Capítulo 11: ¿Mí comienzo o mí final..? |Parte dos|

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Narrador omnisciente:

Un sonido seco era transcurrete por cada minuto. Como si el lugar, en que estuviera, fuera completamente solo como solía apreciarlo. Si, ese sonido lo reconocía bien. Eran las agujas del reloj avanzando con cada minuto mientras que, la que era la de segundos no era posible detectar su sonido.

Sin embargo, un extraño sentimiento en un lugar como éste le era sofocante.

¿Por que?

Sus ojos grises se abrían de manera lenta, parpadeando suavemente al ser abiertos casi por completo. Se sentía débil, como si parte de su gran energía hubiese sido arrebata y parte de su fuerza solo fuera más que nula. Sus muñecas intentaron moverse, tratando de tocar algo que estuviera cerca para guiarse. No obstante, unas cadenas el cual la hacían estar prisionera de sus propios movimientos la hicieron frenar en seco. Sus ojos no podían estar más abiertos debido al que el temor absoluto la invadió.

Estaba desorientada desde que recupero consciencia.

Sin embargo, el saber lo que había pasado como para acabar así, le era la mayor prioridad justo ahora para poder saber que hacer después. No deseaba gritar, no deseaba hacer mucho ruido tampoco ya que, había hecho un ruido al tratar de mover sus manos que eran prisionera de aquellas cadenas.

Ella sudaba fríamente y su piel se palideció por el miedo mismo que la había abarcado. Debía pensar y rápido, si era lo que pensaba, no sabía si pudiera salir viva del lugar. Los recuerdos que apenas lograba divisar su mente eran de la noche anterior en la que, se había encaminado al bosque para esperar al bicolor quien le había pedido encontrarse esa noche. Pero, luego de llegar, él suspiro que ella hizo fue lo último que pudo recordar. Desde resto, lo otro no era más que recuerdos borrosos.

Su cabeza se agachó.

Unos pasos fueron audibles por los oídos de la peli_______ quien, rápidamente al cerro sus ojos para fingir que estaba aún inconsciente. Seguro, esa o esas personas eran quienes habían hecho tal cosa en ella. Los pasos finalmente se detuvieron y, lo que era el sonido de algo colocándose a su lado, la hizo abrir los ojos por inercia y elevar su cabeza, girando su cabeza en donde creía que estaba lo que se había puesto a su lado.

—¿Ciega...?, ¡¿Que mierda hace ella aquí, malditos idiotas?! —Bakugou rugió, posando su vista molesto en el grupo de criminales que estaba frente a ellos.

—¿Siempre es así de impulsivo....? —El peliazul del lugar dijo con pereza y algo de enfado, clavando sus ojos rubí sobre aquel chico rubio.

—¡Yo creo que nos dará mucha diversión! —Himiko sonrió mucho como de costumbre, mirando al rubio con ojos brillantes.

—Como sea... Yo ya cumplí con mí deber, me iré a tomar un descanso. Himiko... Encárgate de ello mientras salimos a hacer algo rápido también. —Pronuncio tranquilamente el joven de cabello negro.

Al darse la vuelta, el hombre se retiró de la habitación con las manos sobre sus bolsillos siendo perseguido con pasos calmados por los demás quienes iban a acompañarlo para hacer lo que se habían propuesto. Himiko simplemente sonrió de oreja a oreja y sacudió su mano de un lado a otro despediendose de los individuos que abandonaron la habitación. Al ellos retirarse por completo, la joven rubia rápidamente se acercó a la Yugamani con una sonrisa aún más amplia mientras sus mejillas se tenían de un color carmín.

—¡Tú y yo seremos muy buenas amigas, Yugamani! Esa hermosa sangre que ví la otra vez en ti me cautivo por completo. Me preguntó cómo te verás cubierta de tu propia sangre. —Ella rió con una sonrisa que daba amabilidad pero que en realidad tenía sus razones oscuras, claro estaba ya con sus anteriores palabras.

¿También, ciega de amor? ~|Todoroki Shōuto y tu|~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora