Capítulo 37

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- ¿Por qué se ha ido Alastair? - dijo Bella.

- No todo el mundo ve la situación de forma positiva. Cabe imaginar que considera inevitable la lucha y a pesar de su comportamiento, Carlisle le importa demasiado para alinearse con los Vulturis. Supongo que ha decidido que era un peligro demasiado grande - explicó Edward.

- No hemos hablado mucho de la agenda de los Vulturis, pero Alastair le preocupaba que no nos escucharan. Está convencido de que encontrarán una excusa para salirse con la suya - contestó Eleazar.

Los vampiros se miraron incómodos; la idea de que los Vulturis pudieran manipular su propia ley para obtener sus objetivos, no era una idea que les agradara. Solo los rumanos mantuvieron la compostura; parecían divertidos de ver el esfuerzo que hacían los otros para pensar bien de sus viejos enemigos.

- Tengo la esperanza de que Alastair tenga razón en esto - le murmuró Stefan a Vladimir - Ya es hora de que nuestro mundo vea en lo que se han convertido los Vulturis. Nunca caerán mientras todos se crean esa tontería de que ellos son los custodios de nuestra forma de vida.

- Al menos cuando nosotros gobernábamos, eramos honrados sobre lo que eramos - replicó Vladimir.

- Nunca nos hicimos pasar por puros ni nos hicimos llamar santos.

- Creo que ya a llegado la hora de luchar - añadió Vladimir - ¿Cuando crees que volveremos a encontrar unas fuerzas como las de ahora para resistir de verdad? ¿O una oportunidad mejor que ésta?

- Nada es imposible. Algún día...

- Hemos esperado ya quince siglos, Stefan, y lo único que ha hecho ha sido fortalecerse más y más con los años - Vladimir hizo una pausa - Si los Vulturis ganan este conflicto, se marcharán más poderosos de lo que han venido, con nuevas conquistas que añadir a sus fuerzas. Piensa solo en lo que esa neófita podría aportarles - apuntó a Bella con su barbilla - y apenas está descubriendo su don, y luego está el que mueve la tierra - Vladimir asintió en dirección a Benjamín que se envaró, casi todos estaban prestando atención a los rumanos - con sus gemelos brujos no tendrían necesidad de la ilusionista ni de la que lanza descargas - sus ojos se movieron hacia Zafrina y Kate.

- Y tampoco necesitan al lector de mentes, pero ya veo por donde vas - dijo Stefan - la verdad es que obtendrían mucho si ganaran esta vez.

- Más de lo que podemos permitir que consigan, ¿no estás de acuerdo?

Stefan suspiró.

- Creo que estoy de acuerdo. Y eso significa...

- Que debemos plantarles cara mientras todavía quede esperanza.

- Con que solo los diezmáramos, incluso, si les pusiéramos al descubierto...

- Entonces algún día, otros terminarían el trabajo.

- Y nuestra venganza podría cumplirse al fin.

Sus ojos se encontraron durante un momento y entonces murmuraron al unísono.

- Parece la única manera.

La sonrisa que intercambiaron estaba llena de anticipación.

- Lucharemos - remató Vladimir.

- Nosotros también tomaremos parte en la batalla - anunció Tia, la compañera de Benjamín - Creemos que los Vulturis se sobrepasan en el ejercicio de su autoridad y no albergamos deseo alguno de pertenecerles.

Benjamín sonrió y lanzó una mirada pícara hacia los rumanos.

- Por lo que parece, soy mercancía de interés, así que tendré que luchar por ganar el derecho a ser libre.

- Ésta no será la primera vez que haya peleado para defenderme del dominio de un rey - comentó Garrett, caminó hacia delante y le dio una palmada en la espalda a Benjamín - aquí hablamos de defender la libertad contra la opresión.

- Nosotras estaremos al lado de Carlisle - expuso Tanya - y combatiremos con él.

- Nosotros no nos hemos decidido - admitió Peter; miró hacia su pequeña compañera, la expresión de los labios de Charlotte era de insatisfacción.

- Las dos manadas lucharán junto a los Cullen - aseguró Seth - no nos dan miedo los vampiros.

- Qué niños - murmuró Peter.

- Infantiles - le corrigió Kate.

- Bueno, yo estoy en ello también - dijo Maggie desprendiéndose con una sacudida de la mano de Siobham que la sujetaba - sé que la verdad está del lado de  Carlisle, y eso no lo puedo ignorar.

- Carlisle - lo miró Siobham - no quiero que esto termine en lucha.

- Ni yo tampoco, Siobham, ya sabes que es lo último que deseo - medio sonrió - quizá podrías concentrarte en mantener la paz.

- Ya sabes que eso no ayudaría - dijo ella.

Carlisle creía que Siobham tenía un sutil pero poderoso don para hacer que las cosas sucedieran según su voluntad.

- No hará daño - dijo Carlisle.

- ¿Quieres que visualice el resultado que deseo? - preguntó sarcástica.

- Si no te importa - sonrió en grande.

El grupo se dispersó, algunos para cazar, otros para pasar el tiempo con los libros, las televisiones o los ordenadores de Carlisle.

Al fin se había acabado el plazo y solo quedaba esperar.

Se colocaron en sus puestos y Renesmee se subió en el lomo de Seth. En los bosques a sus espaldas, los lobos estaban quietos y preparados.

Los ojos de Edward se concentraron en el bosque y los Vulturis llegaron en gran pompa con deliberada lentitud, sin prisa, ni tensión.

Había llegado la hora.

Una bruja Original en ForksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora