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En general, JiMin aprecia mucho tener a su familia reunida, incluso cuando sus encuentros fueron y en su mayoría, dentro de una habitación de hospital.

Pero hay algo extraño en tener su atención justo en un momento en que no se está siendo cómodo al respecto, después de enterarse de que alguien más estuvo intentando llegar a su novio.

Y no es que YoonGi este libre de culpa, pero es que no ha hecho nada fuera de lugar en primer lugar y quizá debería entenderlo de esa forma, sin atormentarse al recordar lo bonita que era la chica que le estuvo lanzando miradas en cuanto conoció a la posible razón por la cual YoonGi no le correspondió.

Sintiéndose decaído ante la cruda realidad de su falta de belleza externa, todo lo que no quiere es tener más y más atención, incluso si es por parte de sus amorosos padres.

Sin embargo, eso no parece estar en los planes de los mayores.

—¿Todo bien? —Es su madre quien rompe el silencio, mientras se dispone a cortar los vegetales que servirán para acompañar la ensalada que ese día cenaran.

JiMin titubea un instante y arregla una sonrisa tan rápido, que es casi imposible que sus padres noten su creciente incomodidad y necesidad de sentirse desplazado por lo menos una noche.

No quiere miradas, ni discusiones, ni conversaciones de algún tipo que puedan llegar a tocar el tema de su inestable autoestima.

—Si, solo estoy un poco cansado de prácticamente no hacer nada.

Decide ser solo un poco sincero, porque después de todo, aquello también es verdad.

Lo tienen aún dentro de su propia esfera de cristal, tan cuidado y sobre protegido que está empezando a sentirse insuficiente para sí mismo y aunque entiende que puede llegar a ser normal para los demás el querer cuidarlo como cuando estaba en el hospital, eso también le está afectando en alguna medida.

Sus padres guardan silencio de nuevo, esquivando el tema para no tener que discutir sobre todas las razones del porqué lo hacen.

—No estoy quejándome del todo, de hecho les agradezco que me amen y me cuiden, pero.. siento que no podré ser de nuevo yo y es cosa mía, en realidad también tengo miedo de salir por mi mismo.

El vómito verbal le hace fruncir el entrecejo, repasando sus propias palabras. Puede que estuviese pensando demasiado y no se detuviera a ponerle filtro a sus palabras.

—Sigues siendo el mismo JiMin, siempre. Eso no cambia, hijo. —Esta vez su padre le da una sonrisa cansada desde el otro lado de la isla, rodando una naranja entre sus manos. —Estuvimos hablando de esto, aunque no creas. Y entendemos que quieras un poco de independencia.. pero quizá no es el momento adecuado, aún todo es muy reciente y aunque tu creas que no, todavía necesitas apoyarte un poco más en nosotros, antes de dar ese gran salto y retomar todo lo que deseabas.

Si.

Un suspiro cansado escapa de sus labios y asiente en silencio, aceptando que eso tiene mucha verdad. Todavía no está listo, aún se siente acabado en todos los aspectos y sabe que es tan malo de su parte tener ese tipo de pensamientos, cuando la vida le dio otra oportunidad y no es como que se les dé a muchas personas en su situación.

Se siente bendecido, sí.. pero no del todo correcto y no puede entender ese montón de sentimientos extraños.

—YoonGi fue a visitar a sus padres hoy ¿no? —Su madre tararea, un poco inconsciente de la tensión que genera a su alrededor.

Los padres de YoonGi son otro caso. No es que estén muy a favor de que su hijo esté con un estorbo que sólo le hará fracasar como lo hizo ya con varios proyectos que él mayor tenía y que hizo a un lado para quedarse a cuidarlo cuando más lo necesitó.

Y muy en el fondo, JiMin también les da la razón.

Pero eso no importa, porque incluso si ellos se ocupan de intentar llenar la cabeza de su hijo con todos esos sentimientos negativos, cuando YoonGi vuelva a su casa, él estará igual de unido que siempre.

Y es gracioso como funciona, porque.. ¿cuántas personas no intentan dañar su relación? ¿y cuántas otras veces ellos regresan el uno al otro como si aquello no significara nada? ¿es verdad lo que dicen del amor y toda su fuerza?

Aquello también parece ablandar el sentimiento amargo que le invade cada vez que piensa que ya no queda más del chico risueño y soñador que fue.

Todavía hay algo chiquito queriendo re nacer. Pero no sabe del todo lo que es.

Beauté © YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora