estaba jugando a ser un psicópata o si era verdad. Ver para creer.
Pero ya sbaia que el manicomio estaba cerca de aquí así que es muy posible que se haya escapado.

¿Su familia entera está loca?

Eso si que era raro.

-¿Qué haces hablando sola? -dijo Maya.

-Pensaba en voz alta.

-Vamos, ya están por comenzar.

Asentí y bajamos al auditorio, busqué un lugar y me senté al lado de ella.

El director empezó hablar.

-Para los que no lo saben, tienen mensualmente una evaluación psicológica, para comprobar su salud mental. ¿Se imaginan un psicólogo desequilibrado? -todos reímos e hizo una pausa. -También quiero advertir que se acerca el período de lluvia, recuerden que no deben salir, en ese caso las clases se cancelarán.

Habló de lo bien que habíamos empezado, las buenas reseñas de los profesores, notas altas y otras no tan altas que al final del semestre se tenían que ir.

-Pueden irse.

(...)

-Es de locos eso de la lluvia.

-Sabes que esa palabra no está permitida aquí. -dijo Kiwi tomando una Coca-Cola de la nevera.

Vinimos a la cabaña después del discurso y estábamos suuuuper aburridos.

-Cierto...pero, por qué no se puede salir a sentir la dulce lluvia rosandote la piel...

-Es por lo del manicomio.

-¿Eh?

-Cuando llueve, desactivan la electricidad de la cerca y cualquiera puede entrar, no solo los trastornados. Está un poco alta, pero se puede brincar.

-Okey...

-No salgas por ahí si eso llegara a pasar.

-Uy...que miedo.

-Es en serio, el año pasado murieron cinco alumnos.

-¿Y no denunciaron al instituto por irresponsabilidad?

-Acuerdo de...

-Confidencialidad. -terminé su frase. -¿Qué pasaría si lo violamos?

-No se, nunca he oído que alguien lo haya violado. Están muy centrados en terminar sus carreras y seguir con sus vidas, a nadie le importa denunciar una de las mejores universidades del país.

-¿Y los padres? Ellos no firmaron nada.

-Inventaron una excusa, siempre lo hacen. Muerte por accidente, explosión química, electroutamiento por la cerca, al menos esas son las que he oído.

-¿Qué tipo de gente está internada en el manicomio?

-¿Qué tipo de gente crees Di? Gente con demencia, esquizofrenia, TEPT, TOCs, asesinos en serie. Personas problemas mentales. ¿Quién más?

-Entonces pueden haber asesinos a unos metros de aquí.

-Cuándo más pienso que eres inteligente, vienes y me haces preguntas como estas. -se paró alterado y se fue a su cuarto.

Lo seguí a lo largo del pasillo. -Hey, no es para tanto.

-Creo que ya he violado lo suficiente el acuerdo de confidencialidad. -me cerró la puerta en la cara.

-¿En serio vas a ponerte así?

-Ve a dormir, lo mejor que haces.

Gruñí. -Voy hacer lo que me de la gana.

Si bien he aprendido que mi compañero es un poco controlador, sobreprotector y reservado, esta vez tiene razón, está mal salir cuando llueva. A veces tiene sus arranques producto de una personalidad múltiple en las que a veces llego a creer que tiene un trastorno bipolar...

Estás exagerando.

-No tiene depresión seguida o siente necesidad de aislamiento. Mantiene buenas relaciones sociales con los demás, nunca lo he visto en estado hiperactivo o agitado. Duerme bien, se mantiene en buena forma física...

-Deja de analizarme o acosarme...

Parece que me oyó del otro lado.

-No se que es peor, tú tratando de obtener un resultado concluyente de lo que crees que tengo, o el simple hecho de que me vacilas cuando no estoy viendo.

-¡Yo no hago eso!-espeté golpeando la puerta.

Es cierto no lo vacilo. Simplemente veo lo obvio.

-Acéptalo, las personas a veces se enojan porque si, se llaman sentimientos.

-Vale...

-¿Algo más que quieras decir?

-¿Lo siento? -murmuré.

-¿Qué es lo que sientes sientes? -giró el pomo de la puerta y ahí estaba sin camisa con el torso desnudo trabajado. Su cabello marrón desordenado y sus ojos negro azabache. He de decir que tengo el compañero de cuarto más sexi de la escuela.

-Eh...¿Cuál fue la pregunta? -se me olvidó cuando empecé a mirarlo.

-Te estabas disculpando en voz alta.

-Ah si, claro que vamos a ver esa peli que tanto me gusta.

Si hay algo que odio es decir lo siento. Es una simple palabra que no expresa nada cuando sabes que vas a seguir haciendo las cosas mal una y otra vez. Nunca diré: lo siento; a menos que lo sienta de verdad.

-No tienes remedio.

-Lo sé.

-Una condición. -Asentí. -No más preguntas.

Nos sentamos a ver la tele: to the all boy's that I loved. Amo el personaje de Lara Jean.

-¿No te cansas de ese romantiqueo? -dijo jugando con mi pelo. Estábamos en el sofá, tenía mi cabeza estaba apoyada sobre sus muslos, ya me había acostumbrado a tenerlo cerca. Y a pesar de que a veces sienta cierta atracción física no es nada importante, no me gusta.

-A veces si, pero, ¿que sería de nuestra existencia sin amor? Es solo una pregunta estúpida ya que nunca me he enamorado, creo que es un sentimiento bastante egoísta donde ambas partes entregan todo sin esperar nada a cambio. Ahí es cuando terminan siendo traicionados.

-Si piensas eso, ¿para que ves eso entonces?

-Es ficción. La vida no es un cuento de hadas en donde le envías cartas a tu enamorado y te corresponde el sentimiento. Pero me gusta su personaje, es divertido. -Abrí la boca y me echó una palomita.

-Entonces explicame, ¿por qué yo me tengo que comer este tabaco?

-Porque eres mi amigo.

-Un amigo con trastorno bipolar.

-Oye...-le pegué en el muslo.

-Ay...-dijo riéndose. -No hablas muy bajo que digamos.

-Esos solo son diagnósticos erróneos míos. No tengo pacientes que tratar.

-Por favor, todavía estas en la primera etapa de medicina general, ni siquiera has llegado hablar de las emociones humanas.

-Yo ya...

-Hiciste la tarea. -acarició mi cabello gentilmente. -no deberías adelantarte tanto, es mejor descubrir tus propias emociones primero. ¿Debería ayudarte?