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ALFONSO: ¿Cristian?

Conmovido por la emoción y el momento Cristian sale de la barra corriendo y se abraza a él en un abrazo eterno.

ALFONSO: ¿Qué haces aquí? ¿Y por qué te fuiste sin avisar?

CRSITIAN: Papá era lo que tenía que hacer.

ALFONSO: Te necesitábamos, pero bueno al fin te he encontrado.

En estos momentos es cuándo te das cuenta que el mundo es como un pañuelo y que a veces las casualidades existen.

CRISTIAN: Voy a cerrar al pub y te llevo a mi casa.

ALFONSO: Pasemos antes por el hotel donde me alojo, necesito recoger mis cosas. Mañana me voy.

*EN CASA DE CRISTIAN* 

Cristian abre la puerta de aquel maravilloso ático en colores blanco y plata, y un suelo de mármol auténtico. Por todo el salón se extendía una gran mesa de cristal y  encima de ella una gran lámpara de araña plateada. Se podría decir que tenía el ático soñado.

La verdad es que Alfonso se estaba preguntando cómo había llegado a conseguir todo esto, sin ni ta siquiera cogió dinero de los ahorros.

ALFONSO: Es muy bonito el ático. ¿Cómo lo has conseguido?

CRISTIAN: Bueno cuando llegué me ayudaron a conseguir un trabajo, unos amigos, me alquilé un piso si es que a eso se le podía llamar "piso", el caso es que al lado vivía un señor mayor y pues estaba solo, entonces le ayudaba, y le hacia compañía, nos cogimos mucho cariño, tanto así que me dejó su herencia, y pues el hombre era adinerado.

 ALFONSO: Debía de quererte mucho entonces...

CRISTIAN: ¿Papá y Noa...?

Cristian esperaba una respuesta ansioso, y solo quería escuchar un está bien, se le venía el mundo encima solo de pensar que Noa no hubiera salido de esa. Así que con el corazón acelerado esperaba la respuesta.

ALFONSO: Pues...

Cristian ya se temía lo peor...

CRISTIAN: Dime por favor que está viva, que está bien.

ALFONSO: Sí, esta bien es solo que...

Cristian interrumpe nervioso.

CRISTIAN: ¿QUÉ?

ALFONSO: Despertó del coma, pero no se acuerda de quienes somos... tiene momentos en los que recuerda algo de su vida anterior. Ha sido muy duro para mi y Lina, sobre todo para Lina es su madre, y bueno para Noa fue chocante, aun así Noa quiere con locura a Lina.

CRISTIAN: ¿Eso quiere decir que no sabe quien soy?

ALFONSO: No, le hemos hablado de ti, pero ella no te recuerda, solo eres un conocido de quien le habla su madre y su padrastro.

Cristian no podía creer lo que su padre le estaba contando. El amor de su vida no recuerda quien es. No lo conoce. Se le viene le mundo encima de pensar en todos los recuerdos que tienen juntos, las sonrisas, las caricias, las miradas, los besos, las noches de amor. ¿Cómo acaso se le iba a olvidar a él eso? Aquella carta de amor que le hizo, sin tan saber ella quien era él. Miles de cuestiones pasaban por la cabeza de Cristian. 

¿Significa eso que ahora tiene que reconquistarla de nuevo? ¿Se enamorará una segunda vez de él? ¿Habrá alguien en su vida ya? ¿Acaso existe un futuro para ellos dos? Angustiado por la situación él le quiere poner respuestas a todas.

¿Estará dispuesto Cristian a que Noa se olvide tan fácilmente de él?

¿Se rendirá y dejará las cosas tal y como están?

¿O por el contrario será valiente e irá a reconquistar de nuevo el amor de Noa?

Pero si es así, ¿le contará a su padre la aventura que tuvo con Noa?

Ahora Noa es una persona nueva, y quizás ya no le atraiga tanto lo prohibido o quizás sí. 

Quién sabe...

Memorias de un amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora