CAPITULO 2

86 8 4
                                    

Me fui de Mie de manera intempestiva —No pude siquiera despedirme— dije llorando a mi madre —Ya basta, él no siente lo mismo que tú— habló mi padre —Solo será un vago, dedicarse a ser guitarrista, no sé cómo sus padres lo permiten— dijo molesto —Tú no sabes nada de él ¡Tú no lo conoces como yo! Él será un guitarrista excelente— respondí —¿Cómo? Ni siquiera decidió estudiar música— habló con un tono de voz molesto —Él lleva la música en sus venas, ese es su destino— dije con un nudo en la garganta. Llegamos a la estación de trenes, mi madre me tomo de la mano y jalaba de ella —No quiero, no quiero irme asi— pensaba, hasta el momento en que escuche mi nombre, volteé hacia atrás, te vi corriendo hacía mí, como pude logré zafarme del agarré de mi madre y corrí hacia ti —¿Que haces aquí?— pregunté mientras te abracé —Mi hermano llamo al trabajo y me dijo que te ibas— secaste mis lágrimas —No te preocupes, se que nos volveremos a ver, no olvides de mandarme alguna postal o una carta, siempre te responderé— esas fueron nuestras últimas palabras.

Han pasado ya algunos años, no he sabido nada de ti —Consegui trabajo en Tokyo asi que, me iré dentro de tres días— dije con una sonrisa —No puedo creer que aún sigas pensando en él— dijo mi madre —Ambas sabemos que vas a aquel lugar para encontrarlo— baje la mirada —Cuándo te enamores como yo, lo entenderas— respondí. Llegué a la ciudad —Es enorme— pensé al caminar por las largas calles de aquel lugar —Por favor ven a vernos— dijo un chico al entregar un panfleto —¿Cuánto llevas viviendo en Tokyo?— preguntó —Reconozco esa mirada de asombro, no tienes mucho tiempo aquí— sonreí —Ya una semana, y sigo sorprendiendome— respondí —En ese caso; bienvenida, nuestro concierto sería una buena oportunidad para conocer gente nueva— sonrió —Si, tal vez tengas razón, vendré a verlos en cuánto me acostumbré a las calles de está ciudad— miré la fecha y era en fin de semana —Será aquí mismo, ya sabes dónde queda el lugar— dijo al señalar detrás de él —Vale, gracias— respondí.

Llegué al Shibuya Ax y compré mi entrada, no sabía que tipo de música era o de que banda se trataba, bueno el nombre era 「ガゼット」no habían muchas personas, tal vez, habían como 30 o 40 personas, las luces se apagaron y una canción comenzó a sonar, entre la oscuridad y esas luces intermitentes que alumbraban el escenario, logré ver una silueta conocida —Seria una casualidad increible— pensé, el lugar se iluminó a penas un par de segundos y ahí estabas, parado en ese escenario, no habías cambiado ni un poco, tu maquillaje era horrible, pero la confianza que transmitias opacaba todo lo demás —Lo estás consiguiendo— susurré al escucharte tocar y en ese momento, aquel recuerdo de Kurenai llegó a mí —Te haz esforzado bastante, me alegro por ti— sequé mis lágrimas y tu mirada chocó con la mía, sonreiste de oreja a oreja, tocaste un par de ocasiones frente a mi, definitivamente ese ser tan coqueto seguía ahí. El concierto termino y las personas comenzaron a salir, espere en una esquina a qué no hubiera tanta gente, pensé en ir a la parte trasera del Club para poder verte y por lo menos saludarte pero... —Vienes, me ves tocar y me sonríes para después irte sin saludarme, vaya que haz cambiado— dijiste —Tu maquillaje es espantoso, ni siquiera podía reconocerte, por lo que veo; el robarle el maquillaje a tu hermana no ayudo de mucho— él comenzó a reír y abrió sus brazos —Te extrañé— esas palabras, sólo esas dos palabras fueron suficientes para que me diera cuenta que mi corazón ya no era mio. Corrí a tus brazos, podía sentir ese calor que emanabas otra vez, te invité a mi departameto, cocinamos juntos y nos pusimos al corriente en nuestras vidas —Asi que... ¿No te has casado?— preguntaste —No, por eso mismo escape de Fukuoka, mis padres querían arreglarme un matrimonio, pero ya sabes— me interrumpe —Eres un alma libre— sorbe un poco de su cerveza —Eso está bien, pero... Es difícil estar solo— dijiste en voz baja —Es cierto, pero, nada es para siempre, algún día encontrarás a la chica que te hará ver el mundo color de rosa— mencioné —¿Porque nunca me mandaste una carta? Creí que era tu mejor amigo— me mira a los ojos —¿Disculpa?— me levanto y voy hacia mi cuarto —No quieras hacerme sentir mal— dije desde mi habitación, tomo un paquete de por lo menos 60 cartas y se las di —¿Porque me regresaste todas y cada una de ellas?— me senté frente a él y me di cuenta que no tenía ni idea —No lo sabía, jamás me dijeron sobre esto— veía los sobres con su dirección una por una —Te escribí por un año y medio, hasta que recibí esto— le extiendo una carta de su madre —Mi hijo se ha ido a Tokyo, por favor deja de molestarlo— dijo en voz baja —Asi que te perdí el rastro, jamás imaginé que de nuevo te encontraría, me alegra tanto haberlo hecho— tomé mi cerveza y bebí un poco —Puedes llevártelas si quieres, no tengo problemas con ello— lo miró y sus ojos están rojos y suelta un bostezo —Vamos a levantar esto, tengo un colchón inflable y unas cobijas extras— te pusiste de pie y dijiste —Gracias— ese tono suave, sincero; tenía mucho que no escuchaba algo así, acariciaste mi cabeza y dibujaste una sonrisa en tu rostro.

Pasaron algunos meses; ambos crecimos en nuestros campos laborales, siempre había tiempo para pasar juntos, una cena, una noche en el bar e incluso en el Karaoke. Así pasaron los años. Recibí tu llamada —¿Tienes planeado algo está noche?— preguntaste —No, la tengo libre ¿Porque?— respondí —Prepararé la cena, ven a mi casa a las 7:30 ¿Esta bien?— un cosquilleo en mi estómago se hacia presente —Claro, ahí estaré— respondí, este cosquilleo crecía al pasar de los minutos, tenía un presentimiento, no sabia si era bueno o malo hasta estar contigo, fui a mi clóset y trate de elejir algo lindo —Sabemos que él nos ve como su hermana ¿Porque esforzarte en verte linda?— me pregunté frente al espejo —Algún día nos dejará de ver de esa manera— respondí mientras me miraba al espejo, la hora se acercaba y salí con dirección a casa de quien ahora llamo Aoi, paso a una tienda para comprar algunos dulces y probablemente un vino. Estoy frente a su puerta, arreglo mi falda y mi cabello, suelto un suspiro y aliso mi blusa; acerco mi dedo al timbre y dentro del apartamento se escuchan un par de risas —¡Basta Aoi! Pronto llegará tu amiga— la voz de una mujer me detuvo en seco —Sabia que el cosquilleo que sentí durante la llamada no era bueno— pensé —Ya se tardo— escuché aún más cerca, escucho el crujir de la perilla —Ya estás aquí, vamos pasa— me tomo de la muñeca y entré —¡Hola! Tú debes de ser la chica de la que tanto habla este Aoi, es un verdadero placer conocerte— hizo una reverencia la cuál respondí —El placer es mio— atiné a decir —Adoro tu falda, es hermosa— dijo con una sonrisa —Pasa, la cena ya está lista— sonreí y extendí los presentes a este Aoi, no sé cómo pero logré contener mis lágrimas, hablamos como si ninguna de tus acciones frente a mi me dolieran —Me hubiera gustado conocerlo antes, es un gran chico— dijo su pareja frente a mi —Por favor, no alimentes más su ego— respondí —¡Oh, vamos! Deja que lo haga— apretó mi mejilla y vi la mirada molesta de la chica, te levantaste y fuiste a tu habitación —Ah, te pido por favor que cortes esas expresiones hacia él, por si no lo sabes es mi novio y tú solo eres una amiga más— susurró, su mirada cambio tan de repente que no supe que decir. Regresaste y extendiste hacia mi las cartas —Las he leído cada una de ellas, puedes quedartelas— sonreiste —Claro, no será que ¿No quieres basura en tu nuevo departamento?— ambos reímos y esa noche, fue la última vez que te vería en 5 años.










¿Les gusta la historia?
¿Es difícil de leer?
Quiero que me dejen sus opiniones, las tomare en cuenta
❤️🖤🧡💜💙💚💛

GRUDGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora