Capítulo 9.

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Luke;

Gina me llamó y su voz fue como el sonido del despertador a primera hora de la mañana. Ensordecedor, angustioso y desagradable.

No sabía qué había ocurrido del todo, pero Alice y yo habíamos vuelto a nuestra burbuja por un momento.

Y ahora alguien acababa de coger una aguja para explotarla.

Maldita sea.

Me separé de Alice para acercarme a Gina y me tendió la cartera que había olvidado a la hora del descanso.

—Eres un despiste —dijo Gina, ladeando su cabeza.

—La verdad es que sí, ni siquiera me había dado cuenta —admití.

—Menos mal que me tienes a mí, sino hubiera desaparecido y seguro que llevas cosas importantes dentro.

—Pues sí, algo de dinero y documentación —cogí la cartera y me la metí en el bolsillo—. Gracias.

—De nada —sonrió—. Oye, ¿te estaba molestando o algo...? —señaló hacia mis espaldas, donde suponía que se encontraba la rubia de ojos azules.

—No, he sido yo el que me he acercado a ella —le corregí—. Pero no te preocupes, anda todo bien.

Gina hizo una mueca algo desagradable y después se mojó los labios.

—Ah, vale —se encogió de hombros.

Miré a nuestro alrededor y me aseguré de que estábamos a la suficiente distancia de Alice como para que no nos escuchara.

—¿Puedo hacerte una pregunta, Gina? —me rasqué la cabeza.

—Claro —mostró disposición de inmediato.

Carraspeé rascando mi garganta y tragué saliva.

—¿El otro día dijiste que nos habíamos besado? —pregunté en voz baja.

La expresión de su cara cambió enseguida al escucharme decir esas palabras.

—¿Cómo? —esbozó una sonrisa nerviosa y se movió levemente sobre sus pies.

—El otro día, cuando viniste conmigo a tomarnos algo con los demás —aclaré, metiéndola en escena tal y como me había contado Alice.

La verdad es que no podía poner en duda aquello, ella nunca me había mentido y no podía aferrarme a nada para tener la certeza de que era mentira. Pero a la vez me extrañaba mucho que Gina hubiera sido capaz de soltar esa bomba que, por supuesto, nunca sucedió.  

—Mmm... —Gina continuó pensando—. Tal vez lo dijera, es que tu ex amorcito se cree que es el centro de tu mundo y así le bajaba un poco los aires.

Que dijera aquello no me hizo ninguna gracia.

Suspiré y pasé una mano por mi cara para tranquilizarme. No quería pillar un rebote y que viera mi lado malo, pero joder, ¿cómo se le ocurría?

—Luego hablamos —le dije, alzando mi mano en señal de que ya daba por finalizada la conversación.

No me apetecía seguir hablando en estos momentos.

—¿P-pasa algo? —sus ojos se abrieron, denotando preocupación—. ¿Te ha molestado...?

—Sí, por supuesto que me ha molestado —respondí con una voz dura.

—Lo siento, no pensaba que...

—Más tarde hablamos, ¿vale? —no la dejé terminar—. Ahora no.

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2020 ⏰

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