-Hola! Creí que nunca llamarías!- Por Dios! Su voz es taaaan sensual y masculina, aunque tiene una chispa de picardía, me encanta, ¿por qué no lo había hecho antes?
-Hola Leo, pero lo hice, ¿como estás?-Que bonita voz de verdad-
-Bien gracias, encantado de escuchar tu voz por primera vez.- Le gusta mi voz, estoy tan emocionada.- ¿Y tu, Aud?
-Feliz de escucharte. - Realmente feliz, extasiandome con tu voz, guapo.- ¿Qué haces?
-Estoy practicando, estoy aprendiendo una canción de Raúl Di Blassio. -dijo con un tono bastante entusiasmado.
-¿De verdad? Que buen plan, me gustaría escucharte-En verdad me gustaría, dije para mis adentros- sería un gran honor ser tu audiencia.
En verdad me emociona la idea de ver sus manos deslizandose por las suaves teclas del piano.
-Cuando guste, señorita.-dijo con bastante educación, pero con un tono burlón.
-¿La señorita Audrey Montalvo?-dijo un hombre al entrar al establecimiento.
-Buenas tardes, soy yo, ¿en que le puedo ayudar?- Dije mientras una gran curiosidad invadía todo mi cuerpo.
-Le mandan esto, firme aquí.-¿Flores? ¿De quien son? Que nervios. No imagino de quien pueden ser, que hermoso detalle. Un enorme ramo de rosas rojas, 24 aproximadamente. Y la tarjeta dice:
"La distancia puede impedir un beso o un abrazo, más no un sentimiento"
¿Leo? Pero el no sabe la dirección, como pudo haber sido el, aparte, el sólo pensarlo suena ridículo. ¿Por que Leonardo Escalón habría de mandarle flores a la donadie Audrey Montalvo? No tiene el más mínimo sentido.
-¿Sigues ahí? ¿Qué pasó? ¿Todo bien?
Demonios, olvidé que Leo estaba en la línea.
-Oh sí, ammm no es nada.
-¿Segura? Te escuchas confundida.
Este hombre es adivino o soy demasiado obvia.-Me mandaron flores. No se quien es.
-Mira, que popular eres. Los has de traer locos.
-¿A quienes? -A la única que puedo traer loca es a la almohada, de tanto que le hablo de ti.
-Pues a tus pretendientes, con lo hermosa que eres, debes tener miles.
¿Queeeeee? ¿Miles? Suelto una risa para mis adentros. El único que se que lo es, es..... MAURICIO. Eso es, el mandó las flores, estaba tan sumergida en las palabras de Leo que olvidé por completo que Mauricio está en Estados Unidos, así que el fue.
Y mi respuesta se limitó a un:-No.
-¿Nos vamos a comer?- Es Clara, mi mejor amiga, llegó por mi, no quiero dejar de hablar con Leo pero..... Ok, mi estómago me exige alimentos o iniciará una revolución intestinal.
-Me tengo que ir, ¿te llamo ahorita?- por favor, no me dejes ir.
-Claro, esperaré con ansias.- dijo mientras sus palabras me regalaban una hermosa promesa, esperará, de verdad me esperará. Le intereso.
-¿Quién era? A mi no me mientes, era un chico.
Clara está loca, pero tiene la habilidad de saber cuando alguien de verdad me interesa, así que sí lo notó, mmmm lamento decirme a mi misma que ya no hay vuelta atrás. Me gusta, me gusta a pesar de la distancia, aún no lo conozco y se ha metido en mi mente.
-Es sólo un chico que conocí en Facebook, no vive aquí, no lo conozco, ni lo conoceré, no tiene sentido hablar de ello- Mentí- así que hablemos de otra cosa.
-No no no, no me vengas con eso, te gusta, se te nota, nunca te habías puesto así con nadie. ¿Cuanto tiempo llevas hablando con el?
- Como mes y medio.- suspiro.
-Sí, con razón, tu felicidad se debía a algo y no sabía a que. Por que no me habías contado?- frunció el seño y fingió indignación.
-Esque no quiero hacerme ilusiones- y en verdad no quiero, me da miedo.- aparte, se que es imposible.
-¿Y como es?- suena bastante emocionada.
-Es.... Humano.
-Menos mal, creí que era un perro.- dijo sacando el sarcasmo que había ahorrado por los últimos 2 años.
Y comenzamos a reír sin parar, yo la amo, siempre me ayuda a salir adelante de todo. Hoy iremos a comer sushi, como todos los miércoles, y yo no paro de pensar en Leo, desearía que estuviera aquí, para salir a comer, a pasear, pero no está aquí.
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Sin fronteras
De TodoEl amor entre Audrey y Leonardo se ve en dificultades gracias a la distancia que los separa, juntos tendrán que luchar para que su amor "imposible" sobreviva a todas las adversidades.