Tambores lejanos

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Imizael empezó a descubrir las maravillas de esa antigua fortaleza espacial. Navegaba paso a paso por los aires de la antigüedad sin sospechar los tambores que aparecerían más adelante. La oscuridad la rodeaba, su linterna era su única luz. Luz de una inmensa y solitaria noche. En un lugar que si algo le ocurriese, sería su tumba, su sepulcro, su mausoleo. Nadando, sí, nadando por la noche perpetua, apartando la oscuridad así como quien empuja el agua para avanzar, siguió adelante codiciando aquellos descubrimientos que podría cazar. Los tambores se acercaban, mudos, silenciosos, como sombras en la oscuridad. Sintió que algo no iba del todo bien. Así que cerró los ojos, apagó la linterna, y se quedó en el centro de aquel interminable pasillo. Con sus orejas levantadas, algo creyó oír, se acercó a las paredes por si alguna vibración acudiría a ella con la claridad para discernir si era tan solo el respirar de la nave u otra cosa que pregonaba peligro en la lontananza. Una pared externa, el suelo y luego la pared interna, palpándolas, pegando su cuerpo y orejas a ellas. ¡Su pelaje de súbito se erizó!

Escuchó el susurro de unas alteraciones que parecían pasos lejanos. Eran pasos pues tenían ritmo y patrón. Parecían varios los emisores de esas vibraciones, pero desde tan lejos no podía adivinar su cantidad. Tampoco si estaban, arriba o abajo, - si es que en el espacio existe ese concepto... Claro. - En fin, nuestra atractivisísima protagonista... - ¿¡Qué!? ¡No me miréis así! ¡Si no lo digo me quedo sin nada con lo que regar las plantas! Como iba diciendo... - Nuestra can tenía que cerciorarse si realmente un ser vivo causaba ese alboroto casi imperceptible. Mas enseñaba los dientes con la emoción que un depredador encuentra a una presa fácil, pero con la ira de aquel depredador al que le roban su comida. - ¡BIEN, un poco de marcha! Esperemos que merezcan la pena, no querría terminar con ellos sin divertirme antes. Hehehe - rió jocosa - Ahora - seguía su monoloquio interno - como se atrevan a tocar alguno de los tesoros de esta nave, ¡les romperé las caderas hasta que ya no puedan respirar! - finalizó volviendo a mostrar los dientes con una sonrisa pícara, rabiosa y deseosa de acción.

Poniendo la oreja en la pared, recordando los planos de la nave, y con el sigilo del más hábil de los felinos, nuestra "lara croft" particular se fue acercando a los ruidos que escuchaba. Adentrándose en un estrecho conducto de ventilación arrastrándose con aquel atuendo que más que una ropa de aventurera era una ropa de exhibición, con aquellas caderas anchas y mamas voluptuosas estrujándose a cada paso - ¿Contenta? - ¡Sip! - escuchaba en su cabeza aquellas canciones y melodías inimaginables para nosotros debido a su origen "meta galáctico" que vaticinaban un momento excitante. Como aquel que introduce su propia banda sonora deteniéndose de vez en cuando para maximizar sus sentidos. Así llegó a una cámara contigua a donde estaban ellos, que debía de ser una especie de sala de descanso o de curas. Pero por suerte estaba cerca de su destino. Si su astucia era la habitual, sería capaz de lograr que casi cualquier suceso se tornara a su favor.

Escuchaba bien las voces pero no era capaz de atinar en todo lo que decían, así que un sencillo artilugio para escuchar mejor la ayudaría, por suerte, tenían algo parecido a lo que aquí conocemos como estetoscopio.

- ¡Haha! Boromiz, ¿has visto a este pelele de principito? ¿Tú crees que un secuestro podrá hacer que se vuelva mejor persona o crees que se quedará aterrado teniendo pesadillas por la noche? - se escucha un golpe - Hahaha, ¡escucha como lloriquea! Principito, no tendrás una rosa a la que volver en tu palacio, ¿eh? Malnacido de alta cuna, ¿quién iba a decir que un genio iba a ser tan debilucho después de mantenerte con esas cadenitas anti poderes y esas runas mágicas a tu alrededor? ¡No puedes moverte! ¡Seguro que sacamos mucha pasta por él!

- ¡La suficiente como para vivir en paz por los restos! - apunta Boromiz.

De repente Imizael escucha un sonido en su transmisor.

- KSSK, kkksssskk<<prin>>, ksssk<<ayud>>ksssk, - Salta hacia atrás alejándose lo más posible de la pared para ocultar el sonido, lo regula y se pone un auricular para poder escuchar sin miedo. El auricular es un dispositivo capaz de leer la mente de quien lo porta.

- ¡No recepción, mala recepción, recalibrad! - pensó con fuerza y pausa para que entendieran el mensaje, ella por su cuenta ajustando su receptor también intentando encontrar la señal más clara.

- <<Re>>ksssk<<ibi>>kss<<o>> . <<Re>>ksssk<<ali>>sss<<ando>>. Hecho. ¿Nos recibe con claridad ahora? - dijo la voz femenina de la transmisión.- Conexión segura K278R60/14 establecida.

- Afirmativo, corroboro conexión segura. K278R60/40: correcto. Recepción: buena.

- Bien ya podemos hablar tranquilos. Aquí la rakastán Sherezal Jaman, encargada de esta operación, provenimos del clan Shatir de los mundos de los genios. - Los rakastanes eran algo así como subgenerales especializados en las misiones de la corte, con un entrenamiento de élite en tácticas de inteligencia, espionaje y salvamento - Imizael, acaba de ser forzosamente contratada para rescatar a nuestro príncipe Seminul Al-Qadil VII. Para ello hemos enviado a nuestro mediador Rultán Raham, negociador y político, está entrando a través del punto de acceso siguiente al que habéis usado. Según nuestro radar PE ya estáis cerca de nuestro príncipe. Así que acordaremos un punto de encuentro seguro a medio camino entre la sala de embarque y su posición como el protocolo indica - Imizael asentía declarando alguna vez un "hm" mostrando interés y atención ante las instrucciones de la rakastán. - Lamentablemente nuestro radar se vuelve borroso y es deficiente a la hora de reconocer la nave con precisión por algún material desconocido en ella, así que una vez que estéis a unos 50 saps de los mercenarios no podremos guiaros.

- No os preocupéis, querida rakastán, he memorizado todos los planos de la nave, estaré en el punto de encuentro en breve. Creo que podré llegar a algo que estos "antiguos" llamaban la "sala onírica" en unos 30 minutos. Dicha sala está a media distancia así como indica vuestro protocolo.

Me veo obligado a explicaros que Imizael no mostraba ningún tipo de resistencia ante esta misión impuesta de improviso debido a que su clan y el suyo estaban estrechamente relacionados con una gran historia de alianzas y ayudas entre ellas. Aunque el clan Xilzalor era duro, autosuficiente, y por lo tanto orgulloso, siempre se han esmerado en reconocer cuándo es sabio crear, mantener, respetar y utilizar a los aliados. Además de que el clan Shatir era el más poderoso de los clanes de los genios debido a su sagrada misión de proteger una de las joyas más importantes del universo. Conseguían por ello una gran influencia en los demás clanes y sus dedos se alargaban incluso a otras grandes razas de las galaxias.

- Detectamos una señal extraña con núcleo en el centro de una de las salas principales en la línea que separa los puntos Alfa, este siendo la posición de llegada del emisario, y Beta, tu posición actual. Ese punto será llamado Delta.

- Roger, y efectivamente, esa es la sala "onírica". Por eso la escogí, parece que posee algún elemento de fuerte señal electromagnética lo que hará que nuestros enemigos no puedan rastrearnos fácilmente - Imizael comienza su rumbo hacia el punto acordado mientras continúa hablando - Espero que le guste mi atuendo - susurra para sí misma relamiéndose con una sonrisa pícara olvidando su comunicación mental.

- Roger, el punto Delta cumple con los requisitos de punto seguro para la misión. Asegúrese de cuidar de nuestro enviado con su propia vida. - Alguna que otra risa se oye de fondo mientras que la experta raskatán permanecía inmutable - 

Vacío, oscuridad y balasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora