—¡Maldito niñato, ya te dije que no estes buscando entre mi basura!— Gritaba un hombre desde lo lejos a un pequeño niño que corría rápidamente en dirección contraría. —¡La próxima vez no te me escaparás! —Dio un último grito mientras agitaba amenazadoramente una botella vacía de vodka.
El chico sólo seguía corriéndo sin detenerse en ningún momento para mirar hacia atrás.
Cuando se vio a salvo en un lejano callejón se agachó y posando sus manos sobre sus piernas respiró pausadamente tratando de buscar recuperar el aire que había perdido por correr con tanta prisa.
Giro su vista para ver sí alguien lo seguía pero esbozó una leve sonrisa al percatarse que estaba absolutamente solo, cuando recupero el aliento se quitó de encima la mochila que cargaba en su espalda, observando su interior con una sonrisa traviesa, había conseguido un disco de música casi en perfecto estado, aquel viejo lo había hechado a la basura sin ninguna contemplación, y, aunque no sabía qué canción esta detrás de aquel disco estaba realmente emocionado por descubrirlo.
Volvió a colocar la mochila sobre su espalda y emprendió su camino de regreso a su casa, había sido un buen día despues de todo.
El pueblo estaba tan silencioso y vacío como siempre, algunas personas observaban atentamente al extraño niño que paseaba saltando alegremente por las, casi totalmente oscuras calles de aquel lugar.
Cuando estuvo cerca de su casa, logro oír los fuertes golpes y gritos que al parecer provenían de su madre.
El niño para su andar, suspiró y hablo en voz baja —Parece que papá esta en casa.
Giró sobre sus talones y camino sobre sus pasos de regreso al pueblo, al parecer hoy no dormiría en su casa.
Saco de su mochila un pequeño farol, lo encendió con mucho cuidado y siguio su camino hacia lo que el pequeño había nombrado como su "pequeña guarida", ese lugar era una vieja estación de radio abandonada en el pueblo, el pequeño iba a ese lugar todos los días sin falta desde el día en que encontró el lugar; había limpiado y ordenado cada una de las cosas que habían en ese lugar, desde un viejo tocadiscos hasta un armario lleno de empolvados discos de música.
Cuando él pequeño llegó a la estación dejo su mochila encima de el viejo sofá y encendió la chimenea buscando un poco de calor, movió el con algo de dificultad el pesado mueble acercándolo un poco a la chimenea, volvió a abrir su tan preciada mochila y contemplo su nueva adquisición con una sonrisa en la cara.
Camino hacía el reproductor de música, que había, con algunas dificultades, logrado arreglar hace un par de meses, colocó el disco, subió el volumen, corrió hacía el sofá, y usando su mochila como almohada se acomodó dispuesto a dormir escuchando aquella nueva canción.
[...]
Se levanto al día siguiente, y observó la chimenea, al parecer el fuego se había apagado en medio de la noche, estiró sus pequeños bracitos y tallo sus ojos con algo de pereza, de un salto bajo del sofá y camino hacía el reproductor, sacó el disco y lo colocó en el estante con los demás.
Volvió a agarrar su mochila, metiendo el farol nuevamente dentro de esta y salió de la estación nuevamente con dirección a su hogar.
Llegó a su casa y entró sigilosamente por la puerta, con pasos lentos y en completo silencio, normalmente su padre solo solía quedarse una noche y luego se iba nuevamente para no volver en semanas, pero el pequeño quería asegurarse que así fuera, cuando vió que no estaba en casa corrió rápidamente hacia su cuarto.
Tiro su mochila sobre su cama y fue hacia su armario de donde saco un frasco con alcohol y algo de algodón, con ambas cosas en la mano camino silenciosamente hacía la habitación de su madre, dejando las cosas sobre el velador del lado derecho de la cama de su madre, él pequeño sabía que las necesitaría cuando despertara.
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—¿Se oye bien? ¿Hola? —preguntó Ángel mientras hablaba al micrófono que utilizaba Alastor para grabar su programa.
—Pues yo te oigo fuerte y claro— le contesté.
—¿Estás completamente seguro de que esta apagado verdad? No quiero estar haciendo el ridículo frente a las personas que escuchan tu programa.
Negué
—Bien entonces te dejaré hacer tu programa tranquilo, tengo ... algunas cosas por hacer en el pueblo— Ángel agarro su mochila y camino hacía la puerta
—...¿Irás solo?— pregunte
—¿Estás preocupado por mi?— Ángel me pregunto con una sonrisa de lado.
—Hm
Pude ver como bajo su mirada y camino hacía mi nuevamente sosteniendo mis manos junto con las de él con un fuerte sonrojo en su rostro.
—¡Te prometo que estaré bien!, regresaré cuando acabe tu programa para regresar juntos a casa ¿Si?— dijo y me soltó para salir de la estación.
[...]
Sali de la estación de radio justo al terminar mi programa radial, me puse mi abrigo y corri hacia la salida. Ángel estaba parado en la puerta esperándome.
—¿Listo? — me pregunto
—Hmm
—Estoy considerando seriamente el leerte el diccionario antes de dormir — Angel se rio fuertemente y emprendimos camino hacia casa.
—¿Qué tal el programa de hoy?— me habló Angel
—Bien— le contesté , la verdad era que yo tenía más curiosidad por lo que él había estado haciendo durante toda la tarde,ya que, el no conocía el pueblo, ¿Qué le había llevado tanto tiempo?
—Supongo que me conformaré con esa respuesta, ¿Qué quieres que prepare para la cena?
Estabamos pasando por la casa de Charlie cuando sin previo aviso escuche como el perro del alcalde ladro y corrió rápidamente hacia Angel,
—¡Ángel!
Vi como el gigantesco perro salto encima de Angel, pero, para mi sorpresa Angel no corrió, ni gritó y el perro a parecer no lo estaba atacando, mas bien lo estaba, ¿Lamiendo?
—¡Hola otra vez! —dijo Angel entre risas mientras acariciaba al perro.
"¿Que había pasado?"
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¡Hola!
Al final si pude publicar ¿Que nombres proponen para el perrito?
Pueden ponermelo aqui en los comentarios
Recuerden que pueden votar y comentar mucho que siempre me ayuda.