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Cenaron y luego se fueron a duchar juntos, claro que Dilan la acarició por todo el cuerpo, pero solo eso, luego salieron y cuando Irene iba a quitarse su toalla, Dilan se adelantó y se la quito, mientras la besaba la acercaba a la cama hasta que ella quedará recostada y el encima de ella.

Irene seguía pensado en Javier pero luego se dijo a si misma que estaba con su esposo, así que saco a Javier de su mente y siguió el beso, mientras ella también retiraba la toalla de Dilan, enredo sus piernas a la cintura de él, y Dilan sin esperar más introdujo su miembro, empezando a entrar y salir a un ritmo constante, Irene soltaba pequeños jadeos y Dilan besaba sus pechos, luego se pasó al cuello, besaba y lamía succionó un poco, Irene se removió y le dijo.

Irene: no amor, sin marcas.

Las embestidas bajaron su ritmo.

Dilan: pero quiero dejar una, además eres mi esposa, no debe haber ningún problema.

Volvió a embestir rápido y lo hizo, dejo no una si no dos marcas, una en su escote y la otra en su cuello, ambos llegaron al orgasmo, Irene se levantó y se limpio, se puso su pijama y se acostó, poniendo su espalda a Dilan, él solo se volteo hacia ella y la abrazo por la espalda.

Dilan: no te enojes amor, la idea es que te relajes.

Irene: lo estaba haciendo, pero tú y tus marcas, si entiendes que trabajo y las verán.

Dilan: pues que las vean, saben que tienes esposo, tu no me dejas marcas porque no quieres.

Aún me las puedes hacer.
Le dice mientras vuelve a ponerse encima de ella y mientras la empieza a besar, baja su pijama.

Irene: pero tú ya no me hagas más.

Dilan: no prometo nada amor.

Al día siguiente Dilan se fue a su trabajo con dos marcas en el cuello, y bueno Irene pudo tapar los dos que tenía el pecho, pero no los dos que estaba en su cuello.

Allí estaban de nuevo en la sala de una casa que recién había vendido Javier, Irene tomo su bolso y se acercó a la puerta, pero de nuevo Javier no se lo permitió, y solo la aprisionó con sus brazos.

Javier: ¿Porqué siempre que estamos solos, quiere irte? Mmm..

Irene: Javier por favor, ya hablamos de esto si, déjame salir.

Javier se acercó al cuello de Irene y le dió un beso, Irene trato de empujarlo pero era imposible, Javier al besar el otro lado del cuello, se quedó quieto, observando esas marcas, estaba furioso, solo se hizo para atrás y dejo que ella se fuera.

Era hora del almuerzo y Dilan había llegado a comer con Irene.
Se fueron a un restaurante cerca, terminaron de comer y se fueron, estaban parados frente al edificio esperando a que acabará la hora de almuerzo, Dilan la tenía agarrada de la cintura y de vez en cuando le daba un beso.

Javier: deberías tener más respeto.
Dijo viendo hacia Irene.

Dilan: disculpa, eres tú quién debería respetar, además no eres nadie para hablarle así a MI esposa.

Javier: tú debería de respetarla y no dejarle marcas.

Dilan: por favor,  te vuelvo a repetir es MI esposa, si a ella no le molesta, no entiendo porque a ti si.

Javier: se trata de ética, además si me molesta, lastimosamente es su esposa pero es MI compañera de trabajo y no tiene que andar con marcas.

Ambos estaba enojados, el ambiente estaba tenso y los demás trabajadores empezaban a llegar.

Irene: dejen de discutir por favor, Javier este no es un asunto en el que debas de meterte.

Volteo su rostro hacia Dilan.

Irene: amor, relájate tú no eres así, no le hagas caso.

Dilan aún la sostenía de la cintura y solo la acercó un poco más a su cuerpo y le dió un beso pequeño.

Dilan: él no tiene porqué meterse amor.

La volvió a besar pero este fue más duradero, el sabía que a Irene no le agradaba que los vieran dándose ese tipo de besos, pero sabiendo que Javier aún estaba a un costado de ellos, la seguía besando, así demostrando que era el quién estaba con ella, era el quién la tenía como esposa, se separaron y antes de irse Dilan le dice.

Dilan: te espero en casa.
Y le dió otro beso pequeño.

Paso a la par de Javier y casi como un susurro le dijo.

Dilan: alejate de ella.

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Pasaron tres días y Dilan seguía llendo a comer con Irene, pero está vez se fue temprano, así que Irene estaba en su oficina.
Cuando escucha que abren su puerta y la cierran con seguro.

Irene: ¿quien te crees para entrar así hee?

Javier no dijo nada solo se acercó y sin darle tiempo a ella de pararse, la besó, Irene trataba inútilmente de empujarlo, lo mordió pero él la seguía besando, se separó y se dirigió a su cuello, solo lo observo y vio la pequeña marca que aún tenía, beso y lamió esa marca, aún seguía enojado al no ser él quien la allá hecho, sin pensarlo, empezó a succionar.

Irene asustada por lo que estaba haciendo le dijo.
Irene: no lo hagas Javier.

Javier seguía succionando un poco más fuerte, hasta que reaccionó pero la marca ya estaba como hace días, reluciente.

Javier solo se arrodilló enfrente de Irene y puso su cabeza sobre las piernas de Irene .

Javier: lo siento tanto, es solo que, me molesta que sea él, quién te pueda hacer esas marcas y no yo.

Trate estos tres días de dejar de pensarte pero no puedo, te esquivé para no verte y así no sentir nada, pero es imposible, al no obtener respuesta de irene levantó su vista hacia ella.

Javier: ¿te lastime?.
Preguntó con preocupación en sus ojos.

Irene: vete.

Fue lo único que le dijo.

Javier sin decir nada se levantó y se fue.

10/05/20

EL DINERO NO LO ES TODODonde viven las historias. Descúbrelo ahora