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El timbre de salida había retumbado en toda la Universidad y yo ya estaba con todas mis cosas guardadas en la mochila puesta y lista para irme de aquí.

La última profesora con la que nos tocó nos dio el permiso de irnos y así lo hicimos todo el salón. Todas las personas con las que socialicé hoy en la mañana se despidieron de mí y yo de ellos para así ya yo salir de el aula.

Caminé por los pasillos, bajé las escaleras yendo al primer piso y después me dirigí hacia la salida, donde se encontraba mi hermano mayor Yun Xi apoyado en la pared esperando mi presencia.

—Perfecto, ya era hora de que salieras y llegaras a aquí— Salió para afuera y yo lo seguí detrás de él. —Te he estado esperando durante 5 minutos—

¿What the fuck? Que corto tiempo y así se queja.

Me reí, pero sólo un poco. —Ni que fuera para tanto, Yun.... Eres un exagerado— Golpeé ”Suavemente" su hombro izquierdo mi puño.

En comillas, porque fue fuerte.

Al salir, nos tuvimos que quedar parados todo el rato hasta que nuestros padres llegaran. Ojalá que no se tarden demasiado.... -Pensé-. Pero por suerte no fue lo peor así como yo me lo imaginaba.

Ya cuando pasaron al rededor de unos 7 minutos, llegaron nuestros padres en el auto de tonalidad negra, ambos venían con una alegre y dulce sonrisa en sus rostros. Ahora Yun Xi y yo debemos prepararnos para el laaargo cuestionario que nos harán los dos mayores respecto a cómo nos fue en este raro pero agradable día de la Universidad de South Park.

—¡Hola mis postrecitos!— Saludó nuestra contenta Madre sentada desde el asiento de copiloto del auto. —¿Cómo les fue hoy?—

Mi hermano y yo avanzamos hacia el auto, abrimos la puerta del lado derecho, entramos y después la crerramos dejándola tal y como estaba. —Muy bien Mamá— Hablamos y asentimos con la cabeza los dos al mismo tiempo.

Cada uno se soltó de su mochila y la pusimos sobre nuestras piernas. No me quiero sentir abrumada o nerviosa pero.... ¿Debo decirles a mis Padres sobre el inconveniente de hoy en la mañana? Es que, jamás les he ocultado nada a ellos, detesto mentirles y no quiero que hoy sea la primera vez. La mentira y yo no combinamos, para nada

Papá empezó mientras yo estaba en mis pensamientos luchando contra la espada y la pared. —Nos alegra hijos, y para que no se sientan tan absortos de este día.... Iremos a comer a un pequeño restaurante ¿Okey? Así conocemos más el pueblo y con la ayuda de su hermosa Madre— Dicho esto, besó cariñosamente la mano de la mujer.

Ahhh Dios.... Suspiro yo. Que lindo matrimonio son, ojála yo llegue a tener uno casi idéntico como el que ellos dos poseen.

—Está bien Papá— Volvimos a asentir para que luego el asiático eche a arrancar el auto y dirigirse a ya no sé donde.

En todo el camino hicieron lo que nos imaginábamos, crearon un gran formulario de preguntas. Era algo obvio, pero no me molestaba en lo absoluto, de una forma u otra me agrada saber que les gusta que les importamos, que les tengamos confianza y poder contarles sobre lo que nos pasa en la vida diaria.

A propósito, solamente les conté una parte de mi problema de hoy, no reaccionaron tan mal pero tampoco les gustó demasiado.... Mejor dicho, ellos supieron como comprender la situación.

Debe ser porque omití cierta parte del problema, pero sólo por hoy hice esto.

—Ya estamos llegando a un local, allá les seguiremos preguntándoles de su día mis amores~— Canturreó Mamá.

Volvimos a asentir por tercera vez en el auto. —De acuerdo—

Tardamos al rededor de dos horas y media paseando y conociendo todo el pueblo, ahora ya estamos en la casa

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Tardamos al rededor de dos horas y media paseando y conociendo todo el pueblo, ahora ya estamos en la casa. Yo por lo menos estoy en mi cuarto acostada arriba de las sábanas de mi cama, ya había pasado el limpio a los cuadernos así que se podría decir que ya estoy libre por ahora.

Tenía una lapicera en mano y un diario sobre la cama en frente, era mi diario de vida.

Sonará algo tonto o un tanto desconcertado, pero siempre he escrito y describido mi vida a través de estos diarios, se siente bastante agradable -Según yo, es mi opinión-. Este ya era el décimo que tenía contando mi vida, los otros nueve estaban guardados muy secretamente por mi habitación para que nadie los encontrara.

Soy bien.... Astuta.

Pasaron ya como unos 8 minutos hasta que terminé de escribir, miré la hora en mi celular que estaba a mi lado.

19:51 p.m.

Mm.... No era tan tarde como me lo imaginaba.

Cerré el diario, lo aseguré con el pequeño candado que venía y lo oculté en alguna parte de mi espacioso. Una ventaja de que sea grande, era que podía tener todo perfectamente ordenado y el poder ocultar con un poco más de facilidad mis cosas más privadas y personales.

Para no desaprovechar el tiempo antes de que mis Padres o Yun Xi me llamen para cenar, me puse a hacer mi agradable ejercicio diario. Soy una chica que se preocupa y cuida de su cuerpo, pero eso no evita que me de mis vicios por ciertos alimentos, pero lo hago con cuidado para no sobrepasar un límite.

Mientras mejoraba mi salud, escuché como alguien golpeó tres veces mi puerya suavemente.

—¿Quién es?— Pregunté ya casi terminando mis respectivos ejercicios.

Un voz masculina habló. —Soy yo Xia, Yun Xi....— Ah, es el palo poste.

Yo no le digo así por ser un jodido minion o medir menos de 1.60.... Es que sólo que él mida 1.85 teniendo 23 años me sorprende un poco de cierta manera. Pero bueno.... Tengo 19 años y mido 1.74, igual soy muy alta.

.... Y eso me gusta.

Terminé de hacer todos mis ejercicios, me sentía un poco acalorada pero ya luego me voy a dar una deliciosa y fresca ducha. Caminé hasta la puerta abriéndola para mirarlo a su cara de orto, okey no.... —¿Qué pasa?—

—Ya baja a cenar fetito, la comida está lista y servida en la mesa— Mm.... De acuerdo, ya empezaba a sentir hambre.

Asentí. —Bien, ahora bajo—

Me sonrió un poco. —Te esperamos.... Tu cabello está loco— Ya me había quitado el gorro de lana luego de que llegáramos a la casa, luego de eso él se fue.

Fui a mi baño a lavarme la cara, la tenía un poco roja pero luego de mojarmela con una fresca y deliciosa agua fría para luego secarla con una pequeña toalla, se me quitó por completo ese color de mi rostro.

Ya de terminar de hacer todo, salí de mi baño y de mi habitación cerrándola. Caminé hacia las escaleras las cuales bajé y pude mirar a toda mi familia sentada en el comedor con la comida servida.

—Hola— Hice reverencia saludándolos y todos ellos me lo devolvieron.

—Ven hija, no se vaya a enfriar— Dijo mi Padre avisándome.

Asentí y me senté en la mesa, que lindo se veía todo. Ya sin perder más tiempo o slgo por el estilo, empecé a comer y todos los presentes me siguieron la acción.

Me gusta todo esto, hasta ahora, ah....

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1214 Palabras.

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