Gamer's (KookMin) Adaptación propia

Capítulo 11~Si él te perdona tienes mi perdón

Martes 13:40 h

Arrastro mis pies mientras golpeo una botella de plástico que me lleva acompañando desde la salida del instituto. Por mis auriculares suena una balada bastante deprimente en de Big Bang, haciendo que un pesar caiga en mi pecho. Muchas veces pienso en borrar esta canción que me duele como la mierda, a quien me recuerda, pero cuando estoy casi decidido mi dedo marca que "no" instintivamente.

El pitido de un coche hace que pegue un pequeño salto en mi lugar antes de girarme hacia él y retirar uno de mis auriculares. El negro, elegante y flamante coche de Kook está reduciendo la velocidad a mi izquierda. Me acerco una vez para del todo y mientras lo hago baja la ventanilla del copiloto.

-Hola jugador. -Su sonrisa me hace reír. -¿Te llevo?

-Hola. -Le devuelvo el saludo agachándome hasta apoyarme en la ventanilla sobre una de mis caderas. -Me siento muy prostituta ahora mismo. -Mi comentario nos hace reír a los dos.

-Puedes ser mi putita si quieres. -Comenta cambiando a serio y mi ceja se levanta con molestia por su comentario. -El otro día lo hiciste bastante bien gimiendo como una perra.

-Eres un imbécil. -Escupo con desaire alejándome del coche y volviendo a patear la botella.

-Venga Jimin, no lo decía en serio. -Miro al frente y veo la cabellera negra de Jennie bajo una de sus gorros típicos al final de la calle, a unos pasos de mí. -Solo ha sido un comentario que...

-Que te jodan. -Lo interrumpo sacándole mi dedo medio antes de golpear fuertemente la botella hasta que choca con los pies de Jennie que se gira buscando de donde ha llegado esa botella y me sonríe ladeadamente al verme.

-Jimin. -Me vuelve a llamar Kook cuando arranca el coche y vuelve a conducir lento a mi lado. Lo ignoro y abrazo a Jennie, lo necesita pues lo veo en sus ojos.

Sus brazos me rodean con ímpetu, la abrazo más fuertemente hasta que finalmente se aleja de mí despacio y con algo de vergüenza. Escucho como el coche de Kook acelera y se marcha.

-¿Qué va mal? -Pregunto directamente. Un silencio se forma mientras piensa la respuesta.

-No quiero ir a casa. Mi madre está de lo más excéntrica ahora mismo. Es tan religiosa. -Responde con fastidio y yo solo asiento.

-¿Quieres venirte a comer a casa? -Pregunto tranquilo.

-¿Puedo? -Pregunta sorprendida.

-Claro que sí, eres mi amiga. -Nuestras sonrisas se acoplan antes de encaminarnos hacia mi casa continuando golpeando entre los dos la botella que nos acompaña hace rato.

Martes 15:03h

Mis pies reposan sobre el asiento de una de las sillas de la cocina, mi espalda toca el suelo del balcón y mi cabeza reposa sobre las piernas de Jennie que está sentada en el suelo apoyando su espalda en la barandilla.

-¿Ves como en el suelo siempre se está mejor? -Pregunto sonriendo y enchufando el que será el tercer porro que nos hacemos en lo que llevamos en mi casa.

-¿Intentas convencer a alguien o a ti mismo? -Pregunta copiando mi sonrisa.

-Es una buena pregunta para la cual no tengo respuesta. -Levanto mi dedo índice en el aire. -Siempre intento convencer a la gente de que es genial, pero suelen tratarme por loco.

-Es que estás un poco loco. -Ambos reímos.

-Si si, algún día encontraré a alguien que comprenda lo genial que es sentarse y tumbarse en el suelo y me casaré con él. -Digo con seguridad.