19 de julio del 2000
Pequeña mía:
Hace tanto que no te escribo, pero es que las cosas no han andado bien. Tú estuviste muy delgada, no querías comer y además se sumaron otros problemas mayores con tu familia de Mayarí Arriba.
Hoy hacen 4 días que estás comiendo bien, y te tomas ya el biberón completo; yo estoy muy contenta y tu papá también.
El día 17 terminamos de ponerte todas las vacunas y ya se te pueden abrir los agujeros en las orejas, pero yo, aunque te tengo tres pares de aretes de plata, no me decido.
En estos meses que no te he escrito, eso ha sido lo más significativo, y algunos detalles que ahora te cuento. Ya te pongo en el piso sólo, quiero decir, sin colchoneta ni sábanas. Te gusta mucho jugar sola, pero aún no tienes suficiente equilibrio y te has dado como 3 o 4 golpecitos, yo evito sentarte aunque nunca te dejo sola.
El día 29 de junio te caiste: yo, no muy conforme, te pongo en la cama porque hace mucho calor y el aire del ventilador, desde donde está conectado a la corriente, casi no te llega a la cuna y en las tardes no duermes bien, por eso te pongo ahí y te cuido; pero ese día aproveché para limpiar el cuarto mientras tú dormías, sin dejar de mirarte ni un sólo instante, y en el momento en que me agaché a exprimir la colcha, tú dormida, diste la vuelta y te caiste.
Tu papá estaba en la casa y, aunque casi no lloraste, yo me quedé casi muerta; aún tiemblo al recordar. No pasó nada más; tú estuviste muy bien, pero yo no dormí esa noche, llorando mucho y escuchando tu respiración.
Eso es todo. Tu tía Leydis te ha traído muchas ropitas, yo la cuidaré mucho para ella, cuando tengas una primita.
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El diario de mi pequeña Dani
Short Story¿Quién ha estado siempre a tu lado desde tu primer minuto en este mundo? ¿Quién te amó, te ama y te amará incondicionalmente, aunque cometas el peor error que un humano es capaz de obrar? Pues si, TU MADRE; ese ser que estaría dispuesto al sacrifici...