Había dejado completamente asustados a diez niños nuevos, todos a su paso lo felicitaban por tan grande logro. Él ya estaba acostumbrado a ser alabado, así que con sólo una sonrisa torcida, caminó hasta el salón principal y se sorprendió al ver en la gran pantalla un nombre en rojo, al lado estaba la foto de un niño castaño.
Anthony Edward Stark, se leía en grande.
El rubio detuvo sus pasos y todas las miradas se posaron en él. El sonido del megáfono llamó la atención de los presentes.
- Hydra, debe apersonarse hasta el despacho del líder.
Hydra tensó la mandíbula y gruñendo gritó
- ¿Qué están viendo? Pónganse a trabajar, malditos zánganos.
Todos volvieron asustados a sus puestos. Sin perder tiempo se encaminó hasta aquel despacho, las botas de Hydra resonaban por el pasillo, abrió la puerta y vio a Red Skull quién inmediatamente detuvo su lectura y se acomodó en su silla.
- Fue una buena noche, ¿no?
- Un trabajo sencillo – respondió orgulloso y cortante
- Exacto. Ya debes saber del niño llamado Anthony. Ha sido un verdadero dolor de cabeza para muchos de tus colegas, pero estoy seguro que para ti no será mayor problema. Eres nuestro mejor elemento, esta noche solo te encargarás de él.
Con un asentimiento de cabeza salió de la oficina, estaba cansado, así que dirigiéndose hasta su habitación se dispuso a recuperar energía. Estaba emocionado por cerrar nuevamente la boca de todos.
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- Es hora de dormir, Anthony – el mayordomo bajó de la silla del comedor al castaño.
El niño se cepilló los dientes, se puso una pijama y se subió a su cama, Jarvis entró minutos después.
- ¿Estás bien? – dijo para sentarse en el borde de la cama y acariciar sus cabellos
- Nadie me cree… - susurró decepcionado
Jarvis se levantó y abrió el armario.
- Aquí no hay nada – le mostró el mueble que solo tenía ropa, se agachó para ver bajo su cama - aquí tampoco hay algo
Tony asomó su cabeza y era verdad no había nada. Jarvis abrió la ventana y empezó a buscar al “monstruo”
- No hay nadie, estás seguro, así que ya puedes dormir – dijo Cerrando la ventana
- Buenas noches, Jarvis.
- Buenas noches, Tony
El mayordomo salió y Anthony se acomodó para dormir en su gigantesca cama
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Hydra caminaba por las instalaciones de aquel complejo, llegó a su cubículo y habían sólo dos hojas. Las examinó y leyó rápido, dio un silbido impresionado.
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