«Capitulo 8»

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"Un regalo especial"

Seguimos caminando juntos en el camino de regreso a casa por unos cuantos minutos más, en los cuales, Ángel me ofreció en mas de una ocasión cambiar el abrigo conmigo, a lo que yo me negué en cada ocasión posible. Ya que yo estaba claramente mas acostumbrado al frío de la zona por que, claro, no tenía nada que ver el hecho de que pensara que Ángel se veía de alguna manera ¿Tierno? con mi abrigo puesto, después de todo, él era claramente más alto que Ángel y el abrigo le quedaba un poco por debajo de las rodillas, el cuello era demasiado alto y le cubría gran parte del rostro cuando este se levantaba a causa del viento. Adorable, probablemente esa sea la palabra que estaba buscando, Ángel simplemente se veía adorable.

Llegamos a casa y Ángel fue el primero en entrar a esta misma, dejo las bolsas que traía consigo, fue hacía la parte trasera de la casa y volvió con algunos trozos de troncos que yo había cortado días antes, los puso en la chimenea y la encendió, agarró un palo de metal y empezó a mover la madera para avivar el fuego, una vez estuvo satisfecho sonrió y corrió hacia mi dirección, me hizo soltar una de las latas que estaba colocando en el refrigerador, me tomo de la mano y me arrastro hasta uno de de los muebles que estaba al lado de la chimenea, me hizo sentarme y corrió hacía la cocina.

Aún un poco extrañado frote mis manos y las coloque cerca de la chimenea para calentarme un poco, luego de unos minutos vi como Ángel regreso y traía consigo una taza humeante.

"Café"

—Creo que con eso será suficiente— soltó Ángel al mismo tiempo que me entregaba la taza.

Agarre la taza con mucho cuidado, y le lancé una mirada de confusión ante las palabras que había dicho antes.

—¿O quizá no?, una manta ¡Eso es! ¡Voy por una manta!— me sonrió y corrió velozmente escaleras arriba.

—¿Una manta?— me pregunté extrañado.

Mire la taza de café por unos segundos, y me dispuse a tomar, el sabor era diferente a como yo solía prepararlo, este era mas ... dulce, pero, aún asi no quitaba ese sabor único del café.

Escuche un ruido proveniente de las escaleras y vi como Angel bajaba con una manta ¿rosa? en sus manos

—¡La tengo! Es rosa, espero que no te importe. — Me sonrió y se me acercó con la manta —Lavanta tus brazos

Aún algo extrañado hice lo que me pidió, angel coloco la manta sobre mi pecho y parte de mis piernas —¡Listo! Ahora ya no tendrás más frío

¿Frío? Él hizo todo esto por que temía que yo tuviera ¿Frío?

Se sentó al lado mío, me miró y preguntó —¿Esta bueno?

—¿Hm?

—¿El café esta bueno?

—Hm — asentí

—¡Que alivio! Por que mi padre solía decir que yo no... — dejo de hablar.

—¿Tu no...?

—Decía ... que ni siquiera servía para preparar algo tan simple como un café— Agacho su mirada.

«No debí haber preguntado»

—Es el mejor— hable mientras volvi a tomar otro sorbo.

—¿Hmm? — levanto su cabeza para mirarme nuevamente

—Es el mejor café que he probado

Mire a Ángel de reojo y vi como sus mejillas se tornaban de un leve color rosa y bajo la mirada apenado.

"Nuestro pasado"- RadioDust EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora