Capítulo 4 "¿Es el chico de ojos morados?"

45 5 3
                                    

-Hola Rubius ¿Como estas, cariño? .- Dijo la preciosa mujer de cabello anaranjado. 

-Bien, ¿qué crees, Nieves? .- Mencionó el de gran altura.

-Dime, Rubius.-Dijo, la mujer sonriéndole.

-Te acuerdas que casi me matan.-dijo el muchacho devolviéndola la sonrisa.

-¿El atentado del pueblo? .- Le contestó.- Sí.

-Bueno, pues mi padre dijo.-Hizo la voz más grave.-que lo cuide un chaval nuevo, que mi hijo es muy tonto.

-¿Enserio? ¿Es el chico de ojos morados? .- Le dijo la chica con curiosidad.

-Si ... espera ¿Lo conoces? .- Pregunto.

-Si, cuando llegue lo vi limpiando el piso. Platique un poco con él, es muy agradable.-Le dijo con una sonrisa.

-Pues para mi no es. Fuimos al mercado para comprar los caballeros de colección, y me dijo que era un inmaduro.-Renegó un poco el chico.

-Vaya. Eh ... Rubius, tengo que irme.-Dijo la chica apurada.

-¿Con Akira? Joer .... esta bien. Te cuidas.-Le dijo el chico triste.

-Igualmente.-Le dijo amable.

-Adiós.- Contestó el chico triste.

Rubius se sentía algo mal, sabía que el Rey del Este, padre de Nieves los quería juntos por la obligación de un reino más grande y mayor poder, era un matrimonio obligatorio. Pero joder el chico ni Nieves estaban enamorados. Tuvieron un acuerdo, que serían una pareja fingida. Nieves estaba enamorada de Akira, su amiga de la infancia. El quería algo similar, tener alguien que te ame de verdad.

Admite que Nieves no tiene la culpa, nacieron con el misma desgracia.

No quería saber ni pensar nada, quería estar solo. Caminaba hasta llegar en su lugar preferido del castillo, su jardín. Un jardín hermoso, con una fuente y su puerquito llamado Juan Carlos tercero. Se sentó a un lado de su cochinito, la única vida que lo entendía. Estaba perdido en sus sentimientos mirando a su amigo.

Algo raro pasó, su cerdo comenzó a hablar. Hermano, hermano dijo.

¿Pero qué cojones?

-Hermano, ¿Que tienes? .- Dijo una infante de 11 años con cabellos de caramelos.

-Verga. me asustaste, Emily.-Contestó con gracia, recordado ver la cara de su hermana en un puerco.

-Verga... Nueva palabra que voy agregar en mi cuaderno.-Dijo la niña a acariciando al puerco.

-¿Cuál cuaderno? .- Pregunto Rubén con curiosidad.

-Mi cuaderno de malas palabras de Rubius.-Dijo la niña volteando a ver a su hermano con una sonrisa. 

Si su madre encuentra el cuaderno lo matara.

-Le diré a mamá que tienes novio si no desechas el cuaderno.-Le dijo el muchacho con una cara retadora.

La niña se lo pensó un poco.

-Bien, lo tiraré.-Contestó la niña enfadada.

Su hermana y él eran muy unidos, siempre se contaban secretos y los guardaban. Ella es la única persona que sabe sobre el secreto de Nieves

-Bueno hermano, mi madre quiere que vayas a comer. Me mandó por ti.-Dijo la niña viéndole.

-Si, dile que voy.-Contestó el de cabellos blancos.

-También papá me mandó para decirte esto, que mañana tienes entrenamiento con Luzu y el nuevo caballero.-Dijo la niña corriendo hacia la salida.

¿Me amas? °|Rubegetta|°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora