Capítulo XVII: Lo que mis ojos ven no me agrada

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Sábado

Los rayos del sol entraron a la habitación sin tocar el rostro de las chicas. Jack se encontraba despierto, entró sigilosamente a la habitación de su hermana y se acercó a la cama.

Su hermana dormía plácidamente boca abajo, sus ligeras respiraciones eran apenas audibles. Elsa se encontraba durmiendo de lado, su cabello platinado caía en mechones sobre su rostro y una de sus piernas se asomaba por fuera de las sábanas. Jack vió esto sonriente y se acercó, acarició el pie de su novia, provocando que ella se moviera lentamente aún dormida y se acercó a su rostro.

Elsa sintió una presión ligera en sus labios y abrió sus ojos azules lentamente, para toparse con el rostro del hombre que la enamoró frente a ella.

-Buenos días, mi pequeña y adorada princesa – Elsa sonrió aún con ojos entrecerrados – es hora de levantarse –

Jack la miró un momento, sonriente, se giró para ir a su cuarto y arreglarse cuando, en ese momento sintió una suave mano que lo retenía por el antebrazo. Volteó para encontrar a Elsa sujetándolo mientras sonreía dulcemente.

-¿Qué? – dijo riendo levemente el peliblanco - ¿no quieres que me vaya? – Elsa negó con la cabeza

-Pero ¿por qué? – ella sólo se encogió de hombros

Jack sonrió una vez más y decidió acercarse a ella para besarla nuevamente, sus labios juntos hacían compañía a las caricias que él daba a sus suaves hombros.

Interrumpieron el beso para mirarse fijamente y en ese momento escucharon a Emma tratando de incorporarse para despertar, por lo que rápidamente se separaron. En el momento que ella giró, vió a los ojiazules sonriendo.

-Buenos días hermano – sonrió tallándose sus ojos – buenos días Elsa –

-Buenos días hermana/Emma – dijeron ambos jóvenes

-¿Qué hora es? – preguntó Elsa, tomó su celular de la mesa de noche y lo miró: las 9:00 am

-Les preparé el desayuno – les dijo Jack sonriendo – sobre todo a ti – susurró mirando a Elsa de manera tierna

-¿Tu hiciste desayuno para mí Jack? – se sonrojó la peliplateada

-Mamá y papá se van a trabajar desde temprano – aclaró la hermana de Jack – entonces mi hermano y yo nos encargamos de hacer nuestro desayuno –

Elsa la escuchaba

-Pero parece que ahora algo lo motivó para hacer el desayuno el sólo – dijo sonriente, provocando una sonrisa tímida en ambos jóvenes.

-Pues... si – miró a Elsa quien le devolvió una mirada tierna - iré a darme un baño, las veo abajo en la cocina – dijo Jack y se dio la vuelta

-Creo que también nos metemos a duchar, ¿no cuñada? – Emma miró a Elsa, pasando sus manos por los cabellos desordenados en su cabeza – odio verme así –

-Me parece bien, Emma. No tengo problema si tu entras primero –

-¿Qué dices? Tu eres la invitada, por favor – se puso junto a la puerta del baño y extendió sus brazos a la entrada – te concedo el honor de ser la primera –

Elsa rió un poco ante la acción de la pequeña –está bien, no tardaré mucho – dijo y fue a tomar sus cosas para entrar y ducharse.

Una vez que salió Elsa, Emma entró. Tras un rato, ya se encontraban arregladas, la pequeña Overland la contempló  y comentó sorprendida – Wow, Elsa, realmente te ves como una reina –

Tú eres mi caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora