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Los últimos 2 días pasaron muy lentos, matsuri no podía hacer nada por órdenes de la hokage, y tampoco podía salir con nadie por que según lo que se había enterado el kazekage fue secuestrado por akatsuki, y sus amigos "cercanos" sakura y kakashi habían ido a rescatarlo, estaba muy aburrida y compro el libro que kakashi siempre estaba leyendo, lo comenzó a leer, era demasiado pervertido, no podría ver a kakashi igual, pero la trama era buena y ya tuvo con que entretenerse en esos días, su tos había empeorado, el único cambio era que ahora su tos tenía flemas, pero aún seguían brotando pétalos llenos de sangres.
Dos días después de que se fueran a la misión matsuri decidió salir a pasear, rezando a jashnin para no encontrarse con shikamaru.
Matsuri salió de su casa y se puso a caminar mientras pensaba cómo su vida había cambiado para bien o para mal, sacudió su cabeza, de ahora en adelante pensaría en positivo, seguir estancada en lo mismo no sería de ayuda y más si quería cumplir sus metas.
Decidió ir a comer dangos, la última vez que fue no termino bien, pero aún así no dejaría de comer su comida favorita por nada del mundo, al llegar comió como si no hubiera un mañana y cuando estuvo satisfecha salió de ahí.
El sol comenzaba a esconderse y se preguntaba cuánto más duraría esa misión, no era que no quisiera ver al kazekage sano y salvo, pero digamos que su relación con suna no era la mejor y quería saber en qué estado estaban sus seres queridos.
No tenía nada que hacer, así que decidió pasar al cementerio, le llevaría flores a shisui.
Llegó a la florería yamanaka, a diferencia que hoy no estaba su rubia amiga, estaba su papá, tomó unos narcisos blancos y los pago con una sonrisa melancólica en su rostro, después de eso salió hacia el cementerio y buscó la tumba de shisui.
Dejo las flores ahí y arreglo un poco la tumba, se sentó en el suelo y con una sonrisa rota miro los datos de la tumba.
— shisui-kun... ¿cómo has estado? Espero que bien, seguro allá arriba todo es mejor, pero bueno, hace mucho que no te visitaba, no sabes lo mucho que te extraño, realmente no recuerdo tu aspecto muy bien, solo era una niña cuando... dejaste este mundo — la chica sacudió su cabeza rápidamente y soltando unas lágrimas prosiguió — mira te he dejado unos narcisos blancos, son muy bonitos no? Sabes... últimamente me he estado sintiendo muy mal y siempre me pregunto que harías tú, pero no llego a nada, estoy enferma, no se que tengo... probablemente muera... pero te prometo que por todo tus sacrificios no me iré hasta poder cumplir mi promesa, matare al mal nacido que provoco tu muerte, aún recuerdo ese horrible día... y juro que nada me dentendra — dijo la chica mientras inconscientemente lloraba, realmente extrañaba demasiado a ese hombre, su corazón aún no puede perdonar a danzo.
— Ojalá pudiera hablar contigo aunque sea por solo unos minutos, se que no es posible pero es lo que más deseo, cuando te fuiste fui incapaz de llorar, era una niña y tenía las esperanzas de que solo había sido un sueño, un sueño horrible del cual ansiaba despertar, pero cada día miro a los alrededores en todos lados te veo y me doy cuenta que te fuiste, te fuiste para siempre y yo realmente te extraño! No puedo perdonarte por irte y tampoco puedo perdonarme por no poder hacer nada... — la chica meditó un poco las palabras y con lágrimas en los ojos y su pecho oprimido pudo pensar algo mejor.
