Sin fronteras

CAPÍTULO I

No no no ¡Demonios! Se fué, maldición. Hoy no es cuando para llegar tarde. Pero eso me pasa por pasar tanto tiempo en la ducha, ahora son las 8:37, ni de broma llego para las 9 al trabajo. Tendré que esperar el siguiente autobús, llamaré a Marco, mi jefe.
- Audrey, buen día, ¿cómo amaneciste?
-Bien, Marco, gracias. Es sólo que...
-¿Otra vez?- Respondió como sí todos los días llegara tarde, aunque sí es la segunda vez en la semana que se va el autobús sin mi.
- Te prometo que es la última vez, Marco, de verdad.
-Vale, no te preocupes. Nos vemos ahorita.
-Gracias, nos vemos.
Marco tiene sólo 9 años más que yo y es muy agradable, siempre hay un buen ambiente de trabajo.
Llego al trabajo ya sin ningún contratiempo y enciendo el ordenador, el cual pide mil claves para entrar.
Es un frío día de diciembre, la Navidad se aproxima y todos parecen muy entusiasmados.
Mi trabajo es mmmmm relativamente sencillo, trabajo en una empresa de telecomunicaciones, como ejecutiva de ventas, es un trabajo tranquilo y me da para vivir sin tener que depender de mis padres (aunque aún vivo con ellos) y ahorrar un poco para la universidad ya que en septiembre entraré a estudiar psicología.
-Ya nos vamos a comer Audrey, cualquier cosa me llamas, vale.
-¡Sí señor! - Le digo imitando a un soldado en intentando tener la mayor seriedad.
Marco suelta una risita y sale de el lugar, y como siempre de 3 a 5 de la tarde me quedo sola, leyendo y en las redes sociales.
Después de un rato me llega un mensaje.

Leonardo Escalón: Hola, le puedes dar like a mi página de Facebook?

Ash, por que hacen eso. Que se ganen sus likes. Pensé molesta. A ver de que trata su página.

Audrey Montalvo: Claro, con gusto.

Hay que fingir cortesía. No juegues, es pianista. Que buen plan, de perdida no es una de esas páginas tontas de frases e imágenes graciosas. Sigamos usmeando, wow que lindo toca, de verdad estoy sorprendida, se lo ganó.

Audrey Montalvo: Listo :D

Leonardo Escalón: Gracias, que te debo?

Oh mira que caballero, me gusta me gusta, ¿que le pediremos? ¿Un concierto privado? ¿Una canción? Ooooh ¡ya se!

Audrey Montalvo: Una charla.

¿Querrá? Tal vez solo quería que yo fuera un número más en su contador de likes.

Leonardo Escalón: Claro, cuando gustes. ;)

Wow, ahora tengo un amigo pianista, que buen plan.

Yo: Y cuantos años tienes, Leo? Te puedo decir Leo?

El: claro! Ahora somos amigos. Tengo 18 y tu?
¿De mi edad? Que coincidencia.

Yo: 18 también. ¿Y a que te dedicas? Digo, aparte de lo obvio (tocar el piano)

El: voy a la universidad, estoy en séptimo semestre, bueno, voy en exámenes finales. Donde vives Aud?

Yo: en Matamoros. Y tu?

El: en Monterrey.

¿Queeeeee? No no no. ¿No lo conoceré nunca? Por que me pasa esto. Bueno, no queda más que no involucrarse mucho.

Yo: que padre. Suena interesante.

Y así, el resto de ese día me pagó lo que le pedí, charlamos horas y horas. Es un tipo tan agradable, nada de presumido o cosas así, aparte es muy gracioso.

Yo: y sí me das tu número? Puedo llamarte algún día...

El: por supuesto Aud, es...

Y lo guardé, lo guardé en lo más profundo de mi agenda porque a un mes de que me lo dió, la promesa de llamarle aún no había cumplido.