-Háblame de él...-seguramente ya estaba buscando el momento para sacarlo al tema. Y una linda señorita de tanga llega a entregarle el trofeo por haber roto su récord de espera por un chisme.
-Mmm... Es un chico equis.- Miento.
-Anda, por favor- insiste.
-Tiene 18, igual que yo, vive en Monterrey, toca el piano, estudia la universidad, es muy divertido, es optimista, tiene una sonrisa bonita, su voz es muy... -me doy cuenta de la sonrisa idiota que hay en mi rostro e intento disimularla- es, buena onda.- concluyo.
-¿Te doy mi diagnóstico?- Asiento.
-Estas jodida.
¿Qué? ¿Qué significaba eso?
-Oseaaaa... -dije intentando que prosiguiera.
-Te gusta, estas jodida. Vive lejos, más jodida aún. Y ¿Te término de joder?
Yo asentí sin más que decir.
-Ahí está Ritah. -Dijo con una mueca de asco.
-No me vengas... ¿Qué hace aquí?
-Es un lugar público bebé, no hay más.
Sí, esa enana con brackets, voz chillona, cara de puberta y con tan sólo 24 años era Ritah. Como siempre con sus vestiditos cortos intentando llamar la atención de los hombres. Ella voltea, me ve, y me voltea la cara torciendo los ojos. Uy, que madura.
-Vámonos, Clara.-Dije en modo de orden.
-Ay no, no dejes que esa zorra nos arruine la comida. -susurró mientras me tomaba con fuerza del brazo y la veía con rabia.
-Esta bien.- Torcí los ojos.
-¿Puedo recoger los platos?- dijo amablemente el chico de blanco y negro con una enorme sonrisa mientras me veía de una manera rara. Según yo.
-Claro.- Dijimos al unisono mi castaña amiga y yo.
-Y nos traes la cuenta baby- dice Clara.
El chico regresa y nos entrega una pequeña carterita color piel con una papel y unas mentas enmedio.
-Gracias- dice Clara- buen servicio, sólo que procuren no dejar entrar ZORRAS, que le quitan lo in al lugar. - casi grita intentando que la escuche la araña.
-Aaaauchhh- responde ante mi codazo.
El mesero nos demuestra con su cara que no tiene idea de que hablamos.
Ya de regreso a casa suena mi teléfono. ¡¡¡Ohhhhh por Dios, es el!!! Y una corriente eléctrica recorre cada una de mis conexiones nerviosas. Me pongo colorada e intentó fingir que no me emociona.
-¡Hey, hola!-Digo alegre pero sin exagerar.
-Hola, ¿será que me has olvidado?- finge indignación.
-No no no, nunca.-Digo algo alterada y me avergüenzo al instante. De nuevo mis mejillas se llenan de color. Por Diooooos por que este hombre me logra poner así aún sin conocerlo.
- Oye, tengo algo para ti. ¿Te puedes conectar a Facebook?- Que misterio.
-Sí, deja llego a mi trabajo.
-Vale. Te mando un abrazo bonita.- aaaaaaaaaaaaaaaaaaa me dijo bonitaaaa. Mi yo interno baila ula ula de la la emoción.
-Igual.- Digo seria. Y cuelgo.
Clara me mira, con esa mirada acusadora, de juez.
-¡ME DIJO BONITAAAAA!- Le digo gritando y las dos comenzamos a gritar y brincar como haciendo una danza.
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Sin fronteras
RandomEl amor entre Audrey y Leonardo se ve en dificultades gracias a la distancia que los separa, juntos tendrán que luchar para que su amor "imposible" sobreviva a todas las adversidades.