6. E: Una mirada familiar

2 0 0
                                    

El sol ardiente se posicionó en medio del cielo azul, anunciando casi un medio día caluroso. Me encontraba caminando apresuradamente por la maleza salvaje y rebosante de vida del bosque. La pequeña cabaña de Lara quedaba a las afueras de la ciudad, así que emprendí mi camino al palacio; se ofreció a teletransportarme hasta el palacio, sin embargo me negué rotundamente; en cambio, me indicó el camino a la ciudad después de recordar repentinamente que Zedt me esperaba para el entrenamiento de hoy.

Las aves cantaban melodías alegres al compás de mis pasos sobre el pasto verde y mis manos se fundían con los colores llamativos del bosque, era una sensación realmente maravillosa, empecé a mover mi cuerpo al son de las melodías en mis oídos; de pronto escuché un ruido, un escalofrío recorrió mi cuerpo, tropecé y caí al suelo rasgando una pequeña parte de mi vestido caoba, capté otro ruido, un gruñido y cuando me levanté del suelo verde, la raíz de un árbol cercano atrapó mi pie haciéndome caer nuevamente; su rasposa corteza lastimaba mi tobillo, haciendo que suelte unos chillidos de desesperación.

En mis fallidos intentos de librarme de sus fuertes agarres, varios gritos se escaparon de mi boca, mi frente sudaba y mis latidos cada vez se hacían más rápidos.

Una figura oscura se movió de entre los arbustos, escuché varios gruñidos nuevamente, sin previo aviso saltó hacia mí, haciendo el pánico presente. Era un gran lobo negro, que me lanzaba una penetrante mirada ámbar, al oír mis gritos dejó de gruñir y me regaló una mirada tranquilizadora, no sé exactamente como lo hizo pero logró apaciguar un poco mi desesperación; empezó a dejar múltiples mordidas y zarpazos en las raíces que me apresaron los brazos y piernas, yo dejé de gritar y me dediqué a forcejear contra éstas, sin embargo una de ellas se enrrolló en mi cuello. Pude notar desesperación en la cara del lobo que intentaba de una u otra manera ayudarme, en ese momento una llama recorrió la iris de sus ojos y tembló de ira, sacudió la cabeza y empezó a morder con más ahínco las raíces, destrozando unas cuantas; el dolor en mi garganta se intensificó haciendo que mi respiración se agite. Después de unos segundos de forcejeo mi cuerpo empezó a ceder ante los sofocantes deseos de caer desmayado, sin embargo, una idea cruzó mi cabeza, puse mi mano con gentileza en el tronco del árbol donde me encontraba presa y le acaricié con cariño, al instante un brillo cegador apareció en mi collar y las raíces empezaron a soltar lentamente su agarre hasta dejarme libre, el árbol creció unos cuantos centímetros al igual que el pasto a mi alrededor; el animal a mi lado parecía sorprendido.

Miré como las heridas de mis brazos y piernas desaparecían al instante, eso gracias a la barrera que cubre la ciudad.

—¿Te perdiste? —le pregunté con voz dulce. El animal gruñó en respuesta y se acercó con la cabeza gacha, posé mi mano en su cabeza, su pelaje era áspero y negro como la noche—… gracias por ayudarme.

El animal asintió con la cabeza y se marchó entre la maleza desaliñada. Había algo de aquel lobo que me intrigaba, antes de irse me dedicó una mirada familiar, algo distante pero llena de calidez.

****

Corrí lo más rápido que pude al palacio, una figura alta y esbelta me esperaba, su cabello rubio y ropa blanca suelta se movía con el ligero viento; se encontraba parado de brazos cruzados esperándome.

—Lamento la tardanza…—solté, recuperando todo el aire de mis pulmones, mi frente estaba empapada en sudor y mi cabello algo alborotado.

—¿Donde demonios te metiste? ¿Sabes cuándo llevó esperando? No creí que me dejaras plantado, llevo horas aquí parado.—explicó rápidamente con tono ligeramente enfadado, me era algo divertida su actitud en aquel momento.

—Estuve con Lara. —comenté con rapidez, el tragó saliva de inmediato.

—Oh, Lara, entiendo, está bien…—noté algo de nerviosismo en su tono de voz, ¿habrá alguna diferencia entre ellos?—…bueno, olvidaré que me hiciste esperarte por tres horas aquí parado y te llevaré a ver los coliseos para que entrenes mucho y quedes completamente exhausta.

 "Los Escorpiones Negros" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora