Amor

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Clyde se reía a carcajadas, sin preocuparse demasiado por el rostro enfurecido de Craig.

-No es tema de burla, idiota -sus puños sobre la mesa, denotaban su incomodidad.

El castaño le había ofrecido a su querido amigo que se vean, así que así fue. Ambos se encontraban en la casa de Donovan, específicamente en la sala, donde el chico de la casa, no podía parar de reír.

-Eres un estúpido -agregó, levantándose de la silla.

-Craig, tu te reirias de mí, si estuviera en tu lugar -señaló, limpiando las lágrimas que le habían salido de tanto reírse.

-Si, pero me reiría en mi interior, imbecil.

-Idiota, estúpido, imbecil, ¿Tienes un insulto más fuerte? -se burló.

-¿Por qué no le preguntas a tu madre? -entrecerro sus ojos, de manera cínica.

-Porque está ocupada chupando tu pito, oh, espera. Ya termino -cruzó sus brazos de manera victoriosa.

Craig rodeó sus ojos, no tenía nada más para decir, ni quería interarse en eso.

-Hey, ¿Y qué pasó con Tweek luego?

-Sólo...se disculpo conmigo, pensó que fue su culpa. Incluso me trató mejor que antes -frunció el ceño-. El bastardo sintió pena por mí, y aún con todo lo que pasó, no recobro mi inspiración.

Clyde se sentía mal con respecto a lo que estaba pasando. Su idea era que sus amigos se den una oportunidad de ser felices, quería que sucediera algo en plan...La Bella y La Bestia. No que tengan una relación casual, o algo relacionado con sexo. Por lo tanto, fue más allá.

-¿Y si en vez de utilizar a Tweek, te enamoras de él? No creo que logres nada sólo fingiendo, ya que tus sentimientos no serán puros. Y por lo tanto- -

-¿Por qué te interesa tanto? -renegó.

-Porque ambos están mal, ambos tienen sus problemas...y estuvieron juntos una vez, no pasa nada porque lo intenten de nuevo. Podrían ser felices, podrían hacerse feliz mutuamente -sonrió, imaginando.

Soñaba con ver a su grupo unido de nuevo, que Craig deje de ser tan egoísta, que Tweek ya no este triste. Solo deseaba que todos sean felices. Pero bueno, su amigo no estaba captando bien el mensaje.

Así que lo tomó por otro lado. Pensó, que si se enamoraba de nuevo de Tweek, tendría fuertes sentimientos. Y fuertes sentimientos, desencadenan en obras maestras. De tan solo pensarlo, se le erizó la piel. Podría utilizar sus emociones a favor, podía saciar esa sed de nuevas experiencias, todo de seguro le iba a salir mejor.

Por lo tanto, otra vez tenía un plan.

Fue a casa de Tweek, de noche, y puso la canción favorita del rubio en su celular.

-I WANNA DANCE WITH SOMEBODY -cantaba a los cuatro vientos, sintiendo el amor recorrer su cuerpo. El rubio abrió la ventana, observando con molestia-. TE AMO, TWEEK.

-¿¡Estás drogado!? -chilló.

-Drogado de amor por ti, bebé -sonrió, como un adolescente enamorado.

-Santo cielo, vete a casa.

-No hasta que me dejes pasar -le guiño el ojo a su compañero.

Y así, Craig paso toda la noche en la nieve.

 ᴹᶦ ᴹᵘˢᵃ [ᶜʳᵉᵉᵏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora