2. Bonus Story Normal

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MC: "¡Muy bien, estoy lista para aprender!"

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MC: "¡Muy bien, estoy lista para aprender!"

Me incliné formalmente ante Ieyasu mientras estábamos en el campo de entrenamiento detrás del palacio.

Ieyasu: "Genial".

(Como era de esperar, no parece entusiasmado con esto.)

Ayer mismo se decidió que Leyasu me enseñaría tiro con arco.

.....

Ieyasu: "Arquería. Estoy dispuesto a ensenarle tiro con arco."

Ieyasu: "¿Y bien? Si no te importa que te hagan trabajar duro, estoy dispuesto a entrenarte."

MC: "¡Genial! ¡No puedo esperar a iniciar, leyasu!"

Ieyasu: "Eh--"

.....

(Sé que sólo lo sugirió porque pensó que me negaría, ¡pero esta oportunidad es demasiado buena para dejarla pasar!)

Até mis largas mangas de kimono con una cuerda y me preparé para entrenar.

(¡No sólo aprenderé a defenderme, sino que es la oportunidad perfecta para empezar a derribar esos muros entre nosotros!)

MC: "Entonces, ¿comenzamos con la preparación de nuestro equipo?"

Saqué el arco que Hideyoshi me había enviado de su bolsa de cuero.

MC: "Whoa-- Esto es mucho más largo y pesado de lo que pensé que sería."

(Voy a tener que hacer algo de levantamiento de pesas después de todo.)

Después de probar el peso del arco, busqué una flecha.

Ieyasu: "Espera".

Ieyasu extendió la mano y quitó la flecha antes de que yo pudiera tocarla.

(¿Hm? ¿Y ahora qué?)

Ieyasu: "¿Hablas en serio sobre el entrenamiento?"

MC: "Sí. ¿Por qué?"

Ieyasu: "Realmente no veo cuál es tu objetivo final aquí."

Ieyasu: "Primero ayudas con las tareas domésticas para tratar de que yo te de las gracias y ahora dices que quieres aprender tiro con arco?"

Ieyasu: "¿Por qué insistes en perseguirme?"

(Eso es fácil.)

MC: "Tal vez lo encuentres molesto, Ieyasu--"

MC: "Pero si vamos a vivir bajo el mismo techo, quiero conocerte."

Ieyasu: "Te dije que no quiero que seamos amigos."

Ieyasu: "¿Por qué no te das cuenta de que no eres realmente un huésped, sino que estás siendo retenida como una prisionera?"

MC: "Ya lo sé. Pero aún así me gustaría conocerte".

MC: "Estamos en esta situación nos guste o no. ¿No sería menos incómodo para los dos si tratáramos de llevarnos bien?".

(Personalmente, lo encuentro intrigante.)

(Sin embargo, estoy segura de que odiaría que le dijera eso.)

Ieyasu me miró fijamente durante un momento.

Justo cuando estaba a punto de continuar, él habló.

Ieyasu: "Simplemente no lo entiendo".

leyasu dirigió sus ojos hacia abajo.

Sus largas pestañas temblaban ligeramente, proyectando sombras en sus mejillas.

(¿Está bien?)

Ieyasu: "Si fuera tú, me quedaría callado y esperaría el momento oportuno."

Ieyasu: "Y cuando finalmente fuera liberado, me vengaría dulcemente de mis captores."

(¡Whoa! ¡Eso fue a un lado oscuro!)

MC: "No podría hacer algo así".

Ieyasu: "¿Por qué no? Nos lo merecemos."

(Ieyasu claramente tiene una opinión muy diferente a la mía.)

MC: "He elegido quedarme, así que no tengo motivos para querer vengarme."

MC: "En realidad, te estoy agradecida. Te debo mi vida, leyasu."

Las cejas de Ieyasu se movieron, pero no levantó la vista.

Ieyasu: "Tu capacidad de optimismo inútil no tiene límites."

MC: "No creo que el optimismo sea inútil."

(Por fin estoy comenzando a construir una tolerancia para la afilada lengua de Ieyasu.)

(Próximo paso: conseguir que deje de usar las malas palabras como mecanismo de defensa.)

MC: "De todos modos, ¿podemos empezar la lección ahora? ¿Cómo sujeto la flecha al arco?"

Ieyasu: "Primero necesitas aprender lo básico. Tu postura. No puedes ir directamente a por una flecha cuando eres una aficionada ingenua."

(¿Oh? ¿Finalmente se está metiendo en esto?)

Ieyasu guardó la flecha y se puso detrás de mí.

Ieyasu: "Sosten el arco con tu mano izquierda."

MC: "¡Está bien!"

(Me está enseñando. ¡Es un comienzo!)

Puso sus manos sobre mí, guiándome hacia la postura correcta.

Sus manos eran cálidas y sorprendentemente suaves.

No podía ignorar el aleteo de las alas de mariposa en mi estómago.

(La expresión de Ieyasu parece un poco más suave. ¿O es sólo mi imaginación?)

Estaba feliz por este primer y pequeño paso que habíamos dado.

Canalizando mi enfoque de nuevo a la lección, agarré el arco firmemente en mi mano.


Próxima parte:

"Eres terriblemente mala. Incluso peor de lo que esperaba." 

Me negué a dejar que los duros comentarios de Ieyasu me hicieran caer mientras seguía practicando el tiro con arco.

Esa noche, Ieyasu tomó mi mano y-- "De todas formas, hoy has trabajado duro".

(Esto no es sólo un sentimiento feliz, hay algo incluso más emocionante en ello.)

Entonces apareció un visitante inesperado, interrumpiendo nuestro tiempo a solas--

Ikemen Sengoku EN ESPAÑOL 『Ruta Ieyasu』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora