CAPÍTULO 9

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A la mañana siguiente; antes de abrir los ojos, pienso en la alocada noche que tuve, aún recuerdo el vaivén de su cuerpo sobre el mío, el roce, el sonido que hacian nuestros cuerpos y la manera en que  finalmente nos retorcíamos de placer —¡MALDITA SEA! lo hice con Yuu— cubrí mi rostro con las palmas de mis manos al pensar en todo esto. Caí en cuenta que el cuerpo de aquel hombre no estaba a mi lado y ni siquiera estaba en el departamento, tome mis prendas y después de ducharme y cambiarme recorrí el departamento en busca de alguna nota pero nada —¿Dónde está?— pensé, busco mi celular y llamó a la persona que amo —Hola, por el momento no estoy disponible, por favor deja un mensaje y con gusto te devolveré la llamada, ten un lindo día— deje que sonará para poder dejar mi mensaje —Hola Yuu, soy yo, eh... Quería decirte que lo de anoche fue genial, regresaré a mi apartamento después de limpiar un poco el tuyo, cuídate y ten lindo día también— en mi voz se podía notar el nerviosismo, pero agregué —Te quiero, siempre lo he hecho— terminé la llamada con aquella confesión. Bloqueé mi celular y solté un suspiro mientras sonrió como tonta, me puse a limpiar el lugar; arregle su cama y la cocina, aspiré, separé y saqué la basura. No me di cuenta que esto me llevaría hasta el medio día. Tomé mis pastillas y mis cosas para finalmente ir a casa, el encargado de los apartamentos me dijo que para mí seguridad cambiaría las llaves de la puerta, así ya no correría riesgo de que Toru regresará. Comencé a trabajar desde casa ya que mi jefe fue considerado y sabía que el dinero me faltaba, así que las horas pasaron y yo no dejaba de pensar en aquella noche —¿Porque aún no me llama?— pensé, ya era más de las 6 de la tarde y ni un mensaje había en mi buzón —Es músico, debe de estar trabajando, no lo molestaré— susurré —¿Estás segura que es eso?— esos pensamientos regresaban —Seguramente se dió cuenta del error que cometió al acostarse contigo— dejé de hacer mis labores y mis ojos se llenaban de lágrimas —No, él no haría eso, fue un caballero— secaba mis lágrimas y fui al baño —Solo mírate ¿En serio crees que eres suficiente para él? cuándo está rodeado de modelos y otras cantantes— me miré al espejo —No, está vez no te escucharé, él es dife...— el sonido de leves golpes robaron mi atención, sequé mis lágrimas y corrí a la entrada —Sabía que vendrías Yuu...— mencioné mientras abría la puerta y miraba a la persona que estaba frente a mi —Servicio de paqueteria— dijo el chico, preguntó un par de cosas y resultó que estaba en el piso equivocado.

Cerré la puerta y me deslice sobre ella, mis lágrimas comenzaron a caer —Solo fuiste alguien de solo una noche— pensé y ese pensamiento se clavaria de la manera más cruel en mi corazón. Ha pasado 1 mes y no lo he visto, salgo a la calle, hago mis compras y dejo la basura en su lugar; observó fijamente las bolsas con desperdicios durante un par de minutos sin pensar en algo concretamente, suelto un suspiro y otro y otro y otro más —Eres como esas bolsas; desechable— con la mirada baja comencé a caminar, sin escuchar lo que había a mi alrededor, espero que el elevador llegué, frente a mi veo la silueta de una pareja, el chico trae el cabello teñido de la parte alta, un color rosa y lo demás color negro, la chica tenía un cabello castaño hermoso, las puertas se abrieron y la pareja subió —¿Subirás?— amablemente habló la chica; levanté la mirada y los observé; tenía su celular a la mano, su mirada de tristeza, esa expresión de lástima me hacía dar cuenta que mi presencia por si sola le era incómoda, para él, sin esperar mis lágrimas se hicieron presentes y cubrí mi boca tratando de que su nombre no fuera pronunciado, miré a la chica y mencioné —Lo siento, creo que mejor tomaré las escaleras— respondí —¿Segura?— dijo la chica —Claro, no me hará mal hacer ejercicio— respondí —Esta bien— habló de nuevo la castaña y las puertas se cerraron, caminé hacia las escaleras y subí un par de escalones antes de caer sobre mis rodillas y darme cuenta que —Solo soy alguien desechable— esa escena de Yuu tomado de la mano de está amable chica me rompió —¿Cómo era posible?— por más que deseaba que mi llanto no se escuchará; mi voz, mis sollozos eran como si alguien hubiera muerto frente a mi.

Ese día; yo morí.

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Decidí usar una imagen animada en lugar de una foto de Aoi, espero que les guste.

Este capítulo me emociono mucho e incluso me hizo enojar, pero me fascina, espero que les guste tanto como a mí.

GRUDGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora