*¡Hola!, este es un pequeño recordatorio respecto a la dinámica de las canciones. La melodía a presentarse en la parte superior se recomienda reproducirla al encontrar el siguiente símbolo "(°)", no es obligatorio, solo es para ambientar la escena."
(Villamil)
Al leer su nombre escrito en la pantalla, limpie mis fanales como si estos no creyeran que mis oídos se encontraran a segundos de tener el privilegio de escuchar la voz armoniosa de Melanie. Atendí su llamado de forma inmediato:
— *¡JUAN PABLO VILLAMIL!* — exclama una femenina distinta a la esperada en tono escandaloso. Obligándome a separar al instante mi móvil para evitar cualquier daño en mi oído — *Tanto tiempo sin saber de ti. *
— ¿Hola? — inquirí de forma sutil al locutor del otro lado de la línea.
— *Eliana, ¿qué ocurre?* — indaga una voz peculiar —*. ¿Qué haces con mi teléfono?*
— ¿Elina?
— *Me has descubierto * — protesta la mencionada para una persona distinta a su ahora narrador, siendo acompañada por una diminuta distorsión del audio provocada por el cruce de dos palmas en un intento de arrebatar el dispositivo que me permitía escuchar una conversación a kilómetros de distancia.
— *¿Juan?* — cuestiona la dueña del número registrado, dejando al descubierto pequeñas risas compasivas de la última locutora.
— Creo que sigues despierta — opino entrelazando mi palma con mi cabello.
— *Tal parece * — afirma. De modo en que me permito imaginar cómo hunde sus omóplatos ante su diminuta declaración — *. Estaba en una pequeña noche de películas con Eliana y mi hermano. Necesitaban a una persona extra para ser su mal tercio. *
— ¿Estabas? — cuestiono.
— *Sí. La videocasetera dejó de funcionar. *
— ¿Estaban viendo películas con una videocasetera? — pregunto añadiendo cierto toque de curiosidad en mi habla.
— *Mis padres disfrutan de tener objetos con aspecto retro * — asegura. Logro percibir un rechinar de puertas — *. Pero ahora iré a dormir. Deberías hacer lo mismo. *
Charlamos aproximadamente una hora, entre constantes declaraciones de Melanie sobre la importancia de dormir y del cómo esto podría ayudar en mi desempeño musical; lo cual, logra convencerme para tener una jornada de descanso apropiada:
— *Oye * — interpone en su despedida — *. Hace mucho le prometí a Eliana que la llevaría a conocer a todos los chicos de Morat. *
— No hagas promesas que no podrás cumplir — enuncio hundiendo mis omóplatos; como si la femenina con la que hablo pudiera observarme, deslizándolos entre las almohadas en mi espalda.
— *Esperaba tu ayuda. Evidentemente. *
— Bien... podrías llevarla al ensayo de mañana contigo — propongo.
— *¿Mañana? Estaba pensando en salir a buscar un empleo. *
Al escuchar dicha composición de palabras, las comisuras de mis labios se alzaron gesticulando una sonrisa al imaginar la posibilidad de que nuestra mudanza se encuentre próxima:
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ꜱɪ ꜱᴇ ᴠᴀɴ ʟᴀꜱ ᴇꜱᴛʀᴇʟʟᴀꜱ | 🅙🅟🅥 |
Fiksi PenggemarSegunda parte de "Viviendo en las estrellas". Las palabras suelen ser un arma de dos filos, y si estas no se usan con el debido respeto podrían generar consecuencias catastróficas. Melanie Leño Rost se enfrentará en un escenario donde no destacará...