El olor a café se sentía por el ambiente, y eso al castaño le encantaba. Había trabajado allí desde que tenía memoria, ya que al ser sus padres los dueños de este decidió dar una mano a los tan solo 12 años de edad. Pero vaya que le agradaba, y mucho.
Con el tiempo él ganaba algo de dinero y lo invertía en un refugio de animales a la vuelta del local, sin duda alguna un amor de persona.
Él ya ahora es un joven de 21 años que paga sus propios estudios de universidad, le fascinaba la idea de ser un veterinario y ayudar a todos los animales posibles. Pero no siempre es felicidad, hace unos años él, lamentablemente, perdió a su padre debido a que tenía una enfermedad en el corazón; Y como su madre lo odiaba no le quiso pagar el tratamiento, a lo que él hizo.
Le costó bastante trabajar horas extras y asistir a la universidad, pero fue en vano, su papá ya había muerto.Entró en una horrible depresión que lo hizo llevarse él mismo a medicarse cada tanto. Su padre fue el único que lo apoyaba en todo, fue muy fuerte para el pequeño que en ese entonces tenía 18 años. Pero, hay un refrán que es:
❝Luego de la tormenta, viene el sol.❞
Y él entendió ese dicho.
Cuando su padre falleció, su madre no quiso ayudarlo en la cafetería, lo cual lo tuvo que hacer él solo. Pero gracias a la ayuda de sus dos mejores amigos y su prima, lograron hacer que la cafetería volviera a brillar...♡
❝Actualmente:♡❞
--Michael, ya está el pedido de la mesa 2?--
--Si Félix, ya puedes llevarlo-- Contestó con una linda sonrisa.
Asi es, sus amigos Kodie, Michael y su prima, lo ayudaban y apoyaban en todo.
Kodie se encargaba de los impuestos ya que al seguir una carrera de negocios, le resultó bastante fácil.
Michael se encargaba del café y de recomendar buenos libros ya que era una Librería-Cafetería, sin duda era un experto en ello.
Su prima, Emily, se ocupaba de la caja y de ayudar en el depósito.
Y el no tan pequeño Félix, se ocupaba de tomar los pedidos y de limpiar, siempre era él ultimo en el local.Era un día normal de otoño, como cualquiera. La cafetería era conocida por servir el mejor café y tener buenos libros, lo cual llamaba la atención de los jóvenes lectores de Londres.
Varios clientes conocían a los dueños y empleados de allí, y viceversa.
Pero ese día, hubo un cliente algo inusual y "llamativo", o eso creía Félix.Un joven de alrededor de 22 años cruzó por la entrada de el local, tenía la piel algo pálida, ojos blancos y en uno de ellos, más específicamente en el izquierdo, tenía una linda cicatriz de color negro que volvía loco a Félix. Su pelo algo ondulado y de color morado, sus labios eran dignos de ser hechos por dioses griegos, y su expresión era seria, pero a la vez algo cálida. Simplemente: perfecto.
Félix se quedó estático cuando intercambio miradas con el de pelo morado, pero como era su trabajo, se acercó a tomar su pedido.
--Bienvenido a 'Magic Shop', ¿Puedo tomar su orden?-- Sonó alegre y dió una dulce sonrisa.
--Si, me gustaría un Latte por favor--
Anotó su orden y la llevó con Michael, mientras que él se quedaba observando como tonto a aquel cliente inusual. Se podría decir que fue un amor a primera vista.
--Asi que, ¿acosando a un cliente? vaya, por fin algo nuevo-- Sonó divertida su prima, Emily lo conocía tan bien.
--Cállate Emy, podría escucharnos-- Dijo el castaño con tono preocupado.
--Mira mi cielo, no sabes quién es, no?--
El castaño se quedó mirando a aquel joven, obviamente fingió al responder, simplemente negaba.
--Por si no sabías, tu enamorado es un modelo proveniente de Corea Del Sur, y vaya que es más lindo en persona-- Comentó Emily.
A Félix se le hacía familiar esos rasgos, y por supuesto que sabía quién era, solo que no le gustaba la idea de tratarlo por quién era, él solo lo trató como a otro cliente, quizás la idea de ser un modelo aún fuera de las cámaras le incomodaba al peli-morado, y Félix quería que se sintiera lo más cómodo posible.
--¡Pedido de la mesa 3!-- Gritó Michael, sacando al pequeño de sus pensamientos.
Rápidamente Félix fue por el pedido y torpemente, se dirigió a la mesa donde estaba aquel joven modelo, para su suerte no logró derramar el café.
El peli-morado agradeció, se sentó junto con un libro a leerlo y tomar un rico café.
Pasaron dos horas y el peli-morado se había ido, no sin antes pagar y dejar una buena propina por el excelente servicio.
Félix se quedó pensando si algún día volvería a ver a aquel joven tan lindo que le llamó la atención.
Era hora de cerrar y Félix como de costumbre, se quedaba a dejar el lugar limpio y ordenado.Una vez que terminó todo, fue hasta donde estaba el "altar" de su padre, puesto a que estaba en una parte de la pared, donde se podía ver una foto de él con su hijo, y alrededor de este velas y rosas. Félix tenía la rara costumbre de hablar con ese "altar", si como escucharon, de alguna forma le hacía sentir que su padre estaba allí apoyándolo como siempre lo hizo.
--Hola Papá, ¿Cómo te va? Me imagino que te debe ir bien, ya sabes, estás en el paraíso jeje-- Bromeó Félix. --Sé que siempre me dijiste que podía contar con vos, no solo me trataste como tu hijo, sino como tu mejor amigo y me alegra mucho-- Suspiró y siguió contando.
--Hoy conocí a un chico que era bastante tierno y lindo, tú siempre supiste que yo no creía en el amor a primera vista, pues que crees, creo que me equivocaba--.Y ahí estaba un peli-morado escuchando absolutamente todo lo que el pequeño comentaba, pero al estar del otro lado de la pared no sabía con quien estaba hablando el joven.
Hasta que quiso "meterse" en la pequeña conversación que tenía el castaño, pero al ver que estaba hablando con un cuadro se sintió, ¿raro? ¿incómodo? ¿preocupado? ni él sabía.--Ehh, hola jeje-- Comentó el peli-morado, haciendo que Félix de un saltito del susto. --Lamento meterme y ser grosero pero, ¿con quién hablas?.
Félix sonrió con algo de tristeza y nostalgia y respondió:
--Estoy hablando con mi papá-- Señaló con la vista la fotografía de su difunto padre junto a él. --Fueron buenos tiempos aquellos..-- Sonaba triste.
El joven de 1,95 se dió cuenta del error que acababa de cometer, hizo sentir mal a alguien.
--Discúlpame, no sabía lo de tu padre, en serio, perdón-- Sonaba arrepentido y preocupado.
--Está bien, lo importante es seguir adelante, ¿no Destino?.-- Sonrió el castaño hacía el peli-morado.
--Oh, creo que ya me descubriste.-- Rascó su nuca algo nervioso.
--Si, pero no te quería hacer sentir incómodo-- Sonrió. --Y dime, ¿Por qué estás aquí a estas horas?.
--Oh eso, vine por mi bufanda, la olvidé hoy cuando vine y quise venir a buscarla--
En eso Félix va a el cuarto de mantenimiento, abre la caja de objetos perdidos y le devuelve la bufanda a Destino.
Este solo le agradeció y estrecharon sus manos como saludo, el joven modelo se fue rápido pero, dejó algo en la mano del pequeño castaño. Su número telefónico y un mensajito que decía:--Espero mantenerme en contacto contigo, y muchas gracias por todo♡.
-Mr. Destiny♡
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