Keyframe

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La inquietud de Steve era muy notoria para Tony. El rubio casi siempre estaba perdido en sus pensamientos; y es que Steve se había acostumbrado demasiado a su forma espectral, poder estar en todos lados en solo minutos y con la fuerza que había adquirido era casi invencible. Sin embargo también estaba el hecho de sus pupilas rojizas, los colmillos pronunciados y lo fría que era su piel; eso era extraño para la sociedad de esa época.

-¿Hay algo que quieras decirme, Steve? Llevas días con esa cara.

-No sé cómo explicarlo.

-No quieres volver a ser humano, ¿Verdad?

El rubio apretó los labios y bajó la mirada.

-Está bien, no tienes que preocuparte, sé que lo intentaste, por mi, y no te juzgo de hecho...

-Pero no quiero ser un humano por ti, piénsalo, puedo estar contigo sin que nadie me note o ayudarte sin cansarme, yo no envejeceré, podré hacer tantas cosas, Tony; pero si vuelvo a ser un humano... seré como todos, con limitaciones, tendré aún más fallas. No quiero eso.

Tony escuchó cada palabra con atención. Steve se escuchaba decidido.

-Tiene que haber otra manera, Tony, sé que la hay, solo...

-Muéstrame tus manos.

El rubio instintivamente las ocultó lentamente en sus bolsillos.

-Steve, no tiene caso que las ocultes. Déjame verlas.

Steve soltó un quejido en resignación. Extendió sus manos y Tony las tomó; tenían leves erupciones, manchas rojas y descamación en la piel.

-Hace noches que duermes en una esquina de la cama... - dijo Tony mientras lo veía a los ojos.

-Desde que llegamos no la he pasado muy bien con mi forma física...  - dijo recordando otras anomalías en su cuerpo.

-El calor no es bueno para ti - el rubio asintió - ¿Porqué no me lo dijiste?

-Te gusta mucho éste lugar. No quería arruinar tus vacaciones.

-Nos iremos mañana mismo.

-No, por favor, también disfruté mucho éste lugar, de verdad. Ya se me pasará.

-No, Steve. Tú estás primero. Es mi última palabra.

El castaño se fue directo a su habitación para alistar su maleta.
Soltando un suspiro, Steve se dirigió al jardín de la casa
~ Entonces no es mala idea aprovechar mi último día aquí ~

~~~~~~~~~~

Era media noche, las calles estaban vacías, ni una hoja se movía.

Tony había presenciado a Hydra solo una vez en toda su magnitud y Steve tenía la completa seguridad de que podría asustar en una noche a cien personas. La apuesta fue claramente aceptada por Tony quién observaba de lejos como el rubio se perdía entre las gruesas paredes de una antigua casa, no tuvo que esperar demasiado para escuchar un estruendoso grito y echar a correr en dirección contraria a la casa.

-¿Cuántos voy?

-No te emociones...

-En esa casa fueron como cinco personas.

El castaño lo anotó mentalmente.

-Ya, ya. La siguiente casa está a tres calles.

~~~~~~~~~

El rubio ganó la apuesta.

Era de madrugada cuando volvían a la casa de campo. Entonces Steve escuchó a lo lejos unas pisadas veloces y fuertes. Inmediatamente se puso delante de Tony, deteniendo su andar.

no le temas a la oscuridad - Stony Donde viven las historias. Descúbrelo ahora