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*CRISTIAN PARA SÍ MISMO*

No debería de haber hecho eso a Noa, soy una puta mierda de persona, me he equivocado indudablemente y tengo que dejarle claro que esto no volverá a pasar, yo amo a Noa, y nuestro momento ya pasó, no puedo seguir jugando con los sentimientos de la gente.

*PAULINA ESTÁ EN LA COCINA PREPARANDO EL DESAYUNO*

Cristian va hacia la cocina.

PAULINA: Buenos días, ¿cómo has pasado la noche?

CRISTIAN: Bueno no muy bien, todavía no me creo todo esto.

PAULINA: ¿Quieres conocer a Miguel?

CRISTIAN: Al menos me gustaría ponerle cara soy su padre.

PAULINA: Hoy he quedado con sus padres adoptivos.

CRISTIAN: ¿Padres adoptivos?

PAULINA: Sí.

CRISTIAN: ¿Pero como se te ocurre darlos en adopción?

PAULA: Me dieron esa opción, no vengas a quejarte ahora , ni siquiera sabías de su existencia, ¿acaso te ibas a hacer cargo de él? Acababa de cumplir los 17. ¿Cómo pretendes que críe a mi hijo? En un correccional lleno de niñas conflictivas como yo y sin un padre. Solo quiero lo mejor para él. No tienes derecho a echarme nada en cara.

Cristian baja la cabeza y pide perdón.

CRISTIAN: Llevas razón, lo siento.

PAULINA: ¿Entonces te apetece?

CRISTIAN: Sí, claro que sí.

PAULINA: Es peligroso que salgas tal cual, necesito que te hagas un cambio de look. En el cuarto de baño hay una maquina de rapar. Puedes raparte la cabeza.

CRISTIAN: ¿Cómo sé que no es una trampa?

PAULINA: No digas estupideces, sino fuera por mi, ya no estarías vivo.

CRISTIAN: Después de conocer a mi hijo quiero marcharme, no quiero confundirte o confundirnos.

PAULINA: ¿Estás seguro?

CRISTIAN: Sí.

PAULINA: ¿Es por esa chica verdad?

CRISTIAN: Sí, la amo de verdad no quiero cagarla, además tampoco volvería a donde esta ella, no quiero poner su vida en peligro.

PAULINA: De acuerdo, te ayudaré a salir de aquí.

CRISTIAN: Gracias.

Después del desayuno, Cristian se da una ducha fría aclarando todas sus ideas, y mirándose frente el espejo coge esa maquinilla y rapa su cabeza sintiendo como está dejando atrás su pasado y esa presión que lo machaca cada día.

Por otro lado Noa ya ha despertado del coma, pero no recuerda nada, los médicos dicen que quizás con el tiempo empiece a recordar cosas.

Lina y Alfonso están destrozados, y Dylan su mejor amigo está apoyándolos. Alfonso echa mucho de menos a Cristian.

Lina siente como un trozo de su alma muere, siente como si le arrancaran del tirón los recuerdos con su hija, maldito accidente que la está matando en vida. Cada lágrima son todas las veces que Noa le dijo mamá, pero que Noa probablemente nunca más recordará.

Lina cuando comenzó toda esta pesadilla escribió un diario con el fin de publicarlo y ayudar a otras familias, hoy en su diario Lina ha dejado esta nota:

"Cómo madre es muy difícil asimilar esto, hoy Noa ha despertado y aunque sea una buena noticia me duele, porque no recuerda nada. No sabe quién soy, tengo miedo de que ya nunca más me recuerde como mamá o no me quiera de esa manera. Son tantos recuerdos los que tengo con ella desde que nació. Esto se siente como un atentado contra mis recuerdos, mis emociones, si ella mi hija no sabe quien soy como siquiera voy a saberlo yo. Y aunque ahora tengo ganas de rendirme y por un momento no haya visto motivos por lo que luchar seguiré peleando con ella y por ella, porque pienso hacer que recuerde quien soy, su madre."

LINA: ¡Alfonso llama a los doctores ha despertado!

Alfonso corre a toda prisa y salta de emoción.

ALFONSO: ¡Es mi hija está despertando!

DOCTORES: Llamaremos al Dctor. Ryos, enseguida estará alli.

LINA: ¿Cómo estás cariño?

Noa se queda mirando extrañada y pregunta...

NOA: ¿Qué ha pasado?

LINA: Tuviste un accidente. Te he echado mucho de menos.

Noa sigue mirando a Lina extrañada, la mira fijamente pero no la reconoce. Lina ya se da cuenta de que algo va mal.

LINA: ¿Sabes quién soy, verdad?

Noa niega con la cabeza y está angustiada por como la está viendo llorar.

LINA: Noa soy mamá. ¡MAMÁ! ¿No me recuerdas cariño? Soy tu madre...

En ese momento Lina se echa a llorar desconsoladamente, Noa intenta tranquilizarla, pero Lina se ha agarrado de sus piernas a los pies de aquella cama, y solo puede gritar soy mamá mientras va muriendo en vida lentamente, sin respirar.

Por otro lado Cristian ya ha conocido a su pequeño y le prometió que por navidad volvería a comerse en su restaurante preferido una hamburguesa con patatas. 

Mientras Noa empieza una nueva vida sin  recuerdos de su vida pasada, a Cristian su pasado le persigue e intenta huir de él, y empieza por cambiar la tarjeta SIM, para que nadie pueda encontrarlo más, y posteriormente viajó a un páis vecino.

Parece que una nueva vida comienza para ambos como si hubieran nacido de nuevo...

Memorias de un amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora