One

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2016

Amber Moore

Desde aquel día en el que Daniel Sullivan me salvó nos hemos vuelto amigos, él me ha ayudado a sobre llevar la vida, con él me siento yo misma...

-¿Quieres ir por helado?-. Pregunta mirándome con una sonrisa, lo que provoca que el corazón me lata a mil por hora.

-Me encantaría.- Sonrió tímidamente

-Amber.- Me llama y con su mano derecha alza mi rostro provocando que lo mire a los ojos.- Me encanta cuando te sonrrojas.- Entonces toma mis mejillas con sus manos y me da un beso en la nariz.

- Helado de galleta oreo, ¿Verdad?-. Asiento mientras me dedico a observar el lugar, es un sitio realmente hermoso.

El señor nos entrega nuestros respectivos helados y tomamos asiento en una de las mesas.

Daniel Sullivan es un chico dulce, no se muestra fácilmente con las personas, a primera vista tiene una apariencia dura, se deja ver como solitario, pero es todo lo contrario y sólo lo es con las personas que valen la pena

Por los pasillos de la escuela se escuchan rumores sobre su padre, que sí es uno de los capos más poderosos de la ciudad,que si es un secuestrador y asesino, bla bla, la verdad creo que son tonterías, aunque Daniel no ha querido decirme casi nada de su padre y yo respeto su privacidad, pero me gustaría que me tuviera la confianza para contarme su sentir.

-¿En qué piensas?.- La voz de Daniel me saca de mis pensamientos.

- En ti.- Confesé sin pensar y no debí decirlo, porque ahora mis mejillas están rojas.

- Me gusta ocupar tus pensamientos.- Me regalo una sonrisa juguetona.

Nuestra plática se ve interrumpida debido a que nos llamó la atención que el señor que nos atendió hace un rato estaba sacando a patadas <literalmente> a un pequeño que entró a vender su producto; no pude quedarme sentada viendo la escena, ¿Qué se creía el señor para tratar a un niño así?; Me levanté del asiento, Daniel hizo lo mismo y nos acercamos.

- ¿Todo bien por aquí?.- La voz de Daniel se escuchaba molesta y sé que al igual que a mí, no le gusta esta situación.

Yo me agache a la altura del niño y le tome su manita.

- ¿Estás bien?.- El niño asintió y agachó su cabecita.- ¿Te gustaría un helado?.- Él asintió.

Me levanté y vi seria al señor de la heladería.

- Voy a querer un helado de... ¿De qué sabor te gustaría?.- Le pregunto al niño.

-Vainilla.- Hablo en un susurro.

-De vainilla, por favor y no se preocupe, yo voy a pagar.

Le entregan su helado al niño y lo llevamos a nuestra mesa, al principio se muestra tímido, pero después nos platico que vive solamente con su mamá y los dos venden dulces en las calles para poder comer; Daniel decide comprarle los dulces que le queda; una vez que termina su helado, lo acompañamos dónde está su madre y ella nos agradece.

Después de eso, caminamos callados, pero de repente toma mis manos y éso hace que me detenga, volteo a verlo y sus pupilas están dilatadas, entonces hace algo que jamás imaginé que haría; me besa, al principio no hago nada, estoy impactada, él lo nota y me toma de la cabeza y me empuja más hacia él, reaccionó y me dejó llevar.

No sabía que ese beso significaba una despedida...

Verte otra vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora