Capítulo 13

2.7K 146 4
                                    

Estaba acostada en el camastro, viendo como el resto de los chicos jugaba en la playa. No tardé en caer dormida, pero  lamentablemente, no me duré mucho en el país de los sueños.

—Jos, me estás mojando—exclamé al sentir las gotas de agua caer sobre mi rostro.

—La playa no es para dormir—dijo el pelinegro, sonriendo.

—¿Quién dice?

—Yo.

—Pues no me interesa, me voy a volver a dormir y no lo evitarás—volví a acomodarme en el camastro, cuando siento como los brazos de Jos rodean mi cintura—. ¡Jos, bájame!—comencé a patalear como una niña.

—No—emprendió su camino hacia el mar.

—¡José Miguel, bájame ahora!—sentí la brisa del mar acariciar las plantas de mis pies.

—Así ya no dormirás—sus manos tomaron mi cintura con fuerza.

—¡Ahh!—Canela me lanzó directamente contra una ola, provocando que ésta me revolcara un poco antes de salir a la superficie—. Me las vas a pagar, Jos—exclamé, corriendo hacia él.

Logré sujetarlo por los hombros y tiré con fuerza de él, haciéndolo caer.

—Dulce venganza—sonreí malvadamente, provocando una risa de su parte.

—Me gustan las chicas malas—tomó mi cintura y me tiró de nuevo al agua—. Jajaja, pero yo también soy malo, preciosa—lo miré, luego limpié el agua que escurría de mi cara.

—No me digas—dije sarcásticamente—. Jos—lo llamé.

—¿Qué pasa?—me miró mientras peinaba su cabello hacia atrás para apartarlo de su rostro.

—Creo que deberías voltear porque una ola está—me interrumpió.

—No me engañarás, no soy tan tonto—me posicioné de lado, así la ola golpearía mi cadera, pero no lograría revolcarme.

—Bueno, yo te advertí.

Después de que la ola revolcó a Jos hasta la orilla, caminé hacia él y me arrodillé a su lado.

—Te lo dije—me miró.

—Bueno, tal vez sí soy un poco tonto—sonreí de lado.

—Un poco.

—Bueno, igual ya me quería salir—reí. Jos se levantó y me ayudó a pararme, fuimos hasta donde estaban nuestras cosas.

Los chicos ya se encontraban comiendo. Tomé una toalla, rodeé mi cuerpo con ella y me senté en uno de los camastros, Canelita se sentó a mi lado.

—Revolcada la que te dió esa ola, Jos—exclamó Alan, divertido.

—No hubiera pasado si el señorito Canela, me hubiera hecho caso—miré al pelinegro.

—Era una estrategia para salir más rápido y venir a comer—justificó.

—Fue súper divertido, de un momento a otro, te vimos desaparecer y luego terminaste recostado en la arena—dijo Karla, seguido de una carcajada.

—Jaja sí, súper gracioso—exclamó Jos, limpiándose los oídos.

—Fue gracioso desde aquí—comentó Alonso.

—Corre—le sugeri, Alonso salió corriendo y Jos fue detrás de él—. ¡Espero que esto sea gracioso desde tu punto de vista!

—¡Bastante, gracias por preguntar!—corrieron por 5 minutos hasta acabar agotados, luego regresaron.

La Apuesta (Jos Canela y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora