«Capitulo 23»

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"Jambalaya"

Me encontraba sentado en el sofá de la sala, tenía mis gafas puestas, una pequeña libreta y pluma con las cuales estaba escribiendo las ideas para el programa del día de mañana. Sin olvidarme claro esta, de una pequeña manta rosa que no pasaba nada inadvertida, la cual por cierto, estaba colocada cuidadosamente sobre mis piernas, colocada ahí gracias a Angel, tan solo unos minutos antes que se este se encerrara en su cuarto durante las últimas dos horas.

Subí mis gafas hacia mi cabeza para descansar un poco de ellas y lleve mis dedos hasta mi sien, frotando lentamente.
Había estado mucho tiempo pensando en aquel programa, mas ninguna idea venía a mi mente en ese momento, ya que, en lo unico que podía pensar, era en el que había estado haciendo Angel durante todo este tiempo en la habitación.

Había estado actuando un poco extraño desde que habíamos regresado de aquella pequeña escuela abandonada.

Decidí dejar de darle tantas vueltas al asunto, quizá Angel sólo estaba cansado y decidio descansar un poco por la tarde,sí, probablemente haya sido eso y me estoy preocupado mas de lo que debería.

Suspiré, regresé mis gafas a la posición correcta y estaba a punto de proseguir con el tema de la transmisión, cuando oí el fuerte sonido de una de las puertas abrirse estrepitosamente.

Al mismo tiempo que vi como Angel salía corriendo a gran velocidad desde su habitación hasta colocarse ágilmente sobre mis piernas—¡AL! —Grito mi nombre durante todo su recorrido, estaba seguro que la voz de Angel se había oído hasta el pueblo con el grito que había dado. —¡Lo tengo! ¡Lo tengo! ¡Soy un genio! —Gritaba euforicamente

—¿Tienes que? Exactamente ... —Pregunté con extrañeza.

—¡Pongamos una escuela! — Grito al mismo tiempo que elevaba ambos brazos hacia arriba lo cuál ocasionó que perdiera el equilibrio.

—¡Angel!—Grité al momento que lo vi inclinarse hacia atrás, pero por suerte logre sostenerlo rodeando su cintura con mis brazos antes que se lastimara por la caída.Suspiré con alivio—Angel cariño ten mas cuidado. —Le dije.

—Oh, si, lo siento pero, ¡Es perfecto! ¿No lo crees?
Podríamos hacerlo en alguna de esas viejas casas abandonadas que están en el pueblo. —Hablo rápidamente casi sin darle importancia a lo que anteriormente había sucedido —Puedo ir a limpiar el lugar por las tardes, llevar algunas cosas, comprar otras...

—No lo sé Angel, no creo que sea tan sencillo como parece. —Le interrumpí antes que pudiera continuar

—¡Pero Al! — Suplicó —Se que no será fácil, ¡Pero no tolero ver como esas niñas se pierden de tantas cosas!

—...

—¿Sabes? Cuando era pequeño nunca pude ir a una escuela—Agacho su mirada—A mi padre nunca le gustó que saliera mucho de casa o que hablara con otros niños, así que mi mamá me enseño todo lo que pudo. Todo lo que se, se lo debo a ella—Esbozó una ligera y casi imperceptible sonrisa cuando mencionó a su madre—Ella me contó como eran las escuelas, los niños, los maestros, y yo... siempre soñé con ir ahí.

Suspiré, y lo mire con duda, no sería nada fácil, nos tomaría muchos días poder arreglar un sitio que sea apto para que los niños puedan estar cómodos. Y, por otro lado,  hasta donde sabía, no habían niños muchos en este lugar.

— ¡Porfavor Al! ,no quiero que esas niñas se pierdan de lo mismo que yo me perdí cuando era apenas un niño—Hablo suplicante.

Suspiré nuevamente, esta vez con resignación.

"Nuestro pasado"- RadioDust EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora