Epilogo

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ACLARACIÓN. Hice un estimativo de la edad, y graduación, de los personajes. Por lo que en este epílogo, se toma en cuenta que los chicos terminaron la secundaria en el 2006, y tienen alrededor de treinta años.

"Reunión de Ex-Alumnos 2006"

Catorce años habían pasado desde aquella última clase, desde aquel último recreo, su fiesta de graduación, y los chicos, ciertamente, cambiaron. Algunos para bien, otros para mal.

—Stan Marsh, ¿Eres tú? —pregunto un rubio, confundido.

—¿Butters Stotch? —sonrió, para luego, darle un abrazo a su ex compañero—. ¿Cómo has estado? —miro un poco para arriba, observando al rubio.

—Nada mal, tengo una buena vida, supongo —rió nervioso.

—¡Bebe! —gritaba Wendy, mientras corría a abrazar a su ex mejor amiga.

Por otro lado, un pelirrojo y un castaño, peleaban.

—Pensé que los años te iban a hacer madurar, gordo —se quejaba Kyle.

—Pues claro que madure, pero el solo verte me da rabia, judio —cruzaba sus brazos, mirando a otra dirección.

—No jodan, chicos, asustan a Cassie —rodeaba los ojos Kenny, sosteniendo a su hija de ya, tres años.

—Tu si que estas loco, ¿Tus padres no te enseñaron a usar protección, Kenny?

—Claro que si, a Cassie la buscamos —acarició la mejilla de la niña—. No como a...bueno, aun no sabemos que es —decía incómodo, mirando a su novia, quien se encontraba en la otra punta de la habitación.

—¿Y tú, Kahl? ¿No trajiste a tu novio hoy? —conversaba Cartman, de manera burlona.

—Ugh, no. Las relaciones no son lo mío, no pienso tener pareja, ni hijos, ni mascotas —enumeraba con sus dedos—. Solo es un fastidio, al que no me quiero introducir, estoy muy bien solo.

En la parte de buffet, Clyde comía frituras, contentisimo.

—Oh, que bien se siente comer algo delicioso, mi esposa me tiene a dieta y no puedo ni consumir azúcar —chillaba.

—¿Ah, si? ¿Qué pasa si le digo lo que estás haciendo ahora? —reía Token.

—¡No serás capaz! —negó múltiples veces el muchacho.

Y antes de que alguno pueda decir algo más, una voz los sorprendió.

—I see the whole gang's here —canturreo Tucker, entrando en escena, junto a los que solían ser sus amigos.

—Tu eres el peor, Craig —dijeron los otros dos, entre risas.

Luego de un abrazo grupal, las preguntas no tardaron en llegar.

—¿Y a qué te dedicas? —consulto Donovan.

—Soy astronauta —respondió con orgullo, con sus manos en su cintura, causando que sus compañeros abran los ojos, sorprendidos. Hasta que entrecerró sus ojos—. O eso quisiera ser —suspiro—. Deje de lado los retratos, y me estoy dedicando a los dibujos del espacio. Tengo un buen cliente que- -

—Si, si, ya te vimos, muy bonito —hablo una voz detrás suyo, que lo hizo temblar.

—¿Tweek? —el azabache se dio la vuelta, y sin dudar, abrazo a su ex novio, quien correspondió.

Años habían pasado, desde aquel último baile. Cuando en la graduación, se perdonaron por sus dramas pasados, y siguieron adelante. Luego, se llamaron un par de veces, pero conocieron nuevos amigos, otras personas, simplemente pasó, como le pasa a cualquier otro par de amigos.

—Te ves bien —reconoció Craig, con timidez.

—Tu también, bueno, siendo sincero te ves igual, pudo haber sido peor para ti. Mira a Clyde —argumentó bromeando.

—Digan lo que quieran, al menos yo tengo pareja —replicó con desdén, sin caer en el juego de sus ex compañeros.

—Nosotros también —rebatieron dos de los chicos. Token solo se veía pensativo, hasta que abrió la boca dispuesto a hablar.

—Yo no se si le llamaría pareja a la mujer con la que sales, por lo poco que dijiste, parece más tu madre que otra cosa —aquello, sí hizo que el castaño respondiera, con quejas y gruñidos.

Un poco más tarde, los jóvenes que solían estar juntos, salieron del establecimiento. Uno para fumar, el otro para ver las estrellas, e inspirarse para su próxima obra.

Craig tomaba algunas fotos con su celular, otras con la cámara. El rubio solo lo observaba de reojo.

—Pensé que nunca ibas a fumar —bromeo.

—Pensé que nunca ibas a ser astronauta. Oh, espera, no lo eres —sonrió con maldad.

Su ex novio rio.

—Eres bueno...me caes mejor desde que aprendiste a replicar tan bien —levantó su brazo, para abrazar al muchacho.

—Una pena que dejamos de hablar, ¿No? —volvió a alegar, sin cambiar su expresión.

El contrario asintió, con un poco de tristeza. Una vez que el otro chico, termino su cigarro, hablo.

—¿No es raro esto? —continuó hablando—. Ambos seguimos con nuestras vidas, y aun con todo lo que sufrimos por el otro, estamos abrazados, como si nada...

El silencio inundo el ambiente.

—Si...supongo que...eso es madurar. No es como si hubiéramos olvidado todo, ni tu ni yo perdimos nuestros recuerdos, sólo...maduramos, porque sabíamos que sería lo mejor —otro silencio, separó a los muchachos.

—¿Dices que hubiera sido distinto...si aquella vez en la galería...yo te hubiera disculpado?

Esta vez, la pausa fue aún mayor. Ambos procesaron lo que Tweek dijo, desde puntos de vista distintos, pero a la vez, similares.

—No —contestó el azabache—. Desde que...—aclaro su voz, ya que la tristeza de recordar, le hacía difícil el continuar—. Terminamos, me convencí y me aferre a la idea del destino, a que fue el destino el que nos unió, separó y volvió a unir, que nos enseño que nada es para siempre, que el amor es complicado, difícil de sentir y de explicar, y que nadie está hecho el uno para el otro —suspiro—. En especial, nosotros. El destino nos junto, para que viviéramos aquellas experiencias, para que conozcamos a otras personas luego, y...

Fue interrumpido por el individuo a su lado, que lo abrazó y dio un largo, y triste, suspiro.

—Aprendi q-que, es importante —el ojiverde sentía sus lágrimas salir. Intentaba continuar, pero el rubio lo hizo callar, para que ambos lloren.

Tuvieron su momento, poder sufrir y sanar completamente las heridas del pasado. La disculpa en la graduación, fue solo una charla, sin demasiada relevancia. Fue un perdón tierno, no más. Pero en ese momento, se estaban dando el espacio, de sentir el dolor y expresarlo. Acompañados.

Al final, no hablaron por mucho rato. Solo el suficiente, como para que significara algo en ellos.

Luego, solo quedó un silencio, un cómodo silencio. Todo estaba dicho.

Por último, volvieron dentro, para reencontrarse con sus amigos, y con sus respectivas parejas.

A pesar de los años, por un momento, volvieron a tener catorce años. Volvieron a sentir. Y sus yo pequeños, pudieron descansar en paz.


Hola! Espero les haya gustado el epilogo. Me tome un tiempo, debido a que queria hacer algo bonito, y signficativo, a pesar de que no estaba en mis planes.

Si les gustaria un fic de alguna pareja de sp, o con sus oc, diganme sin problema. Muchas gracias por su apoyo, a lo largo de esta, y el resto de mis historias!

 ᴹᶦ ᴹᵘˢᵃ [ᶜʳᵉᵉᵏ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora