11. De regaños fraternales y pequeños talentos

1.3K 218 113
                                    


Era un día tranquilo en un barrio tranquilo...

一¡¡KAI SUELTA EL BENDITO CONTROL!!

¡GGA-GGA-GGASPUTIN!

Un día tranquilo sin duda.

Mientras que otras personas menos ocupadas que el peliazul disfrutaban de un día brillante y cálido en una ciudad agitada en medio de la semana, el dichoso hombre de cabello extravagante estaba a nada de morir por falta de aire en sus pulmones producto de una intensa persecución entre un niño con las piernas del tamaño de su antebrazo, un suéter amarillo intenso, unos zapaticos diminutos que sonaban a cada paso apresurado y escurridizo que daba a lo largo de la casa para huir de él, y una cabellera castaña despeinada que lo hacia ver como un nido de cuervos sin nada de sentido de la estética.

Hacía calor, eso sumado a la corredera absurda a lo largo de la casa para atrapar al enano veloz que provocaba unas ganas interminables en el Choi mayor por meter la cabeza en la nevera e ignorar cómo corría por toda la casa en medio de un canto escandaloso del que su cuidador era culpable.

Ah, sí... El niñero.

Los jueves Yeosang cuidaba a Kai, los lunes su padre se lo llevaba a la oficina y ahí se encargaba Soobin, quien luego de un par de veces pasando tiempo con el infante ya no podía resistirse a estrujar los mofletes del niño que chillaba en desagrado cada que lo hacía, pero que se emocionaba en grande cuando recibía algo por parte del alcahueta mayor que parecía disfrutar gastar su dinero extra en cosas estúpidas e innecesarias.

Aquel día de gritos y carreras era jueves, y como podrán imaginar, la casa era un desastre.

一¡Choi Kai!

Una gran exclamación fue el prólogo a un gemido de dolor que escapó por la garganta del dueño de la casa cuando cayó de cara contra el suelo tras tropezar de la forma más ridícula posible mientras intentaba tomar al niño de cabello castaño que tenía un control de consola pegado con cinta adhesiva industrial a su pequeña mano derecha, esa que se movía de manera terrorífica de arriba abajo amenazando con chocar con todo lo que se le atravesara.

Nuestro protagonista de suerte patética, Choi Yeonjun, había llegado un poco antes y medio muerto de su trabajo, agotado por completo, imaginando gustoso lo agradable que sería un baño caliente para desparecer toda la tensión en sus hombros. Tenía un hambre voraz, sed a morir y unas ganas inmensas de tirarse a dormir sin importarle un bledo si Kai saltaba con todas sus fuerzas y sin parar sobre su cama mientras intentaba imitar los movimientos de Doctor Strange... O algo parecido, ya que nunca le salía bien. Durante un trayecto del camino se había ilusionado con sus planes imaginarios, tan relajantes y placenteros que parecían atraerlo con cantos de sirena para tomar un descanso.

Estaba molido, su jefe le había colocado tanto trabajo de repente que comenzó a dudar sobre las veces en la que le expresó su gratitud en forma de bonos vacacionales y frases motivacionales que acaban siempre en "eres mi favorito".

Señor Choi, si fuera su favorito no lo trataría de esta manera.

A veces pensaba en agarrar dinero de sus ahorros para pagarle una niñera de tiempo completo a Kai, pero era un padre primerizo ocupado que le resultaba más fácil pedirle ayuda a sus dos amigos más cercanos, en quienes confiaba a pesar de ser unos idiotas. Aunque de todas formas todos sabemos que era ingenuo creyendo que Yeosang o Soobin madurarían para ayudarlo en una situación delicada como por la que estaba pasando.

Su cabeza se aseguró de recordarle eso para toda la vida en cuanto entró a casa y vio como el rubio que tenía como niñero temporal estaba pegándole un control de consola a la mano de su hijo con cinta industrial.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 13, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

✎┊「 Las aventuras de Choi NingNing 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora