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Tsunade Justo en este momento se encontraba operando a matsuri, realmente solo quería ver que tenía por dentro para ver si podía ayudarla, pero su sorpresa fue demasiada al ver que sus pulmones estaban llenos de flores, su corazón también, horrorizada terminó la operación, no podía seguir viendo eso.
Salió de la sala de operación y vio a neji que estaba ahí esperando.
— chico, está estable si quieres pasa a verla y si despierta manda a llamarme por favor — le dijo tsunade mientras se iba, leería algunos libros para ver si decía algo sobre lo que tenia matsuri, además de que cuando la chica despierte le preguntaría varias cosas.
En el pasillo del hospital solo se oía El Fuerte sonido de tacones de lady tsunade, pero poco a poco ese sonido despacio, dando a entender que ya no estaba más por ahí.
Neji estaba dudoso en entrar, no quería invadir la privacidad de la chica y tenía sentido, realmente solo la conocía de hoy, la salvo si, por que estaba con el y no podía dejar en su conciencia eso, le intrigaba que era lo que tenía pero no sabía que hacer, simplemente se quedó en la banca donde estaba, recargándose en una mano.
Se oía un reloj, tic tac... pasaba el tiempo y el chico no sabía que hacer, nunca había estado en una situación tan extraña, menos con una chica, pero por fin se decidió, se levantó y temeroso abrió la dichosa puerta de la habitación.
Al abrirla encontró a la chica, entubada a unos sueros, con una mascarilla de oxígeno, su muñeca derecha color leche, llena de moretones, se veía tan frágil, cosa que hace unas horas no aparentaba, con cuidado se acercó y oyó su respiración, era tranquila y por una parte se alivió al ver que respiraba, realmente el no sabía que podía correr tan rápido, un poco incómodo salió de la habitación, no se iría hasta que despertara, de eso estaba seguro, pero le incomodaba estar ahí dentro.
El reloj marcaban las 8 pm, frustrado se sentó en la banca nuevamente, estaba pensando que decirle a lord hiashi, pero estaba seguro que de una buena reprimenda no se salvaba, trago nervioso al solo pensar eso.
El tic tac se oía, ni un ruido más, eso lo estresaba, subió las piernas a la silla, y colocó su mandíbula entre sus piernas, solo esperaba que Matsuri despertara pronto, y sin darse cuenta el sonido del reloj, se distanciaba, de pronto dejó de oírlo y cayó profundamente a los brazos de morfeo.
Por parte de la chica, pasaron algunas horas, no sabía con exactitud cuántas, pero despertó, aún le costaba respirar pero era menos, miro su muñeca, estaba rojiza, quizás morada, suspiro.
Se comenzó a inspeccionar, tocó entre sus casi inexistentes pechos, y sintió una cicatriz, pero nada había cambiado, sentía ese malestar que desde hace ya unos días la venía carcomiendo por dentro.
Ver a shikamaru con la chica de la arena le había dolido, quizás le haya dolido mas que en si lo que tenia en el pecho y más por que sabía que nunca podría competir con ella.
