Tú eres mi camino

Capítulo XI: Voltea y ve el paraíso

Tras dos minutos corriendo, Jack llegó a un parque donde grandes árboles formaban una puerta, dentro había un estanque donde la luna se veía y su reflejo bañaba de luz algunos sauces y juncos que lo rodeaban.

Miró hacia todos lados preocupado, avanzó más hasta llegar a un área rodeada de robles donde había unas cuantas banquitas. Escuchó un sonido a su izquierda y giró la vista hacia esa dirección, entonces la vió.

Se encontraba en una banca, con las manos en el rostro, el joven se acercó lentamente hacia ella y al observarla, lo invadió un gran pesar, estaba llorando.

Se acercó más y con suavidad le habló:

- Elsa -

La joven volteó un poco asustada, al ver a Jack a su lado abrió grandes sus ojos, de los que aún salían unas pocas lágrimas.

- Jack- susurró con asombro mientras se ponía de pie.

- ¿Te encuentras b..? ¡uff! - no pudo completar la pregunta, pues Elsa se lanzó a su pecho abrazándolo, él la rodeo con sus brazos mientras sentía como ella volvía a llorar.

- Todo está bien, Elsa. Tranquila- decía en susurros, permitiendo a la rubia desahogarse.

- Perdón Jack, recordé a mis padres...los extraño tanto, creí que estaba superándolo Jack... pero esos de la fiesta...- decía entre sollozos.

- Sé lo que dijeron, Elsa- interrumpió y la chica lo miró con sorpresa - lo siento, te vi salir de la fiesta y entonces los enfrenté. No podía permitir que te hicieran sentir así - una nueva lágrima se soltó de su mejilla - Por favor, me parte el alma verte llorar-.

Elsa se quedó mirándolo fijamente con gran sorpresa, mientras sus lágrimas cesaban. Ambos estaban en silencio, con los latidos acelerados. Entonces Jack se dio cuenta que sólo alguien podía ayudarla a que no siguiera sufriendo y dejó que su corazón hablara.

- Elsa hay algo que quiero decirte - dijo mientras los nervios trataban de invadirlo, pero esta vez, no dejó que tomaran su control, había logrado dominarse.

- Dime Jack- mencionó suavemente Elsa sin dejar de mirarlo, mientras un hermoso brillo aparecía en sus ojos.

- Me gustas mucho, Elsa. Desde que te vi sentí algo especial, me has parecido muy hermosa, yo... no podía sacarte de mi mente y al conocerte más me di cuenta de la gran persona que eres. Me has hecho sentir algo que jamás me había pasado. Cuando salimos, me puse muy nervioso, temía que no me quisieras por ser yo... por eso no pude decirtelo antes. Sé que no poseo riquezas, pero con mi corazón en la mano, quiero ayudarte a que no te sientas sola nunca más- esperó nervioso la reacción de Elsa.

Un sonrojo aparecía en sus pecosas mejillas y el joven observó como una sonrisa se formaba en los labios de ella mientras entrecerraba sus ojos y se empezaban a tornar cristalinos.

- Jack- dijo en un dulce suspiro -tú también me gustas mucho- el peliblanco empezó a sonreír -confieso que cuando te vi también sentí algo, al principio pensaba que solo era impresión por verte atractivo, pero todo fue más allá, fuiste entrando en mis emociones y ganándote mi corazón en cada momento que te encontré, con cada detalle y acto me enamoraste- dijo con la felicidad en su mirada.

Jack no cabía en sí de la emoción y alegría, sin dejar de mirarla rozó la mano de la chica.

- Elsa, ¿te gustaría ser mi novia?- preguntó sintiendo ligereza en su pecho.

- Sí...- la joven reina no pudo ocultar más la emoción y asintió varias veces antes de saltar al fuerte pecho de Jack nuevamente - ¡sí quiero ser tu novia, Jack!- se separó un poco mientras se tomaban de las manos, ella lo miraba derramando lágrimas, pero esta vez no eran malas, todas eran lágrimas de felicidad.